Cuerpos despellejados, misterioso ritual mortuorio en el Himalaya
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Los restos desmembrados y sin carne de 27 hombres, mujeres y niños revelan un antiquísimo rito desconocido en Nepal
National Geographic,
8 de mayo de 2012
Cory Richards.- Los
huesos hallados en Nepal muestran cortes que apuntan a un misterioso ritual
mortuorio
Los
restos de 27 hombres, mujeres y
niños de la antigüedad se han descubierto en cuevas sobre
acantilados en Nepal. Los expertos afirman que muchos de los huesos muestran
cortes que apuntan a un ritual
mortuorio desconocido hasta el momento.
Los cuerpos, a muchos de los cuales se les había quitado la carne, fueron
colocados en altísimos depósitos de cadáveres hace alrededor de 1.500 años.
Los investigadores, que encontraron los
restos en 2010, indicaron que cerca del 67 por ciento de los cuerpos habían
sido despellejados, probablemente
con un cuchillo de metal.
Después del proceso de desollamiento, los
cuerpos se dejaron cuidadosamente sobre plataformas anchas de madera, aventuran
los investigadores. No obstante, debido a siglos de exposición a los elementos,
los huesos y las plataformas, así como muchas de las cuevas en sí se habían
derrumbado para cuando el equipo entró en las estancias.
Entre el montón de cosas se encontraron
también restos de cabras, vacas y
caballos, quizás sacrificios de ofrenda para los muertos,
aunque su intención sigue siendo un misterio.
Excavadas en los acantilados del distrito
de Upper Mustang, con su característico color rojizo, las cuevas de manufactura
humana se encuentran a 4.200 metros sobre el nivel del mar, a bastante más
altura que el pueblo de Samdzong.
En la antigüedad, los afloramientos
rocosos y, probablemente, el uso de escaleras, habría facilitado el acceso a
las cuevas. Sin embargo, desde entonces la erosión ha convertido las cuevas en
lugares tan sólo accesibles para escaladores expertos, como Pete Athans, que ha conquistado la cima
del Everest en siete ocasiones y que fue uno de los co-líderes del equipo.
"Las pistas sobre cuándo se
construyeron estas cuevas y quién las construyó se están deshaciendo ante
nuestros ojos”, dijo Athans en una declaración ante la prensa. “La tumba de la
cueva se encuentra gravemente amenazada. Está situada sobre una matriz de roca
frágil que ya se ha derrumbado alguna vez en el pasado. No creo que la tumba
hubiese aguantado otro monzón”.
Despellejados, con todos los respetos
Se sabe muy poco sobre los tres antiguos
grupos del Himalaya que despellejaban y enterraban a sus muertos en las altas
cuevas de Mustang, lo que hace los motivos que rodean al rito incluso más
turbios. A pesar de todo, el
equipo ha descartado el canibalismo.
"Cuando uno quiere la carne, procesa
el esqueleto de forma muy diferente de cuando sólo intenta quitarla”, explicó
el líder del proyecto, Mark Aldenderfer, arqueólogo de la Universidad de
California, en Merced.
"En los casos de canibalismo, la base
del cráneo suele estar aplastada (para llegar al cerebro), y los huesos están
rotos y retorcidos, normalmente para intentar alcanzar la médula. Nada de esto
se da en niguna de las partes del cuerpo que hemos recuperado.
"Esto
se hizo de forma respetuosa”, añadió Aldenderfer, que recibió financiación parcial por
parte del National Geographic Society's Committee for Research and Exploration
(Comité para la Investigación y la Exploración de la Sociedad National
Geographic). Esta sociedad es la propietaria de National Geographic News.
Los análisis preliminares de ADN de
algunos de los huesos sugieren que los sujetos despellejados estaban relacionados. "Supongo
que muchas de estas cuevas mortuorias son para familias extensas numerosas”,
dijo Aldenderfer. "Éste debía de ser su lugar tradicional de entierro, y
las demás familias tendrían el suyo propio”.
