El Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH), creado en Burgos al calor de los excepcionales hallazgos en la sierra de Atapuerca, abre nueva etapa. Tras la renuncia el pasado noviembre de José María Bermúdez de Castro como director, ha tomado las riendas un hombre de la casa, el geólogo Alfredo Pérez González, quien se ha propuesto como principales retos abrir el centro a la sociedad y reagrupar en la capital burgalesa los miles de restos de homínidos salidos de Atapuerca y que ahora se encuentran repartidos entre distintos centros españoles.
En sus primeras declaraciones tras asumir el cargo, Pérez
González explicó a ABC que las colecciones de la sierra de Atapuerca,
«únicas en el mundo», son la gran «fortaleza» del Centro de la Evolución
Humana. Por eso mostró su intención de «empezar a traer estas
colecciones al centro». Entre ellas se refirió a las que tienen dos de
los directores del yacimiento de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell, en Madrid y en Cataluña, respectivamente.
En este sentido, el nuevo director del CENIEH explicó que
en el centro «hay sitios preparados desde hace años para acoger estas
colecciones». Además, explicó que, «por ley, estos registros son
propiedad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León». De este modo,
entre sus primeras tareas al frente de la institución está «preparar
todo para que las colecciones vayan llegando» al centro, que «es donde
deben estar depositadas».
En su momento, los hallazgos de Atapuerca se dispersaron
por la falta de un lugar adecuado en Burgos donde conservarlos. En
cambio, ahora las infraestructuras del CENIEH están desaprovechadas. De
hecho, la reunificación ya era un objetivo de Bermúdez de Castro
-también director del yacimiento- que no llegó a ver cumplido durante su
mandato.
La infrautilización del centro es precisamente la razón por
la que el nuevo director quiere «abrirlo más a la sociedad, al mundo
empresarial y científico». «A ver hasta dónde podemos llegar», señala Alfredo Pérez González,
y recuerda que el CENIEH está considerada una instalación
científico-técnica singular (ICTS), de modo que, además de un centro
investigador, cuenta con «un conjunto de equipamientos punteros» que
deben estar abiertos a que las empresas y los científicos acudan allí a
realizar sus experimentos. El centro cuenta con infraestructura para
llevar a cabo geocronología de materiales o microscopía, así como
laboratorios geológicos, entre otros recursos, señala.
Pérez González reconoce que este objetivo de abrirse al
mundo no tiene motivaciones meramente altruistas. «Naturalemente, supone
ingresos a través de contratos y servicios a terceras personas. Los
centros necesitan completar sus capacidades financieras con contratos de
este tipo, además de los proyectos competitivos», comenta.
«Alto nivel científico»
Alfredo Pérez González es un veterano ya en el centro.
Participó en el proyecto científico del centro y ahora llevaba cinco
años ya como asesor de la dirección, además de tener una amplia
experiencia como investigador. En 1997 obtuvo el Premio Príncipe de
Asturias de Investigación Científica y Técnica como miembro del equipo
investigador de Atapuerca.
«Conozco bien el centro y sus necesidades», señala el
recién nombrado director, para quien la situación del centro «no está
mal», teniendo en cuenta el panorama de la investigación en España. En
su opinión, «tiene un nivel científico-técnico muy alto» con «un
personal de alta capacitación, seleccionado en concursos
internacionales», y «equipamientos punteros». Las perspectivas del
centro «son excelentes», aunque siempre teniendo en cuenta la evolución
de la economía española, apuntó.
El CENIEH forma parte del Complejo de la Evolución Humana
de Burgos, que integran también el Museo de la Evolución y un auditorio y
palacio de congresos. José María Bermúdez de Castro dejó la dirección
para dedicarse de nuevo a su labor investigadora en el centro.
Comentarios