La última unión ibérica
http://www.abc.es/20120415/sociedad/abci-ultima-union-iberica-201204150951.html
http://www.diariosur.es/rc/20120415/cultura/ultima-union-iberica-201204150009.html
Felipe II accedió al trono de Portugal en 1581 tras los problemas sucesorios de Portugal. Sesenta años después, el país vecino recuperó su soberanía tras décadas de conflicto
David
Valera; Madrid , 15 de abril de 2012
Archivo.-
Felipe II juró su cargo como rey de Portugal ante las Cortes lusas reunidas en Tomar el 15 de abril de 1581. Con este acto se ponía fin al proceso que llevó al monarca a unir ambos reinos por última vez en la historia. Esta situación solo duró 60 años. A partir de entonces, y con una cruenta guerra de por medio, cada país vivió su camino por separado, según publica «Diariosur.es».
El Portugal de la segunda mitad del siglo
XVI era una potencia comercial que controlaba un vasto territorio. Desde Brasil
en el nuevo continente, hasta enclaves en China, como Macao. Además, su
influencia se extendía a gran parte de la costa africana. En 1578, el rey
Sebastián I falleció en la batalla de Alzarcarvir, una absurda campaña militar
en Marruecos. El joven monarca no dejó descendencia y provocó la lucha por el
trono del país.
El cardenal Enrique, tío-abuelo del
fallecido Sebastián, asumió la corona. Sin embargo, su condición de
eclesiástico le impedía concebir un heredero. Conscientes de este problema,
varios candidatos de la más alta nobleza o realeza se prepararon para la
sucesión. El más poderoso de todos era Felipe II, que tenía derechos dinásticos
gracias a su madre Isabel de
Portugal, hija del rey luso Manuel I.
El cardenal Enrique falleció dos años
después. Se formó un consejo de regencia favorable a entregar el trono al rey
español. Sin embargo, las cosas no iban a ser tan fáciles. Antonio, un hijo
bastardo del infante Luis de Avis
y, por tanto, nieto de Manuel I, se proclamó rey en junio de
1580.
Este hecho no alteró la determinación de
Felipe II de acceder al trono del país vecino. España organizó una expedición
dirigida por sus mejores hombres de armas. Un ejército de 30.000 hombres
comandado por el Duque de Alba se internó en Portugal. Por su parte, Álvaro de
Bazán se puso al frente de una potente flota que atacó Lisboa.
Batalla de Alcántara
La superioridad militar española, unido a
la división en el bando portugués, condujo a la derrota de las tropas de
Antonio I en la batalla de Alcántara. Felipe II tenía el camino despejado hasta
Lisboa. Pero el rey «Prudente» sabía que si quería mantener el apoyo de la
nobleza lusa debería conceder una amplia autonomía a sus nuevos dominios.
Portugal mantuvo sus Cortes, leyes y el
monopolio comercial con sus colonias a cambio de la unión ibérica. E incluso se
planteó la posibilidad de trasladar la capital de Madrid a Lisboa.
Sin embargo, la nobleza portuguesa pronto
descubrió que los supuestos beneficios de su anexión a la Corona española no
eran tantos y proclamaron al
duque de Braganza como su nuevo rey. Era el año 1640. Tras
casi tres décadas de conflicto, Portugal recuperaría su independencia.
Comentarios