La Contra Armada Inglesa:"El mayor desastre naval de la Historia de Inglaterra"
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La
Invencible Inglesa fue una flota de invasión enviada a la Península
Ibérica por la reina Isabel I de Inglaterra en la primavera de 1589.
Jesús Ángel, 2 de diciembre de 2012

Luis GORROCHATEGUI SANTOS:
Contra Armada.
La mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra,
Ministerio de Defensa
Los ingleses lograron ocultar durante siglos que la expedición del pirata Drake para acabar con el Imperio concluyó con un desastre aún mayor que el español . Esta batalla forma parte de la guerra anglo-española que termino con la victoria española reconocida en el tratado de Londres 1604. La Contra Armada Inglesa, un hecho totalmente desconocido y olvidado por la mayoría de los historiadores del mundo y lo que es más lamentable, por el conjunto de la sociedad española.
La Invencible Inglesa
Inmediatamente después del fracaso de la Armada Invencible 1588,
Isabel I de Inglaterra preparó una flota de represalia de proporciones
aún mayores que su antecesora. Fue la llamada Contra Armada o Invencible
Inglesa. Su objetivo era aprovechar la debilidad de la marina española
tras el descalabro de la Invencible, y asestar un demoledor golpe a
España que acabase con la guerra ya iniciada.Para ello debía cumplir tres misiones.
La primera y fundamental era destruir, en Santander, la Invencible regresada, que estaba en urgente reparación. Conseguido esto dejaría a España huérfana de flota en el Atlántico europeo.

Su tercera misión era apostarse en las Azores y capturar la flota de Indias. De este modo, Inglaterra sería la nueva dueña del Atlántico y se aprestaría a usurpar las rutas oceánicas españolas.
Imagen 01.- (El Revenge, buque insignia de Drake, capturado por la Armada Española en aguas de las Islas Azores en 1591.)
El Pirata Drake y la Contra Armada
Esa
Contraarmada contaba con más de 150 barcos ( La Armada Invencible
española contaba con 120 barcos) y unos 23.000 hombres era capitaneada
por el almirante Francis Drake y por el general John Norris (el más
prestigioso militar inglés de su tiempo, como general en jefe de los
ejércitos transportados). Las claras órdenes dadas por su reina de
dirigirse directamente a Lisboa las torció a su gusto el más famoso de
los piratas (Drake) que prefirió venir en busca del desquite contra la
ciudad desde la que había partido la Gran Armada, un año antes hacia
Inglaterra).Se dispuso a atacar primero, el que entendían el puerto más
débil, el de La Coruña.
Ataque a La Coruña (1589)
Las defensas de La Coruña eran bastante deficientes. El 4 de mayo la flota inglesa se asomaba al puerto de la ciudad gallega. La San Juan, la Princesa y la Diana se apostaron junto al fuerte de San Antón
y cañonearon, apoyadas por las baterías del fuerte, a la flota inglesa a
medida que esta se iba introduciendo en la bahía, forzando así a los
atacantes a mantenerse alejados. Unos 8.000 ingleses desembarcaron al
día siguiente en la playa de Santa María de Oza, en la orilla opuesta al
fuerte, llevando a tierra varias piezas de artillería y batiendo desde
allí a los barcos españoles que no podían cubrirse ni responder al fuego
enemigo. Finalmente, los marinos españoles tomaron la decisión de
hundir las naos y resguardar las galeras en el puerto de Betanzos, dejando a la mayor parte de las tripulaciones en la ciudad para unirse a la defensa.
Durante
los siguientes días, las tropas inglesas bajo mando de John Norris
atacaron la ciudad, tomando sin demasiada dificultad la parte baja de La
Coruña, saqueando el barrio de La Pescadería, y matando a unos 500
españoles, entre los cuales se contaron numerosos civiles. Tras esto,
los hombres de Norris se lanzaron a por la parte alta de la ciudad, pero
esta vez se estrellaron contra las murallas españolas. Apostados tras
ellas, la guarnición
y la población de la villa, incluyendo a mujeres y niños, se defendió
con total determinación del ataque inglés, matando a cerca de 1.000
asaltantes. Fue durante esta acción donde se distinguió la que hoy en
día sigue siendo considerada heroína popular en la ciudad de La Coruña:
Doña María Mayor Fernández de la Cámara y Pita, más conocida como María Pita. La leyenda cuenta que muerto su marido en los combates, cuando un alférez inglés arengaba a sus tropas al pie de las murallas, doña María se fue sobre él con una pica
y lo atravesó, arrebatándole además el estandarte, lo que provocó el
derrumbe definitivo de la moral de los atacantes. Otra mujer que aparece
en las crónicas de la época por su distinción en los combates fue doña Inés de Ben.
