XI Curso Práctico de Arqueología de Campo “Cerro de las Cabezas” (Valdepeñas, Ciudad Real)






Jueves, 04 Julio 2013

Una veintena de universitarios participarán del 12 al 20 de agosto en el XI Curso Práctico de Arqueología de Campo “Cerro de las Cabezas” que impartirá la Asociación para la Investigación y el Desarrollo Cultural “Orisos” en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas y el Centro Asociado a la UNED “Lorenzo Luzuriaga”.

Los alumnos participantes están formándose en Geografía e Historia e Historia del Arte y Antropología, y durante este curso recibirán   formación teórica y práctica de las tareas propias de una excavación arqueológica. El presidente de Orisos, Pedro Jesús Jaramillo explicó que el curso tiene por objeto “poner en valor el yacimiento y realizar excavaciones, dando formación a los alumnos de la carrera de Historia.

Se trata de unos trabajos que este año tendrán como temática las estructuras domésticas, que según el arqueólogo municipal y co-director del curso, Julián Vélez, darán muchos materiales que permitirán saber cómo era la vida cotidiana. Porque al fin y al cabo en la vivienda es donde se refleja la vida de la cultura ibérica y de sus sociedades”.

El curso abordará prácticas con procesos básicos de excavación, estudios de piezas, realización de inventarios o planometrías, además de clases teóricas en horario de tarde impartidas en el Centro Asociado a la UNED “Lorenzo Luzuriaga” por expertos en la materia. Además, como novedad este año los alumnos podrán realizar estudios sobre alguna de las áreas del yacimiento con el objetivo de poder publicarlos y dar a conocer los resultados de los trabajos.

Por último, el director del Centro Asociado a la UNED Valdepeñas, Salvador Galán, destacó la importancia de estas actividades para mejorar la formación y aumentar el interés de los alumnos universitarios.

El Cerro de las Cabezas es un yacimiento arqueológico de origen íbero-oretano que estuvo habitado desde el siglo VI al II a. C. Se trata de una ciudad amurallada, de la que se conservan íntegramente los cimientos de las casas y los zócalos de la muralla exterior, En su interior, esta ciudad podría haber llegado a albergar a unas 4.000 ó 5.000 personas, lo que supondría el 1% de toda la población de la Península Ibérica de la época. La situación en su emplazamiento se debe a razones estratégicas por el control de la ruta entre el valle del Guadalquivir y la planicie de la Meseta Sur.


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