Archivo Histórico Provincial de Sevilla -
Documento del mes: Marzo 2013
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El Gran Poder y el Cristo del Amor. Del olvido al reconocimiento del escultor Juan de Mesa
Código de referencia: ES 41003 AHPSE 3.1.1. Celomar, 19832-P
Título: Carta de pago de Juan de Mesa, escultor, por 2.000 reales recibidos por la hechura de las imágenes de Jesús del Gran Poder y San Juan Evangelista, para la cofradía de Nuestra Señora del Traspaso
Fecha: 1620-10-01. Sevilla
Nivel de descripción: Unidad documental simple
Volumen y soporte de la unidad de descripción: 1 hoja [folio]
Reglas o convenciones: ISAD (G), NEDA
Nota del archivero: Eva Vázquez Roldán
Juan de Mesa, durante siglos olvidado, se ha convertido en uno de los más importantes escultores de la España del siglo XVII. Varias de sus imágenes más conocidas, aquellas especialmente destacables y muchas veces objeto de la mayor devoción popular, fueron atribuidas a su maestro, el afamado Juan Martínez Montañés. No fue hasta ya avanzado el siglo XX cuando algunos historiadores del arte comenzaron a desvelar los primeros datos sobre sus obras, a localizar algunos documentos firmados por el artista identificando así varias de sus tallas en el fondo de Protocolos Notariales (ubicado entonces en el ex-convento de Montesión), y actualmente conservado en el AHPSE.
Juan de Mesa (1583-1627), nació en Córdoba en el seno de una familia de maestros pintores, se desconocen cuáles fueron sus comienzos en el arte de la escultura. En junio de 1606, con veintitrés años, algo mayor para la época, logró entrar de aprendiz en el taller que tenía Juan Martínez Montañés en la universal y próspera Sevilla del siglo XVII (el contrato de aprendizaje de Juan de Mesa con Juan Martínez Montañés de 1607 está conservado en el AHPSE, fondo Protocolos Notariales, sig. PL 141).
En 1613 contrae matrimonio y reside en la collación de San Martín. En esos años sigue su aprendizaje en el oficio de escultor imaginero, hasta que en torno a 1615 parece
ser que se independiza e instala su propio taller, que mantiene hasta
su muerte en 1627, ocurrida posiblemente víctima de la tuberculosis. Su
taller admitió aprendices y colaboradores como
Juan Vélez, Juan de Vargas o Felipe Hernández de Ribas, siendo éste
último quién conseguiría mayor fama. Ahora sabemos que durante todos
esos años realizó una abundante producción escultórica, alcanzando
muchas de sus obras elevadas cotas de calidad.
La vida de Juan de Mesa sigue siendo escasamente conocida. Vecino y miembro de la misma hermandad (El Silencio) que el pintor Francisco Pacheco, éste no lo nombra en su Libro de Retratos. Apenas quedan noticias, sus contemporáneos, artistas tan afamados como Andrés de Ocampo, Francisco de Ocampo, Diego Velázquez, Alonso Cano, etc.,
no dejaron referencias a sus obras ni para ensalzarlas ni para
criticarlas. Quizás esta situación se deba a la fama que su maestro
Martínez Montañés llegó a alcanzar en la ciudad de Sevilla, es por ello
que parecía lógico que toda obra de imaginería que destacase de manera
especial por sus cualidades artísticas debía haber salido necesariamente
de su gubia. Además, Montañés siguió trabajando veinte años más después
de la muerte de su antiguo discípulo.
Mesa se forjó como artista en los cánones estéticos del
último manierismo, en los patrones clasicistas que defendía su maestro,
Montañés. Sin embargo, su evolución personal lo conduce a la
introducción del realismo en
sus obras. De esta forma, y en los ambientes contrarreformistas de la
Sevilla de entonces, el estilo de Mesa resultaba completamente propicio
para exaltar la devoción popular hacia las imágenes. De ahí que la mayor
parte de sus realizaciones la constituyan aquellas tallas dedicadas a
procesionar, fundamentalmente en la Semana Santa, con una clara
predilección por el tema del crucificado, lo que le permite demostrar su
gran capacidad para captar a la perfección los detalles anatómicos,
para lo cual parece que Mesa se dedicó a la observación directa de
cadáveres, de donde obtendría el elevado rasgo realista de sus imágenes.
Es por ello conocido como el “Imaginero del Dolor” por su gran
capacidad para mostrarlo de forma dura y dramática pero también de
manera aceptada y resignada.
Destacan, entre sus obras
documentadas, el Cristo de la Buena Muerte de la capilla de la
Universidad (1620), el de la Conversión del Buen Ladrón (1619) de la
cofradía de
Montserrat, el de la Agonía (1622) de la parroquia de San Pedro de
Vergara (Guipúzcoa), el de la Misericordia de la Colegiata de Osuna
(1623) o el Nazareno de La Rambla (Córdoba) de 1621-22.
Nos
interesan especialmente dos de sus obras, por mucho tiempo atribuidas a
su maestro Martínez Montañés, el Cristo del Amor y Nuestro Padre Jesús
del Gran Poder, de las que mostramos dos documentos relevantes. La
existencia de estos documentos unida al estudio de la historiografía
artístitica y al análisis técnico de las obras, han podido demostrar la autoría a manos de Juan de Mesa.
EL CRISTO DEL AMOR
En marzo de 1618 la hermandad de la “Sagrada Entrada de Jesús en
Jerusalén” y la de
“Amor de Cristo y Nuestra Señora del Socorro y
Santiago Apóstol” se fusionan. Para llevar a cumplimiento el acuerdo
entre ambas hermandades deciden contratar a Juan de Mesa para que
realice las imágenes de un crucificado y una Dolorosa.