María Pita fue nombrada por Felipe II alférez perpetuo, y el capitán
don Juan Varela fue premiado por su actuación al mando de las tropas y
milicias coruñesas.
Imagen 02.- La heroína María Pita defendiendo La Coruña de los ingleses
Finalmente, y
ante la noticia de la llegada de refuerzos terrestres, las tropas
inglesas abandonaron la pretensión de tomar la ciudad y se retiraron
para reembarcar el 18 de mayo
habiendo dejado tras de sí unos 1.000 muertos españoles, y habiendo
perdido por su parte unos 1.300 hombres, además de entre 2 y 3 buques y 4
barcazas . Además, en aquel momento las epidemias empezaron a hacer
mella entre las tropas inglesas, lo cual unido al duro e inesperado
rechazo en La Coruña contribuyó al decaimiento de la moral y al aumento
de la indisciplina entre los ingleses. Tras hacerse a la mar, otros diez
buques de pequeño tamaño con unos 1.000 hombres a bordo decidieron
desertar y tomaron rumbo a Inglaterra. El resto de la flota, a pesar de
no haber conseguido aprovisionarse en La Coruña, prosiguió con el plan
establecido y puso rumbo a Lisboa.
María Pita vs. Francis Drake ( Por Juan Luis Cebrián La Rosa de los Vientos)
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Ataque a Lisboa
El siguiente paso era provocar el levantamiento portugués contra los españoles. La aristocracia portuguesa había aceptado a Felipe II como rey de Portugal en 1580 quedando el país anexionado al Imperio Español. El pretendiente, el Prior de Crato, no habiendo sido capaz de establecer un gobierno en el exilio, había pedido ayuda a Inglaterra para tratar de hacerse con la corona portuguesa. Isabel aceptó ayudarle con el objetivo de disminuir el poder de España en Europa, obtener una base permanente en las Islas Azores desde la que atacar a los mercantes españoles y finalmente, arrebatar a España el control de las rutas comerciales a las Indias.
Imagen 03.- Prior de Crato aspirante a la corona de Portugal y aliado de Inglaterra
Con unos precedentes poco halagüeños, finalmente la flota inglesa fondeó en la ciudad portuguesa de Peniche el 26 de mayo de 1589
e inmediatamente comenzó el desembarco de las tropas expedicionarias
comandadas por Norris. Acto seguido, el ejército comandado por Norris,
compuesto a aquellas alturas de la misión por unos 10.000 hombres,
partió rumbo a Lisboa.Paralelamente,
la flota comandada por Drake también puso rumbo a la capital
portuguesa. El plan consistía en que Drake forzaría la boca del Tajo
y atacaría Lisboa por mar, mientras Norris, que iría reuniendo adeptos y
pertrechos por el camino, atacaría la capital por tierra para
finalmente tomarla.
Pero lo cierto es
que el ejército inglés tuvo que soportar una durísima marcha hasta
llegar a Lisboa, siendo diezmados por los constantes ataques de las
partidas hispano-portuguesas, que les causaron cientos de bajas, y por
las epidemias que ya traían de los barcos.
Sorprendentemente
para los ingleses, la ciudad no solo no daba muestras de pretender
rendirse, sino que se aprestaba a la defensa. La guarnición lisboeta
estaba compuesta por unos 7.000 hombres entre españoles y portugueses.
Si bien las autoridades españolas no confiaban totalmente en las tropas
portuguesas, nunca llegaron a producirse levantamientos ni motines. Por
otra parte, en el puerto fondeaban unos 40 barcos de vela bajo mando de
don Matías de Alburquerque, y las 18 galeras de la Escuadra de Portugal, bajo mando de don Alonso de Bazán (hermano del ilustre marino español), se preparaban para el combate.
Inmediatamente las galeras de Bazán atacaron a las fuerzas terrestres inglesas desde la ribera del Tajo causando numerosas bajas a los invasores con su artillería y con el fuego de mosquetería
de las tropas embarcadas. Los ingleses buscaron refugio en el convento
de Santa Catalina, pero fueron acribillados por la artillería de la
galera comandada por el capitán
Montfrui, y se vieron forzados a salir y continuar la marcha bajo un
fuego incesante. La noche siguiente, los soldados de Norris montaron su
campamento en la oscuridad para evitar ser detectados por las temibles
galeras. Al no conseguir localizar la posición de las tropas invasoras,
don Alonso de Bazán ordenó simular un desembarco echando varios botes al
agua, indicando a sus hombres que hiciesen el mayor ruido posible, que
disparasen al aire y gritasen, lo cual provocó inmediatamente la alerta y
la confusión en el campamento inglés, que se preparó para la defensa.