¿Un rito de segunda mano?
Aldenderfer y su equipo creen que la
práctica de desollar cuerpos y enterrarlos en cuevas podría ser un nexo, hasta
ahora desconocido, entre otros dos rituales mortuorios cuya existencia ya se
conocía.
Por un lado, el funeral celeste tibetano
(que, según se cree, se originó varios cientos de años después) incluye el
desmembramiento de un cuerpo y su exposición a los elementos y a los animales
carroñeros, como los buitres. El Tíbet actual se encuentra a tan sólo 16
kilómetros de las tumbas de las cuevas.
El otro ritual funerario es más antiguo y
viene de la religión de Zoroastro, cuyas raíces se remontan a la antigua Persia
(la actual Iran). Según Aldenderfer, se sabe que los zoroastristas “quitaban la
carne de sus muertos y se la daban a los animales como comida”.
Los antiguos habitantes de la región Upper
Mustang podrían haber adoptado rituales funerarios de los viajeros
zoroastristas que se dirigieran al oeste, indicó Aldenderfer. Estos ritos, a su
vez, se podrían haber transformado en el ritual funerario celeste de los
tibetanos o, por lo menos, haberlo inspirado.
Esta idea, de acuerdo con el antropólogo
Mark Turin, que no formó parte del proyecto, es una “hipótesis interesante y
que se puede desarrollar perfectamente".
«Complejos residenciales»
Los nuevos hallazgos no son sino los más
recientes de una serie de ellos descubiertos en los remotos acantilados. En los
años ochenta, un equipo nepalí-alemán descubrió tumbas en cuevas que databan de
3.000 años atrás. Sin embargo, los restos humanos encontrados en esas cuevas no
habían sido despellejados.
En 2009, el equipo que ha llevado a cabo
el hallazgo más reciente anunció que había encontrado una cueva en un
acantilado con un valioso contenido consistente en arte tibetano, manuscritos y
esqueletos del siglo XV.
Junto con el reciente descubrimiento de
las cuevas mortuorias, el equipo de Aldenderfer ha encontrado cuevas adyacentes
que se crearon posteriormente, con toda probabilidad con la intención de
usarlas como viviendas.
"No creo que la gente que construyó
estos ‘complejos residenciales’ supiera en realidad que las cuevas mortuorias
estaban cerca”, comentó Aldenderfer.
Turin, director del Proyecto Digital
Himalaya en la Universidad de Cambridge, aseguró que no le sorprendía que la
gente se hubiera sentido atraída de forma repetida hacia los acantilados de
Upper Mustang, a pesar de las dificultades.
De hecho, el aislamiento del acantilado
podría haber supuesto una parte importante de su atractivo. Muchas de las
creencias locales que se han venido practicando en la región, incluido el
budismo, otorgan un gran valor a la idea del retiro espiritual, añadió Turin.
Paisaje sagrado
"Hoy en día los monjes pueden
practicar y residir en monasterios, pero estamos hablando de épocas muy
anteriores a la creación de los monasterios”, prosiguió. "Perfectamente
podrían estas cuevas haber sido lugares protomonásticos… y, como tales, la
gente se podría haber retirado a ellos o haber enterrado a sus muertos en
ellos”.
Además, Turin añadió, la gente de la época
podría haberse sentido unida a la tierra de una forma que podría resultar
difícil de comprender para muchos occidentales modernos.
Incluso hoy en día, “hay una historia muy
famosa sobre el amansamiento del territorio que aún circula… Cuando los santos
budistas llegaron y mataron a las deidades locales, su sangre (y sus partes del
cuerpo) mancharon la tierra y crearon los colores” del paisaje, dijo Turin.
"La cultura religiosa que existe en
las mentes de las personas se puede leer en el paisaje de su tierra. Esto
significa que el paisaje es sagrado, y que por lo tanto las cuevas y los
lugares de retiro lo son igualmente”.
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