Los 10 pueblos más bonitos de Asturias
En una comunidad con tres grandes ciudades históricas y monumentales -Oviedo, Gijón y Avilés-
quedan aún numerosos pueblecitos de pescadores y aldeas de montaña que
harán las delicias de quienes vayan buscando esa otra Asturias más
recóndita y auténtica. Estos son 10 de los más recomendables.
1 – Cudillero
Las casas
de Cudillero se descuelgan por una empinada ladera como si las hubieran
cosido a la montaña. Por sus calles no se camina, se escala. Y es que la
exigua rada de este puerto, que desde el siglo XV mantuvo una de las
más importantes flotas balleneras del Cantábrico, obligó a aguzar el
ingenio a la hora de encontrar espacio disponible. Cudillero es el
pueblo turístico más famoso de la costa del Principado.
2 – Lastres
Lastres
fue siempre un pueblo lleno de encanto pero su fama se disparó desde que
fue elegido para rodar los exteriores de la serie Doctor Mateo.
Se organiza en torno a una compleja red de pequeñas, estrechas y
enrevesadas callejuelas pobladas por casas con corredores de madera y
galerías acristaladas, típicas de la arquitectura popular asturiana.
Paso obligado es la Calle Real, donde mejor se pueden contemplar las
casas populares.
3 – Tazones
Bordeando
la carretera que va en paralelo a la ría de Villaviciosa aparece otro de
esos deliciosos pueblos pesquerostípicos asturianos. No queda mucho de
su flota artesanal, pero sí se conservan las calles empinadas típicas de
estos núcleos marineros. Hay muchos restaurantes y sidrerías donde
probar buen pescado y marisco de la ría. En la playa se localizan varias
huellas de dinosaurio.
4 – Colombres
Uno de los
pueblos de Asturias con mayor concentración de arquitectura indiana. Un
estilo constructivo importado por los asturianos que emigraron a
América y se hicieron ricos allí. En una de estas hermosas mansiones, la
Quinta Guadalupe, cuya fachada azul destaca sobre el resto, se instaló
en 1987 el Archivo de Indianos, un museo y centro de investigación sobre
la emigración asturiana a América en los siglos XIX y XX.
5 – Bulnes
El único
pueblo habitado sin acceso por carretera que queda en España está en la
canal del Texu, a 649 metros de altitud, en plena senda de ascenso a
Vega de Urriellu y la base del Naranco de Bulnes. Tiene censados a 23
vecinos. Bulnes fue un emblema para generaciones de montañeros. Desde
que se abrió un funicular los vecinos, y los numerosos turistas, ya no
necesitan hacer a pie la senda que lo comunicaba con el resto del mundo.
6 – Taramundi
Pionero
del turismo rural, Taramundi fue históricamente una localidad de
artesanos del hierro: en 1900 había 200 ferreiros en el pueblo. Por
fortuna la tradición de la forja se ha conservado y aún hoy existen
artesanos que trabajan a mano el acero para producir los famosos
cuchillos y navajas de Taramundi. El pueblo tiene un casco pequeño y
compacto con numerosas viviendas antiguas hechas con la típica
mampostería de piedra si tallar y tejados de lajas de pizarra.
7 – Os Teixóis
A cuatro
kilómetros de Taramundi aparece este pueblo, que quedó abandonado en la
frondosidad de un estrecho valle. Se restauró dentro del plan
dinamizador de la zona de los Oscos-Eo y hoy es un perfecto ejemplo de
aldea rural astur. Conserva el sistema de ingenios hidráulicos por el
que mediante la fuerza de gravedad del agua se mueve el mazo, la piedra
de afilar, el molino, el batán y hasta una pequeña central
hidroeléctrica.
8 – Luarca
Otro de
los pueblos costeros más bonitos del Principado además de uno de los
puertos históricos más importantes del occidente asturiano. Y uno de los
pocos lugares del mundo donde los muertos gozan de mejor vistas que los
vivos gracias a la panorámica situación de su cementerio. Luarca se
hizo famosa por la actividad de su flota durante la época en que aún se
pescaban ballenas en el Cantábrico.
9 – Ribadesella
Pese a
haber crecido mucho, Ribadesella mantiene un interesante casco antiguo
en la margen derecha de la ría del Sellaque aún conserva antiguas
callejas de trazado medieval y otras muchas correspondientes al ensanche
decimonónico. Buena parte de ellas son peatonales lo que contribuye a
que siempre haya buen ambiente y muchas y animadas terrazas. El centro
de esta zona histórica es la plaza reina María Cristina, donde está el
antiguo el palacio de Prieto-Cutre, hoy sede del Ayuntamiento.
10 – Sotres
Aunque el
barrio alto mantiene el entramado urbano y la tipología constructiva de
un pueblo típico astur dedicado durante siglos a la ganadería de
montaña, lo que hace bello a Sotres es su ubicación, en un espectacular
paraje de alta montaña en el corazón de Picos de Europa. Hoy sus cerca
de 200 habitantes viven ya más del turismo que de los animales, pero aún
se cuida el ganado como antaño y se hace queso de Cabrales en las
numerosas cuevas vecinas.
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