En busca de la tumba de Boabdil
http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013/03/busca-tumba-boabdil-20130301-105542.html
Javier Otazu, Fez (Marruecos), 1 mazo de 2013 (EFE).-
El último rey moro de Granada, Boabdil
"el Chico", murió en la ciudad marroquí de Fez en 1533, y su cadáver
fue enterrado en un lugar donde ahora un equipo hispano-emiratí se
propone sacarlo del subsuelo y de paso del desprecio con que la historia
lo trató.
El proyecto es financiado por el emiratí Mustafá
Abdulrahman y capitaneado por el cineasta español Javier Balaguer, quien
prepara un documental y un largometraje de ficción sobre lo que llama
"un hombre maltratado por la historia, pese a que le debemos la
salvación de Granada y de la Alhambra".
Como es bien sabido,
Boabdil perdió Granada en 1492, lo que significó el fin de Al Andalus, y
se exilió con su familia en el vecino Marruecos, en lo que entonces era
el Sultanato de Fez.
Sin mezclarse en luchas palaciegas de Fez
ni desempeñar ningún cargo relevante, vivió 40 años más y murió
discretamente en 1533, según refiere Virgilio Martínez Enamorado, que ha
ejercido como asesor científico del proyecto hispano-emiratí.
Fue
150 años después cuando un historiador árabe llamado Al Maqarri, que
decía haber conocido a los nietos de Boabdil, reveló que el rey depuesto
había sido enterrado en una "musalla" (ermita) cercana a la Puerta de
la Justicia de la medina de Fez, una de las más imponentes de la ciudad
antigua.
La puerta ha cambiado de nombre, ahora se llama "Puerta
del Quemado", pero la ermita sigue allí, en medio de un descampado que
en los últimos días ha sido tomado por Balaguer, cámara en mano, y el
geofísico Luis Avial, quien ha realizado una prospección del terreno con
georradar y asegura que ya ha encontrado bajo la cúpula restos humanos
de al menos dos esqueletos, más dos lápidas.
Las dos lápidas
parecen ser un buen indicio, pues los sultanes y solían ser enterrados
junto a algún santón, y esa ermita es conocida en el barrio como "la
tumba de (el santo) Sidi Bel Kasem", aunque la memoria de Boabdil se
haya perdido.
Sin embargo, la maraña burocrática marroquí -y,
concretamente, saber quién da el permiso- ha impedido que los expertos
puedan realizar una excavación arqueológico-forense y extraer restos que
puedan pasar los análisis de carbono 14 y datar al menos su antigüedad,
así como la edad o posible enfermedad que tenían esas personas al
morir.
El ayuntamiento de Fez ha conminado a los diferentes
ministerios potencialmente capaces de autorizar o bloquear las
excavaciones -Cultura, Asuntos Islámicos, Interior- a que den una
opinión definitiva para poder empezar las excavaciones la próxima
semana.
El prestigioso forense vasco Francisco Echevarría,
acompañado de un equipo de cuatro arqueólogos de la Sociedad Aranzadi,
se ha comprometido con Balaguer a analizar los restos si llega el
permiso, y asegura que en cinco días podrían extraerse huesos o dientes y
su análisis demorarse solo dos meses.
Si se confirmara que en
la ermita hay enterrado desde hace cinco siglos un varón de unos 70
años, podría entonces cotejarse su ADN con el de un hombre aún vivo y
residente en México.
Este hombre asegura poder demostrar que
pertenece al linaje de Boabdil, a partir de una hermana o una hija del
rey granadino que tuvo que cristianizarse con el nombre de Isabela para
permanecer en Granada, la cual tuvo un hijo con Fernando el Católico y
sus descendientes "hicieron las Américas", siembre según Balaguer.
Existe
además la posibilidad de buscar más restos del padre o el abuelo de
Boabdil, que se saben enterrados en el castillo de la localidad de
Almuñécar, cerca de Granada, asegura por su parte Abdulrahmán.
El
mecenas emiratí -y es también la idea de Balaguer- quiere reivindicar
la figura de Boabdil, ya que según él fue "un hombre de Estado, no un
guerrero, un gran negociador que debe pasar a la historia porque
prefirió, antes que la guerra, salvar la vida de todo un pueblo.
Abdelramán
lamenta que Boabdil -proveniente de su verdadero nombre, que era Abú
Abdallah o Abdillah en dialecto granadino de entonces- haya pasado a la
historia como un cobarde o hasta un traidor, famoso por una anécdota que
además es falsa: la de que su madre lo reprendió por "llorar como una
mujer lo que no pudo defender como un hombre".
El emiratí
prefiere subrayar que fue "un excelente político y un negociador" que
supo preservar los derechos de los granadinos y que se llevó con él al
exilio a varios miles de los que no quisieron quedarse en la Granada
"reconquistada" (incluidos dos mil judíos).
"Fue un hombre
víctima de las circunstancias históricas. Sería hermoso encontrar sus
restos, pero, si no lo conseguimos, al menos habremos logrado que se
hable sobre lo que fue: un gran hombre". EFE
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