sábado, 17 de agosto de 2013

Cádiz y los terremotos de 1755 y 1773



RELACIÓN DE DOCUMENTOS TRASCRITOS. 

Francisco Javier Gutiérrez Núñez



[01] .-  Edicto del Sr. Valle con el motivo del terremoto y Acuerdo de la Ciudad para la fiesta de Ntra. Sra. del Rosario en Santo Domingo el día de Todos Santos, que fue el del Temblor, Cádiz, 4 de noviembre de 1755, 2 hojas: 1 impresa + 1 manuscrita [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 6 de Varios, Documento 44, fol. 449-450].


[02] .-  ANÓNIMO: Terremoto el dia 2° de Pascua de Resurrección 12 de abril de 1773..., (Cádiz 1773), manuscrito de 1 hoja. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 1 de Varios, documento manuscrito n° 22, fol. 308].


[03] .-  Edicto que con el motivo del terremoto acaecido en esta ciudad, el dia 12 de Abril de 1773, segundo de Pasqua de Resurrección publico el Ilmo. Sr. Obispo de ella en 16 de Abril de dicho año. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 1 de Varios, Documento n° 22 – impreso, fol. 310-311].







DOCUMENTO n° 1.

Edicto del Sr. Valle con el motivo del terremoto y Acuerdo de la Ciudad para la fiesta de Ntra. Sra. del Rosario en Santo Domingo el día de Todos Santos, que fue el del Temblor, Cádiz, 4 de noviembre de 1755, 1 hoja impresa. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, T/ 1, N/ 12.122. Tomo 6 de Varios, Documento 44, fol. 449-450 y Documento 45, fol. 451-452].



[Fol. 450].-


“DON FR. THOMAS DEL VALLE, POR LA GRACIA DE DIOS, Y DE LA SANTA SEDE Apostólica, Obispo de Cádiz, y Algeciras, del Consejo de S. Mag. su Capellán Mayor, y Vicario General de la Real Armada del Mar Océano, etc.



A todos los Fieles de esta Ciudad: Salud Consolación, y Paz en nuestro Señor Jesu-Christo.



Después de la terrible espantosa, y a nuestros ojos jamás vista tormenta de el Temblor de tierra, y enfurecida brabeza de el Mar, en cuyos aparatos, y horribles efectos llegamos a temer el Sabado proximo, no sin fundamente, el que Cadiz se le huviese tragado este voraz cristalino Golfo; próvida la Iglesia nuestra Madre, aún no bien calmado el susto, y vistiéndose del espíritu, que la anima, salió al encuentro a nuestras aflicciones; intimándonos, por general consuelo de parte de Dios, el siguiente gratísimo Edicto, en el Introito de la Misa, de la Dominica inmediata, que fue ayer, deducida de el Capitulo 29, de Jeremias Propheta, dice el Señor: Yo tengo pensamientos de Paz, y no estos tan turbulentos, que haveis temido: me invocareis, y yo os oiré muy prompto: todo alusivo a la estraña tormenta, que padecieron los Discípulos en las Orillas de la Mar, de que hace memorial el Evangelio de dicho dia: y viendo Nos uno, y otro tan oportunamente igual, como que parecen idénticos los casos; no podemos dexar de repetiros, que Dios en estos Aparatos tormentosos no tiene pensamientos de Guerra, sino de dulcisimos preparativos a el establecimiento de la interminable Paz, que quiere hacer con nuestras Almas, llamándolas con el espanto, buscándolas con el movimiento de la tierra, efecto de la solicitud de sus Pasos, haciendose sentir en el retroceso de el Mar, y en la furiosa acometida de sus olas; en las que a su buelta si el Señor no viniera de Paz; ya huvieramos perecido todos; y manifestándonos por ultimo, que sino lo tenemos de su parte; estos amenazados castigos los experimentaremos en un instante, estragos sobre nosotros. No quiera el Señor de las Misericordias, que nos mantengamos tan rebeldes, y tan endurecidos, que no lleguemos a percivir el ruido de sus Divinos piadosos pensamientos: ni quiera su Majestad, que siguiendo Cadiz la inmensa libertad, que se ha tomado en la profanidad, obscenidad, y descompuesta compostura de su adorno, en que ya olvidando lo Christiano, se pone todo el estudio en lo Gentil, y mas arriesgado de la brillante obstentacion con que se procura tapar el barro de nuestra mortal fetidez; acaso (acaso fatalisimo!) lleguemos a vernos todos baxo el cuchillo de la Divina Severidad y Venganza; que no tardará, en no quitando nosotros las puntas aceradas de nuestros yerros, y culpas, que con tanto extremo en concurrencias, y diversiones, que corrompen la Moral Cristiana, avivan su veloz movimiento.


