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Zuheros, una ventana al pasado
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Isabel Aguilar, 12 de febrero de 2010.
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A poco más de una hora de Sevilla el Parque Natural de la Subbética se alza como uno de los pulmones más hermosos de la región, salpicado de pueblos y parajes naturales en los que merece la pena detenerse. Para todos los que aún no conozcan Zuheros, uno de los municipios enclavado en este vergel, este fin de semana se les presenta una ocasión única de acercarse a los lugares que lo han hecho famoso, una visita que organiza la Empresa de Gestión Medioambiental y que tendrá lugar tanto mañana como el domingo.
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La cita es a las diez de la mañana en el Ecomuseo Cueva de los Murciélagos, un centro de visitantes donde se informa de los monumentos que dan personalidad a este municipio. Tras una breve introducción explicada por monitores locales, la actividad se traslada a la propia cueva, una auténtica experiencia que trasladará al público al neolítico y lo sumergirá en un universo de grutas, estalactitas y estalagmitas.
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La cueva tiene un recorrido que supera los dos kilómetros, aunque sólo pueden visitarse unos 450, con más de 700 escalones y una profundidad de unos 60 metros. A lo largo del recorrido se podrán ver salas como la de la campana, la del fémur o la de las pinturas, todas ellas bautizadas en función de los elementos que encierran o los que fueron encontrados bajo sus muros.
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Ahora bien, aunque la belleza natural de este espacio merece la pena por sí misma, si por algo es conocida esta cueva es por su pasado Neolítico y los datos que ha aportado de la vida en esa época, puesto que sus grutas acogieron a nuestros antepasados más remotos e incluso se han encontrado evidencias de la presencia de Neanderthales. Este importante yacimiento ha dejado al descubierto no sólo herramientas y artículos de la vida doméstica, sino sugerentes grabados en las paredes tanto de animales como de humanos, uno de los aspectos que más llama la atención del visitante.
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Huella romana
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Una vez terminado el recorrido por la cueva, el programa de la actividad encaminará los pasos de los visitantes hasta el museo, donde podrán observar algunos de los elementos aparecidos durante el último siglo en el yacimiento. Así, es posible contemplar tanto cerámicas decoradas y utensilios de piedra y hueso pertenecientes al Neolítico como otros materiales de la Edad del Cobre y del Bronce. Finaliza en la etapa romana, de la que también se han hallado restos en la zona, como la escultura de un personaje togado y un sarcófago labrado en piedra.
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Por último, el castillo pone el broche de oro. Se trata de una fortaleza que aún conserva parte de las murallas. En el siglo XVI se edificó el palacio de los señores de Zuheros de estilo renacentista, lo que cambió parte de la fisionomía del castillo y de la puerta de entrada.
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