En 1618 el escribano y contador de la Casa de Contratación, Juan Francisco de Alvarado, mayordomo de la hermandad, contrató con Mesa la hechura de un Crucificado para la cofradía del Amor. Primer crucificado de los diez documentados que realizó a lo largo de su vida. La imagen es de tono impresionantemente realista, se inspira en el Cristo de la Clemencia de Martínez Montañés aunque con ciertas diferencias pues la representación es la de un Cristo muerto, lo que infiere en la anatomía movimientos y aspectos distintos, además del severo dramatismo de la cabeza con tosca corona de espinas, sudario de retorcidos pliegues con moñas laterales, típicas de Mesa, y tres clavos que determinan una composición triangular.
El investigador Celestino López Martínez en 1930, halló la escritura del Contrato entre Juan de Mesa, escultor y arquitecto, y Francisco de Alvarado [mayordomo de la hermandad del Amor] (...), que mostramos y que está fechado el 13 de mayo de 1618. En el mismo se estipulan las características de la talla a esculpir: “vna hechura de vn Christo crucificado que tenga de largo dos varas, antes más que menos, medido desde el calcañal del pie hasta la punta del cabello, de madera de sedro”. AHPSE, Protocolos Notariales, sig. 1189-P, fol. 173 rº-174 rº.
En su momento este hallazgo curiosamente provocó un cierto desengaño en
la hermandad pues desvanecía una tradición sobre un milagro producido
en un descreído discípulo de Montañés en el momento de colocar la imagen
en el altar y que lo llevó a ingresar como religioso.
También contamos en el rico fondo del AHPSE con la carta de pago de 4 de junio de 1620, fecha en la que hace entrega de las dos imágenes y cobra el resto de los 1.000 reales. AHPSE, Protocolos notariales, sig. 1199-P, fol. 167
EL GRAN PODER
Fue
realizado en 1620 por encargo de la Cofradía del Traspaso de Sevilla
que decide sustituir la imagen que devocionaba, de rostro de pasta, y
pies y manos de madera, por una nueva talla; obra magna del imaginero
cordobés muestra la clara influencia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión
de su maestro Montañés, pero en este caso Mesa ofrece una versión de un
mayor dramatismo y expresividad, conseguida gracias a una mayor
zancada, a la plasmación de las huellas del sufrimiento del rostro y de
la posición más curvada de la espalda.
Está realizada en madera de cedro, con peana en pino de segura, de constitución vigorosa, concebida para vestir, estando por ello principalmente talladas y encarnadas cabeza, manos, brazos, piernas y pies, el resto del cuerpo está anatomizado de forma somera. Está considerada como la imagen por excelencia de la Semana Santa de Sevilla. En ella se representa los elementos dramáticos propios de la primera fase del realismo Barroco, es el caso de la corona de espinas, tallada en bloque en la cabeza, y cuyas espinas se clavan en frente y orejas.
En 1930, el investigador Heliodoro Sánchez Corbacho descubrió la autoría localizando el siguiente documento que hemos seleccionado y que fue restaurado en el año 2000, Carta de pago y finiquito de Juan de Mesa, escultor, por 2.000 reales recibidos por la hechura de las imágenes de Jesús del Gran Poder y San Juan Evangelista, para la cofradía de Nuestra Señora del Traspaso que dicha Cofradía libró al imaginero el 1º de Octubre de 1620 "...dos mil reales de a treinta y quatro maravedís, cada uno, que yo obe de haber por las hechura de un Cristo con la cruz a cuestas y de un San Juan Evangelista que hice de madera de cedro y pino de Segura, de estatura el dicho Cristo de diez cuartas y media poco más de alto ...". AHPSE, Celomar, Sig. 19832-P, fol. 199 vº. Su descubrimiento tuvo gran repercusión en la prensa de la época, destacamos el artículo publicado en ABC en febrero de 1930.
Más información:
-Transcripción del Contrato del Cristo del Amor (1618)
-Transcripción de la Carta de pago del Cristo del Amor (1620)
-Transcripción de la Carta de pago de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder (1620)
-Informe restauración IAPH, incluye transcripción del Contrato de aprendizaje (1607)
-Fotografía de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder en su paso con túnica lisa, posiblemente la denominada “blanca” [1908?]
Para saber más:
-
BERNALES BALLESTEROS, Jorge; GARCÍA DE LA CONCHA DELGADO, Federico. Imagineros andaluces de los siglos de Oro. Editoriales Andaluzas Unidas, S.A., 1986
-
GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel; RODA PEÑA, José. Imaginería procesional de la Semana Santa de Sevilla. Universidad de Sevilla, 1992
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PALOMERO PÁRAMO, Jesús Miguel. “¡Según en papeles viejos se ha podido al fin saber!: Los fondos notariales y la historia del arte en Sevilla”. 20 años con el Archivo Histórico Provincial de Sevilla. 2007, p. 37-101
-
PASSOLAS JÁUREGUI, Jaime. Vida y obra del escultor Juan de Mesa. Jirones de Azul Editorial, 2007
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PINEDA NOVO, Daniel. Escultura e Imaginería. Grupo Andaluz de Ediciones, 1981.
Para ver:
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VIDÁN, Alfonso y CUEVAS, J. A. (dir.). Juan de Mesa, del olvido al Gran Poder. Producciones CATA, 2012
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