La «piedra solar», el secreto de la navegación vikinga
Día 10/03/2013
Un grupo de investigadores cree haber encontrado el instrumento que guiaba a los navíos nórdicos cuando el astro rey estaba oculto
El vigía avista tierra y grita con fuerza la nueva buena.
El viaje ha sido largo, pero los drakkar han demostrado una vez más su
valía y han surcado el mar con bravura. La misma que la de su
tripulación. Tras echar el ancla, un pequeño destacamento se aproxima a
la costa del inexplorado territorio. Pisan con firmeza el ignoto
escenario. Lo llamarán Vinland. Los vikingos han llegado a la isla de
Terranova. Es decir, dejaron su huella en América cinco siglos antes de
que lo hiciera Cristóbal Colón. Anteriormente, a bordo de sus drakkar
descubrieron Groenlandia y se asentaron en Islandia. ¿Cómo se guiaban
por los océanos? Un grupo de investigadores cree haber encontrado la
‘piedra solar’ de los vikingos, su brújula de navegación.
Según una leyenda vikinga, en días de niebla o de tormenta,
el rey Olaf sostenía una piedra solar, la alzaba al cielo y observaba
la procedencia de la luz. De esta manera sabía dónde se encontraba el
Sol –a pesar de estar tapado por las nubes- y proseguían seguros la
navegación. Pues bien, un equipo de la Universidad de Rennes (Francia)
ha encontrado lo que podría ser este misterioso instrumento capaz de
guiar a los vikingos a pesar de las inclemencias meteorológicas. Se
trata de un cristal con forma rectangular hallado en un navío de guerra
inglés que naufragó en el siglo XVI.
La piedra es de espato de Islandia, una forma transparente y
de formación natural de cristal de calcita que polariza la luz y puede
indicar la posición del Sol. Según explican los investigadores en
‘Proceedings’ de la British Royal Society, tras realizar los análisis
químicos del objeto con un espectómetro descubrieron que se trataba de
calcita. La piedra es del tamaño de una barra de jabón con los bordes
recortados en ángulos hasta adoptar una forma romboédrica.
Herramienta complementaria
El instrumento en concreto ha sido rescatado de un barco
inglés enviado a Francia en 1592 por la reina Isabel I para vigilar el
canal de la Mancha ante el temor de sufrir un nuevo intento de invasión
por parte de la armada española. La ‘piedra solar’ podría utilizarse
todavía como herramienta complementaria a otros instrumentos de
navegación. «Aunque era fácil de usar, la brújula magnética no siempre
era fiable en el siglo XVI, ya que la mayoría de los fenómenos
magnéticos no se entendían», argumentan los autores del estudio.
Para demostrar las capacidades del instrumento, los
investigadores llevaron a cabo un experimento. Recrearon una piedra
similar a la original y lograron detectar la posición del Sol durante 40
minutos cuando el astro permanecía oculto. Una prueba de que las
leyendas nórdicas decían la verdad.
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