Un paseo por la Sevilla mudéjar
Javier Macías, Sevilla 14.VI.2013
Descubrimos los secretos ocultos de la ciudad recorriendo los lugares donde se conserva la huella islámica
Cuentan que cuando el Rey San Fernando conquistó Sevilla, en 1248,
su hijo Alfonso amenazó a sus habitantes con degollarlos si se les
ocurría tocar una sola teja de la mezquita o su alminar, la Giralda.
Los cristianos podrían haberlo hecho. Podrían haber
derribado todo aquello que dejaron los musulmanes, pero no fue así,
prefirieron aprovechar su rico patrimonio. Sucumbieron ante el arte musulmán, y así nació la arquitectura mudéjar.
Mudéjar, que significa «domesticado» en árabe,
en relación a los moros que permanecieron en España tras la
Reconquista, es uno de los referentes más importantes del arte
sevillano. Una ciudad poliédrica, ecléctica,
que combina el mudéjar con el gótico, el barroco, el plateresco o, más
recientemente, con el regionalismo y el racionalismo. Cuna de culturas,
por algo la llaman la Jerusalén de Occidente.
Pasear por sus calles, entrar en sus templos, es retrotraerse a aquellos tiempos en los que los edificios dialogaban con el entorno,
respetando su pasado, sin barbaridades como en los últimos años. Y así,
ABC de Sevilla ofrecerá esas rutas culturales por la ciudad oculta.
Cita en el Arco
La zona norte del Casco Antiguo, cuya fronteras son las
murallas almohades, bebe de esa arquitectura hispano-musulmana. La ruta
podría comenzar en la antigua puerta de Bab Macarana, hoy el Arco de la Macarena. Subiendo unos metros por San Luis, a espaldas de la basílica de la Esperanza, nos encontramos con San Gil.
Un templo muy desconocido, pero catalogado como Monumento, que fue
construido en el siglo XIII sobre el solar de una antigua mezquita, de
la que aún se conservan los restos en la base de la torre y la capilla sacramental.
De allí, por la calle San Luis, a cinco minutos, está la iglesia de Santa Marina,
también destruida en la Guerra, pero que es uno de los templos más
antiguos de Sevilla, construido en 1265 sobre otra mezquita. No se
pierdan la torre mudéjar, de planta cuadrada y construida en ladrillo.
Y, una vez dentro, observe la cúpula de la antigua capilla del infante Don Felipe, del siglo XIII, que mezcla la yesería con el ladrillo.
La calle San Luis, el cardo máximo, vuelve a servir de nexo entre templos mudéjares. A pocos metros de Santa Marina, aparece San Marcos,
una de las que mejor conservan el estilo gótico-mudéjar. ¿Saben sobre
qué se construyó? Sobre otra mezquita, al igual que los templos
anteriores. Destaca la portada, de estilo gótico pero decorada con dientes de sierra, y en cuyo frente se halla una franja horizontal con tramos de sebka, un motivo decorativo islámico donde se entrecruzan hileras de rombos, que también se puede apreciar en la Giralda. La torre también
es mudéjar y corresponde al antiguo alminar de la mezquita, y donde
también se aprecian estos elementos decorativos musulmanes.
Muy cerca, en Santa Paula,
hay un convento cuya iglesia es una maravilla. Uno de los secretos
ocultos de Sevilla. La portada combina los estilos mudéjar, gótico y
renacentista… pero fíjese en las cubiertas, con bóvedas nervadas y la
que está montada sobre trompas, así como el impresionante artesonado
mudéjar.
Más adelante, la iglesia de San Román,
muy castigada a lo largo de la historia, pero que fue una de las 24
parroquias en las que quedó dividida Sevilla tras la Reconquista. Las
reconstrucciones que ha sufrido este templo a lo largo de los siglos ha
impedido que se conserven muchos elementos de estilo múdejar. No
obstante, a ambos lados de la portada existen dos ventanas con
decoración islámica, con arcos poliobulados y enmarcadas por alfiz.
Santa Catalina, joya del mudéjar
En esta ruta no puede entrar Santa Catalina.
Cerrado y abandonado desde hace años, este templo Monumento Nacional
espera ser restaurados para volver a ofrecer sus secretos. Un templo por
el que pasaba la muralla romana, y que fue construido sobre las ruinas
de una mezquita, conservando parte del mihrab y del alminar en la torre.
Tanta riqueza tiene esta iglesia que, además de este estilo, alberga
una capilla sacramental imponente, de estilo barroco. En su interior,
también es mudéjar el artesonado.
Muy cerca, está el Palacio de las Dueñas, propiedad del Ducado de Alba. Dentro, un patio andaluz con
jardines y abrevadero, rodeado de arcos con columnas de mármol de
estilo plateresco donde, justo encima, se aprecian otro tipo de arcos mudéjar, en una nueva galería. Machado,
que nació en este palacio, lo describió como recuerdo de su niñez: «Mi
infancia son recuerdos de un patio de Sevilla/ y un huerto claro donde
madura el limonero;/ mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;/
mi historia, algunos casos que recordar no quiero».
Una de las grandes olvidadas edificaciones de estilo mudéjar es la iglesia de San Juan de la Palma.
Asentada sobre una antigua mezquita, aún se conserva la bóveda de
inspiración islámica de la capilla sacramental, con el artesonado de la
capilla.
Centro de interpretación del mudéjar
Olvidado, caído en el ostracismo, el Palacio de los Marqueses de la Algaba es el mejor exponente del arte mudéjar civil en
Sevilla, y desde enero de este año ha sido puesto en valor con la
inauguración del Centro del Arte Mudéjar, gracias a la delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento. Allí se exponen 111 piezas de este estilo artístico.
Este edificio, que se encuentra a las espaldas del Mercado de la calle Feria, está muy cerca también de la parroquia de Omnium Sactorum. Construida en 1249, es uno de los templos más antiguos de la ciudad, y de los mejor conservados. Llama la atención la pequeña ventana mudéjar, muy decorada. Como ocurre con San Marcos y la Giralda, la torre alberga paños de sebbka.
Y lejos de allí, en el barrio de San Lorenzo, se levanta desde 1289 el antiguo convento de Santa Clara,
hoy espacio museístico y cultural, que está construido junto al antiguo
palacio mudéjar de Fadrique de Castilla. De esta construcción aún
permanece en pie su torre, conocida como la de Don Fadrique.
¿Concluye aquí la ruta del mudéjar?
Los principales exponentes del mudéjar en Sevilla, por
conocidos, no están precisamente en la zona norte del Casco Antiguo: el
Palacio del Rey Don Pedro en el Alcázar y la Casa des Pilatos.
Palacios, iglesias, torres, murallas, arcos… Sevilla
conserva una gran parte de lo que fue su pasado. El mudéjar se supo
combinar con el gótico. Éste, con el barroco, el renacentista, el
plateresco… Es la ciudad de las mil caras.
MÁS INFORMACIÓN:
Comentarios