Archivos: un pasado cargado de futuro

Archivos: un pasado cargado de futuro


Archivos: un pasado cargado de futuro
ABC.-Una imagen del Archivo General de Indias en Sevilla 


Los archivos españoles son los grandes desconocidos de nuestro patrimonio cultural, a pesar de que por volumen e historia están entre los más importantes del mundo. España posee uno de los patrimonios documentales más importantes de Occidente porque es una nación vertebrada desde la Edad Media a través de instituciones muy variadas y complejas que en el ejercicio de sus funciones han conservado abundante documentación para lograr sus objetivos y como salvaguarda de sus derechos legales. Los archivos son herramientas de gobierno y administración antes de pasar a ser memoria de las instituciones que los originan.
Son importantes en primer lugar por su volumen. Según el censo guía de los archivos españoles e iberoamericanos, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, existen 35.562 archivos en España. Hay que tener en cuenta que la inscripción es voluntaria, por lo que quedan fuera numerosos archivos, sobre todo privados. El Archivo General de la Administración, fundado en 1969, es el tercer archivo del mundo en lo que a volumen se refiere -lo superan los Archivos Federales de Washington y la Cité des Archives de Fontainebleau-. 

Las estadísticas del Ministerio indican que sólo en los doce archivos de titularidad estatal que dependen de él hay más de 265 kilómetros lineales de documentación, con un crecimiento anual de nueve kilómetros. Es de suponer que en los más de 35.550 archivos restantes se acumulará una cantidad de documentación mucho mayor -el Archivo ABC, por ejemplo, cuenta con más de treinta millones de imágenes en sus más de tres kilómetros de estanterías-.

Valor histórico

El Archivo de la Corona de Aragón aplicó el sistema de registros introducido por Inocencio III en el Archivo Vaticano y en 1346 nombró al primer archivero conocido, Pere Passeya. Carlos I fundó en 1540 el Archivo de Simancas, aunque será su hijo, Felipe II, su gran impulsor, de la mano de Diego de Ayala: encargó en 1572 a Juan de Herrera las trazas de lo que se convertiría en el primer edificio construido para archivo de la época moderna, y en 1588 firma una instrucción considerada el primer reglamento de archivos del mundo. Tenemos el único archivo histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el Archivo de Indias, con sede en Sevilla. 

En España, el primer documento original conservado en un archivo es el diploma del Rey asturiano Silo, fechado en el año 775, un pergamino en letra cursiva visigótica que se encuentra en la catedral de León. Hay además una continuidad que no se da en la mayoría de los países: España conserva archivos que siguen funcionando desde el siglo XIV y cuya importancia trasciende nuestro territorio. El Archivo de la Corona de Aragón se fundó en 1318 y es indispensable para la historia del Mediterráneo durante la Edad Media. 

El de Simancas, de 1540, convertido en el gran archivo del Imperio Español, es imprescindible para conocer la historia de nuestro país desde la Edad Moderna hasta mediados del siglo XIX, y de todo el mundo conocido en el período de los Austrias. El Archivo General de Indias, creado en 1785, contiene los fondos producidos por las instituciones creadas por España para el gobierno y administración de los territorios ultramarinos. A estos archivos deberíamos añadir los archivos eclesiásticos, los municipales, universitarios o los privados.

Digitalización imparable

Desde hace ya bastantes años, los archivos españoles, públicos y privados, se encuentran inmersos en un proceso de digitalización de sus fondos. Es un proceso lento, complejo y costoso, pero es fundamental para mejorar la conservación, la gestión y la difusión de sus documentos. Permite evitar la manipulación, impide las pérdidas fortuitas o intencionadas y consigue que la consulta sea más rápida y eficaz, dejando la consulta de los originales a los casos indispensables. 

Y no sólo son importantes los archivos históricos. Los administrativos son fundamentales para el funcionamiento de las instituciones. Queda mucho por hacer en los archivos jurídicos, administrativos y sanitarios. Su optimización podría suponer un importante ahorro en el gasto público, al conseguir una mayor eficiencia en la gestión documental y en el servicio prestado a los ciudadanos. 

España es también pionera en la modernización de archivos, liderando como coordinadora el gran proyecto europeo de digitalización de materiales documentales, APEnet. El proyecto nacional estrella en materia de digitalización de fondos documentales, el Portal de Archivos Españoles (Pares), cuenta actualmente con varios millones de registros descriptivos en línea y con 41.634.602 imágenes de documentos. Las últimas estadísticas disponibles del INE sobre las consultas en los archivos estatales indican que se consultaron 106.377.481 documentos a través de internet, en 923.814 sesiones de trabajo. 

Aportación al PIB


Los últimos datos de la Cuenta Satélite de la Cultura en España cifran en 677 millones de euros la aportación del sector de Archivos y bibliotecas al PIB nacional. Aunque no hay una estadística integral del empleo en los archivos de España, Fesabid (Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística) calcula en 9.000 los trabajadores en Archivos. Teniendo en cuenta la cantidad de archivos registrados en el censo guía, es indudable que existen muchos más archiveros, que quedan fuera de las estadísticas oficiales.

España debe aprovechar una riqueza documental que, como sucede con los recursos naturales, no se puede improvisar: se tiene o no se tiene. Tenemos profesionales solventes -e instituciones educativas para seguir formándolos- para hacerlo. Contamos con una tradición de siglos y uno de los mejores sistemas archivísticos del mundo.

Cuando desaparezcamos todos y no quede en la memoria de los vivos más que un vago recuerdo de nuestro tiempo, ahí seguirán los archivos, para dar testimonio, a quien quiera saber, de nuestro paso por este mundo.

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