Excepcional visita al Museo del Prado
de «la otra Gioconda» de Francia
NATIVIDAD
PULIDO / Madrid,
14/02/2014
La pinacoteca expone, hasta
el 25 de mayo, esta obra maestra absoluta de la Historia del Arte, que sale por
vez primera del Museo de Bellas Artes de Amberes
MUSEO DE BELLAS ARTES DE AMBERES
Esta es la historia de un apasionante
triángulo amoroso: el hombre más poderoso de Francia, su pareja sentimental
y su amante. ¿Les suena de
algo? ¿Y qué hace el affaire más famoso de los últimos tiempos en
las páginas de Cultura?, se preguntarán. Ahora cambien los nombres de François
Hollande por el Rey Carlos VII de
Francia, llamado «el Bien Servido»; el
de Valerie Trierweiler por la Reina María de Anjou y el
de la actriz Julie Gayet por la dama de la Corte
Agnes Sorel. Y retrocedamos
más de 550 años. Fue un triángulo amoroso que dio tanto que hablar en la
Francia del siglo XV como el del
presidente francés en la actualidad. Son otros los protagonistas,
otras las profesiones, las intrigas, pero el argumento deambos culebrones
galos es el mismo.
GALERÍA DE LOS UFFIZI, FLORENCIA
El Museo del Prado ha recibido a un huésped de excepción: «La Virgen con el Niño y ángeles»,
de Jean Fouquet, una de las obras maestras absolutas de la Historia del
Arte. Esta distinción solo la reciben los cuadros que forman parte de un selecto club en el que se hallan «Las Meninas», «La
Gioconda»... Es la joya del Museo de Bellas Artes de Amberes. Nunca ha salido desde que en 1841 la cediera al Estado
belga Floris van Ertborn, junto al resto de su colección. Ahora ha sido posible
este histórico préstamo debido a que la pinacoteca ha cerrado sus puertas por
reformas. Hasta el 25 de mayo cuelga este maravilloso cuadro en
la sala 57A del Prado. Está en buena compañía,
junto a obras de Patinir, Gossaert, Van Orley... Es la novena entrega del
programa «La obra invitada»,
que patrocina la Fundación Amigos
del Museo del Prado, gracias al cual hemos podido disfrutar en
Madrid de tesoros de Caravaggio, Georges de La Tour, Hals, Sargent, Picasso,
Velázquez...
Provocativamente moderna
Si,
como dice el director del Prado, «cada obra maestra es un museo en sí misma»,
en este caso habría que añadir que es uno de los mejores museos del mundo. «Es
un sueño tenerla en el Prado», dice con orgullo Gabriele Finaldi, director
adjunto de la pinacoteca.Modernísima, enigmática, original, esta obra
resulta hipnótica. No puedes apartar sus ojos de ella. Hay Vírgenes, y
muchas, en el Prado, la catedral
de la iconografía mariana, según Miguel
Zugaza, pero «ninguna resulta tan poderosa,
sensual y provocativamente moderna como
ésta». Recuerda mucho a las Madonnas de Pierro
della Francesca. No en vano, Fouquet –el pintor y miniaturista más
destacado del siglo XV en Francia– bebe tanto de los primitivos flamencos como
del Quattrocento italiano.
La obra fue encargada por Etienne Chevalier,
tesorero de Carlos VII
Jean Fouquet (h. 1420-1481) pintó esta obra
maestra en torno a 1452-56 por encargo de Etienne
Chevalier, tesorero de Carlos VII y después de su hijo, Luis XI, para su tumba y la de su esposa.
Es una de las tablas de un díptico, conocido como «Díptico Melun», porque estuvo en la iglesia colegial de Nôtre Dame de Melun
hasta que en el siglo XVIII fue dividido. La otra tabla (en la que aparece el propio
Chevalier junto a su santo protector, San Esteban) se halla en la colección de
la Gemäldegalerie de
Berlín. Pero volvamos a la tabla de la Virgen.
Encierra
una historia apasionante.
Fouquet tomó como modelo para el rostro de la Virgen el de la bella Agnes Sorel. ¿Quién
fue esta mujer? Dama de la
Corte, escogida por la Reina María de Anjou, llegó a ser amante de su esposo, Carlos VII,
con quien tuvo tres hijas (Carlota, María y Juana). Fue la primera amante
oficial de un Monarca en la Historia de Francia, con título propio. Joven,
rubia, de ojos azules,el Rey enloqueció por ella. Hija de un noble, era culta, inteligente y muy caritativa.
A los 28 años, embarazada del cuatro hijo del Carlos VII, murió. Etienne
Chevalier fue su testamentario. Sorel es una de las protagonistas de un poema
de Voltaire y hasta un corsé lleva su nombre.
MUSEO DEL LOUVRE, PARÍS
Un icono
Se
trata de un icono que podría
codearse con la mismísima Mona Lisa. De hecho, explica el director del
Museo de Bellas Artes de Amberes, Paul
Huvenne, es el equivalente de esa obra maestra: «Yo le digo al director del
Louvre:“Tú tienes la italiana, pero yo me he quedado con la francesa”».
Bromas y piques de directores de museo aparte, Pilar Silva, jefe de
Departamento de Pintura Española, Flamenca y Escuelas del Norte del Prado,
desentrañaba ayer, durante la presentación, los
misterios del cuadro.
ABC
Fouquet tuvo la osadía de pintar los ángeles
de color rojo y azul
Por un lado, la construcción geométrica del espacio. Fouquet separó dos espacios bien diferenciados: pintó a Chevalier en uno terrenal, y a la Virgen, en otro celestial, entronizada como reina de los cielos, con una impresionante corona y capa de armiño, escoltada por un coro de ángeles y querubines, con curiosas y atrevidas formas y colores ¡azules y rojos! Semejan rubíes y zafiros. Contrastan con la piel blaquísima (parece marfil) de la Virgen, que Fouquet inmortaliza como la Madonna de la leche y siguiendo el canon de belleza femenina en la época: el nacimiento del pelo muy atrás, apenas tiene cejas... Su corpiño está entreabierto y deja a la vista su seno izquierdo.
Explica
Pilar Silva que tanto el prominente
pecho como la cabeza oval de
la Virgen «están trazados como con un compás». «Más que del siglo XV esta obra
maestra parece del futuro»,
apunta. Los detallesde
esta excepcional tabla (94,5 x 85,5) son exquisitos:
el velo transparente de la Virgen, el reflejo de las ventanas en la bolas del
trono... Un prodigio de
ingenio y belleza.
-o-o-o-
La amante del Rey murió envenenada con mercurio
N.
P. MADRID
El 28 de
septiembre de 2004, 554 años después de su muerte, fueron exhumados los restos
de Agnes Sorel, enterrada en la colegiata de Saint-Ours, junto al castillo de
Loches, regalo de Carlos VII. El forense francés Philippe Charlier, del
hospital de Lille, analizó dichos restos y determinó que la amante oficial de
Carlos VII había muerto envenenada con mercurio. Falleció en Jumièges el 9 de
febrero de 1450. Se creyó que fue a causa de la disentería. Tenía 28 años. Se
ha especulado con que el hijo del Monarca, el futuro Luis XI, estuviera detrás
del asesinato, pues vería en ella una amenaza a su trono.
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