Las galeras españolas distinguieron en la oscuridad los fuegos de las
antorchas y las mechas encendidas de las armas inglesas, por lo que
Bazán ordenó concentrar el fuego de sus barcos en las luces, lo que
provocó una nueva matanza entre los ingleses.
Imagen 04.- La Contra Armada Inglesa
Al
día siguiente, Norris intentó asaltar la ciudad por el barrio de
Alcántara, pero de nuevo las galeras acribillaron a las tropas inglesas
forzándolas a dispersarse y retirarse para ponerse a cubierto, tras
haberles causado un gran número de muertos. Tras conocerse que algunos
habían vuelto a buscar refugio en el convento de Santa Catalina las
galeras abrieron de nuevo fuego contra el edificio forzando a los
atrincherados a salir y matando a muchos de ellos. Posteriormente, los
prisioneros ingleses relatarían el pavor que les producían las galeras
de Bazán, responsables de un enorme número de bajas entre sus filas.
Finalmente Bazán desembarcó 300 soldados para atacar desde tierra al
maltrecho ejército inglés.
Durante los combates, la pasividad de Drake que no se decidía a entrar en batalla provocó un aluvión de reproches por parte de Norris y Crato que lo acusaron de cobardía.
Drake alegaba que no tenía posibilidades de entrar en Lisboa debido a
las fuertes defensas y al mal estado de su tripulación. Lo cierto es que
mientras las tropas terrestres llevaban todo el peso de la batalla, el
almirante inglés se mantenía a la expectativa, bien porque realmente no
pudiese hacer nada, bien porque estuviese esperando el momento adecuado
para entrar en batalla cuando la victoria fuese segura y recoger los
laureles.

Tras
la dura derrota sufrida por el ejército de Norris, Drake decidió
abandonar con su flota las aguas lisboetas y adentrarse en el Atlántico. Por su parte, los marinos españoles se dispusieron para la persecución del enemigo.
Imagen 05.- El pirata Sir Francis Drake dirigió la Contra Armada inglesa
Las Azores el final de la Contrarmada
Padilla partió el 20 de junio tras la flota inglesa al mando de 7 galeras: la capitana comandada por el propio Padilla, la segunda comandada por don Juan de Portocarrero, la Peregrina, la Serena, la Leona, la Palma y la Florida.
Los españoles mantuvieron la distancia con la flota enemiga, esperando
un golpe de fortuna que dejase a los ingleses sin viento y permitiese
atacarlos y destruirlos. El comandante español estaba preocupado por los
planes de Drake, y temía que su intención fuese volver sobre Cádiz para a atacarla como ya había hecho en 1587.
Padilla
ordenó a sus barcos formar en hilera y atacar a los buques enemigos que
se encontraban descolgados de la formación. Así, la fila de galeras iba
situándose a popa de los buques ingleses, y batiéndolos sucesivamente
con su artillería se iban relevando unas a otras a medida que se
recargaban los cañones. Por su parte, las tropas embarcadas batían las
cubiertas inglesas con su mosquetes.
Debido a la imposibilidad de defenderse o huir, los barcos ingleses
atacados sufrieron un terrible castigo, siendo finalmente apresados 4 buques de entre 300 y 500 toneladas, un patache de 60 toneladas y una lancha de 20 remos. Durante aquellos durísimos ataques murieron unos 570 ingleses, y unos 130 fueron hechos prisioneros.Drake, que había sido un mero testigo del ataque pudo
maniobrar con su buque insignia, y seguido por otras 4 embarcaciones
mayores se dirigió hacia las galeras españolas que trataban de remolcar
sus presas de vuelta a Lisboa. Por su parte, don Alonso de Bazán
decidió relevar a Padilla con varias galeras de la escuadra de Portugal
y continuar con la persecución, apresando tres buques ingleses más
durante los días siguientes.
Drake
puso rumbo entonces a las islas Azores, para tratar de conseguir el
último de los objetivos acordados al planearse la expedición, pero sus
fuerzas estaban ya muy mermadas, y fueron rechazados sin grandes
dificultades por las tropas ibéricas destacadas en el archipiélago.
