Santa María la Blanca: la herencia de los Ruiz Florindo en Fuentes (Sevilla).


Los colores de la torre de Fuentes

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Nicol Jiménez, 19 de mayo de 2012


Tres siglos después, la restauración le está sacando los colores a la iglesia de Santa María la Blanca, sobre todo a una torre que ni los fontaniegos recordaban con esa policromía. Azul, blanco y el almagre típico de Fuentes de Andalucía (óxido rojo de hierro o caparrosa) están saliendo a la luz tras un minucioso trabajo del restaurador de la localidad Antonio Gamero, empeñado en devolverle al municipio la obra que los Ruiz Florindo concibieron en el siglo XVIII. El paso del tiempo ocultó hace ya mucho su decoración original, así que ahora la torre está irreconocible.

Desde diciembre de 2011, tras ocho años de espera, la iglesia parroquial Santa María la Blanca está siendo sometida a una profunda obra de restauración a manos de la empresa especializada Sanor, cuya primera fase comprende la rehabilitación estructural de las cubiertas de toda la iglesia y la restauración exterior de la torre, campanas y el artesonado mudéjar. Los trabajos en la techumbre están a algo más del 40%, mientras que la obra de albañilería en la torre ya terminó, por eso la semana pasada empezó a retirarse el andamiaje y a descubrirse parte del campanario. Entonces comenzaron a renacer los colores de la torre, lo que ha sorprendido hasta a los más antiguos del lugar.

Y es que el campanario no sólo estaba decorado exclusivamente con azulejería polícroma, sino que el alarife local Alonso Ruiz Florindo, que había dirigido su construcción en la segunda mitad del siglo XVIII, también había utilizado técnicas de esgrafiados y la combinación de diversos colores en multitud de dibujos geométricos. El objetivo ahora es que Santa María la Blanca recupere fielmente la imagen con la que fue concebida en el siglo XVIII.

Antonio Gamero explicó a este periódico que han sido varias las sorpresas encontradas. Una de ellas es la representación en un paño cerámico de San Florián Mártir y San Florián Obispo. "Está totalmente descompuesto, pero lo he podido recuperar por los medios digitales". El color amarillo predominaba en este paño, pero la policromía es muy variada, algo que se ha conocido al detalle por los muchos testigos de color encontrados. Además, un documento de la época especifica los pigmentos que los Ruiz Florindo compraron para la obra.  Los dibujos originales, la decoración típica de Ruiz Florindo en el remate de la torre, han sorprendido y, afortunadamente, estos dibujos geométricos se han podido recuperar porque estaban grabados en el mortero, ya que si se hubieran pintado se habrían perdido, según Gamero.

El restaurador también destaca que el pan de oro que recubre la bola de cobre bajo la veleta estaba en buen estado y que el reloj de sol de grandes dimensiones en la cara sur de la torre también se recuperará con gran fidelidad, devolviéndole sus colores y dibujos "barrocos". También se encontraron en esta zona testigos de color.

 Esta primera fase costará 700.000 euros, de los que el Arzobispado ha aportado 400.000 euros, 270.000 la Comisión parroquial y ciudadana y unos 31.000 euros el Ayuntamiento.

Ahora que los trabajos en las cubiertas y en el artesanado avanzan a buen ritmo, la Comisión para la Restauración está iniciando una nueva campaña para recaudar fondos y poder continuar con la siguiente fase: la restauración de las cubiertas de la sacristía y zonas anexas, solería, instalación eléctrica, sistemas anti incendios, adecuación y limpieza interior, entre otras cuestiones. Una vez acabadas estas dos fases, el templo podría abrir y reanudarse el culto en él.

Junto al relanzamiento del sistema de cuotas y otras actividades, la Comisión espera la implicación de instituciones públicas y privadas como la Fundación Cajasol, la Fundación La Caixa y, sobre todo, la delegación provincial de Cultura de la Junta.

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