Una serie de archivos demuestran la visita de Miguel de Cervantes a La Puebla de Cazalla
La digitalización de los protocolos notariales municipales ha descubierto esta presencia.
El archivero municipal, José Cabello, muestra los documentos con la rúbrica de Cervantes. / María Montiel
En ocasiones, un hallazgo casual puede tener consecuencias inimaginables para una localidad. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido en La Puebla de Cazalla, donde se ha descubierto la presencia de Miguel de Cervantes durante una época de su vida desconocida para los biógrafos del insigne escritor.
Ha sido durante la digitalización de los protocolos notariales cuando el archivero municipal, José Cabello, se encontró con una firma curiosamente conocida. Y es que nadie en el municipio conocía la visita del escritor a estas tierras moriscas. Una grata sorpresa que se llevaba José al descubrir de manera fortuita que «en uno de los documentos que estaba ojeando se podía percibir de manera clara la firma del autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha». Una rúbrica que acredita que Cervantes visitaba la localidad como Comisario, requisando trigo y cebada para su majestad el Rey Felipe II. Este documento proporciona datos hasta ahora inéditos, permitiendo aportar una valiosa información que, sin duda, permite aclarar algunos aspectos de la vida de este personaje, prácticamente desconocidos a pesar de la multitud de estudios y publicaciones especializadas que, sobre su obra y su persona, se vienen publicando desde el siglo XVIII.
De esta manera, se destaca el hecho de que la presencia de Cervantes en esta villa se produjo en un difícil momento de su vida, en el cual sus biógrafos consideran se encontraba residiendo en Sevilla, vacante y sin oficio. Es por ello que, este manuscrito, abre la puerta a una vía diferente, aportándose el dato de que «estaba trabajando y vino a La Puebla a recoger grano para el Rey. Además, este hecho hace suponer que posiblemente también estuviera por otros pueblos de la comarca como son Osuna, Morón, etc.», explica el archivero.
El documento cervantino está firmado el 5 de marzo de 1593 y en él los oficiales del «Ayuntamiento», que recibieron personalmente a Cervantes, se convinieron con éste a entregarle 130 fanegas de trigo y 20 fanegas de cebada el día 13 de marzo, desconociéndose qué pudo hacer durante ese periodo de tiempo y tampoco dónde pudo permanecer. No obstante, por los datos de la época es fácilmente deducible que «su estancia en el municipio discurriría por el antiguo Mesón del Toro y los aledaños del Ayuntamiento, ubicado muy cerca del mesón».
Este pequeño hecho de encontrar una aguja en un pajar de tesoros documentales ha avivado la curiosidad de Cabello, quien de manera minuciosa está estudiando la gran cantidad de información microfilmada, con el objetivo de tener más datos sobre la posibilidad de que pueda existir alguna visita anterior, «puesto que hay datos que revelan que estuvo en Arahal y Marchena recogiendo aceituna».
Sin embargo, el mal estado de algunos documentos, unido a la gran cantidad de archivos y la desaparición de muchos de ellos durante la época de la guerra civil y el paso de las tropas alemanas, dificultan enormemente esta labor de investigación. Ahora, y tras este descubrimiento, los vecinos y visitantes de La Puebla de Cazalla podrán soñar con esta localidad sevillana pensando que fue fuente de inspiración de las obras de este genio de las letras españolas, o que incluso algún vecino peculiar sería reflejo de algún personaje de las obras de Miguel de Cervantes o, por qué no decirlo, incluso de su famoso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
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