Tras otra tormenta que provocó nuevos naufragios y muertes entre los ingleses, Drake saqueó la pequeña isla de Puerto Santo en Madeira, y ya en las costas gallegas, desesperado por la falta de víveres y agua potable se detuvo en la indefensa villa de Vigo,
que en aquella época era un pueblo marinero de unos 600 habitantes, a
pesar de lo cual, la resistencia de la población civil causó nuevas
bajas a los atacantes.El propio Drake, al mando de los 20 mejores
bajeles regresaría a las Azores para tratar de apresar la flota de indias española, mientras que el resto de la expedición regresaría a Inglaterra. Essex recibió orden de Isabel de volver a la corte y Norris decidió también poner rumbo a Inglaterra.
Antes
de conseguir llegar de nuevo a las Azores, otro temporal obligó al
almirante inglés a retroceder,momento en el que se dio por vencido y
ordenó poner rumbo a Inglaterra.

Imagen 06.- Saqueo inglés del barrio de la Pescadería La Coruña
Comparación en perdidas de la Armada Invencible y la Contraarmada Inglesa
En
1588 la Gran Armada sufrió 11.000 bajas, a las que habría que añadir
2.000 a consecuencia de la peste, antes de embarcar en Lisboa. Ese mismo
año, la Armada inglesa perdió entre 8.000 y 10.000 hombres, entre las
bajas causadas por los combates y, sobre todo, por la peste. En 1589 las
pérdidas de la “Contra Armada” de Drake superaron las 20.000, en
su mayor parte a causa de la epidemia de peste que se abatió sobre ella
en el viaje de regreso a Inglaterra.
Consecuencias de la Contraarmada dentro de Guerra anglo-española
La guerra anglo-española fue muy costosa para ambos países, hasta el punto de que Felipe II tuvo que declararse en bancarrota en 1596, tras otro ataque a Cádiz. Después de la muerte de Isabel I y la llegada al trono de Jacobo I (rey de Escocia e hijo de María Estuardo) en 1603, éste hizo todo lo posible por terminar con la guerra. La paz llegó en 1604 a petición inglesa. Las cláusulas de la misma se estipulaban en el Tratado de Londres,
y resultaron muy favorables a los intereses españoles. Ambas naciones
estaban ya cansadas de luchar, pero especialmente Inglaterra, que en
aquel momento era tan solo una potencia media y que estaba luchando en
ese momento contra la monarquía mas poderosa del momento,y más cuando ya
no podía sostener más los costes de un conflicto que fue muy lesivo
para su economía. A raíz de este acuerdo de paz, Inglaterra fue capaz de
consolidar su soberanía en Irlanda, además de ser autorizada a establecer colonias en determinados territorios de América del Norte que no revestían interés para España. Por su parte, los ingleses debieron abandonar su pretensión de controlar las rutas comerciales entre Europa y América y su promoción de flotas corsarias contra España, cesar en su apoyo a las revueltas en Flandes
y permitir a las flotas españolas enviadas para combatir a los rebeldes
holandeses utilizar los puertos ingleses, lo cual suponía una total
rectificación en la política exterior inglesa.
Tras
la derrota de la Contraarmada, España rehizo su flota, que rápidamente
incrementó su supremacía marítima hasta extremos superiores a los de
antes de la Armada Invencible. Dicha supremacía duró casi 50 años más, hasta la Batalla naval de Las Dunas en la que Holanda comenzó a asomar como primera potencia naval. Inglaterra no emergería definitivamente como primera potencia naval hasta la Guerra de Sucesión española, en 1700–1715
Ocultación de la Contraarmada en la Historia por los ingleses y el olvidó de los españoles
El
conocimiento de la Contraarmada es imprescindible para comprender la
presencia hispánica en el mundo, es incomprsible que haya quedado oculto
en la historia. Se habla sobre las causas de tal ocultación. Es
sintomático que haya sido el Comité de Educación Secundaria de la Asociación Histórica Británica a través de su presidente, Ben Walsh, el que haya denunciado tal enredo historiográfico:
“la Armada inglesa nunca se ha enseñado en las escuelas británicas y la
mayoría de los profesores de historia podrían no ser conscientes de que
existió. Las culturas tienden a atesorar victorias. La Armada
invencible es percibida como una victoria y la Armada inglesa,
evidentemente no lo es. El plan de estudios moderno proviene de esos
valores culturales… Podría parecer injusto que un ataque desastroso de
Inglaterra contra España sea completamente olvidado mientras que un
ataque desastroso de España contra Inglaterra sea universalmente
recordado”.
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