         A este fin, havido, aquí por repetido el mencionado Edicto de Jeremías Propheta, llamamos, y convidamos a todos los Fieles de esta Ciudad a Penitencia, compunción, y llanto de nuestras culpas, por medio de un Ayuno rigoroso, según las fuerzas de cada uno, en el dia de mañana Miércoles cinco, en el que con acuerdo de los Ilustrísimos Cabildos Eclesiástico, y Secular de esta Ciudad, hemos determinado salir por la tarde llevando en Procesión las dos hermosas Efigies de nuestros Santos Patronos de San Servando, y Germano, cuya Sangre regó esta Tierra, que parece se nos quiere huir de nosotros por no poder tolerar el gravísimo peso de nuestras deformidades; y conduciendo tambien el Santo Lignum Crucis, con cuyo tropheo de la Pasión de el Señor, y Santas Imágenes, nos encaminaremos a la Iglesia de N. P. Santo Domingo, con la mas devota Rogativa, a poner a los Pies de la Santísima Virgen del Rosario nuestros humillados Contritos Coraones, ya arrepentidos de haver laxado tanto las riendas. Para lo que convocamos, citamos, y pedimos a todos los Fieles moradores de esta Ciudad, que tengan a bien el acompañarnos, tanto en la estacion dicha, quanto en la eficacia de pedir a Dios perdon, y Misericordia: y a el dia siguiente Jueves seis, se manitestará en esta Catedral, con Missa Solemne el Augustísimo Sacramento del Altar, entonando el Te Deum laudamus, en accion de gracias por tantas, y tan Divinas Piedades. Por todo lo qual, y para que todos se prevengan con la correspondiente disposición, y humillación debida a un Acto, tan piadoso, y de tanta edificación, y consuelo: Mandamos despachar, y despachamos este nuestro Edicto de general noticia a todos. Dado en Cadiz a quatro dias del mes de Noviembre de mil setecientos cinquenta y cinco años.



                            Fr. Thomás, Obispo de Cadiz.

                                              

                                      Por mandado de su Ilma. el Obispo mi Señor.

                                      D. Lucas López del Barrio”.





[Fol. 451 r. – 452 v.]



[Fol. 451 r.].-

“En Cavildo de 8 de Noviembre de 1755 dize lo siguiente:


Leyose la Cedula Convocatoria, y en su consecuencia el Sr. D. Juan Luis de Orta, Procurador mayor manifestó a la Ciudad, que siendo notorio el traxico acontecimiento del dia de todos Santos primero de este mes; en que después de haverse experimentado el Temblor de Tierra, salió el Mar de su Centro, rompió parte de la muralla de la Caleta, inundó la maior porcion del varrio de la Viña, amagó a entrar por tres vezes por la puerta del Mar causando daño en algunos edificios, y consternando al Pueblo con un terror tal que abandonaron sus casas muchas personas, y salieron a las Murallas, unos, y por la Puerta de Tierra otros, que encontraron desgraciadamente la muerte, en donde iban a buscar la vida, pero como estos efectos, y otros que se van experimentando necesitan de una relacion individual, para perpetua memoria lo hace presente solo, a esta Ciudad por ahora, para que en su intelixencia en la del Edicto impreso que acompaña y presenta para que se incorpore en este Cavildo y es el siguiente.



Prosigue. Aquí el Edicto. Y en la de que esta movidas todas las Comunidades, Cofradías, y Rosarios, implorando la Divina Misericordia, y el Patrocinio de la Purísima Inmaculada Virgen Maria, cuia cofradía con la advocación del Stmo. Rosario ha pasado aviso a dicho Sr. Procurador mayor haver resuelto de acuerdo con la Comunidad de Santo Domingo, una novena de misas cantadas por la mañana, y platicas por



[Fol. 451 v.].-

la tarde; y que concluida, sacar el savado en la tarde la imagen de Nuestra Señora con su Rosario, y los demás que se le quisieren agregar, pasando alre(de)dor de las Murallas para Universal consuelo de este aflixido Pueblo que lo ha confiado en el Patrocinio del original de esta Sagrada Imagen, para que dicho señor Procurador maior lo noticie a la Ciudad en nombre de la Comunidad, y Cofradía como lo executa con todo lo antecedentemente expuesto, para que en su intelixencia la Ciudad acuerde la demostración que su Piedad y reconocimiento le dictare en obsequio de la soverana protección de la siempre Inmaculada Virgen Maria vajo de la Vocación del Santísimo Rosario.



[Fol. 452 r.].-


[Copia del Acuerdo que en Cavildo de 8 de Noviembre se celebró con motivo del Terremoto, acaecido en el año de 1755].


La Ciudad en intelixencia de todo lo expuesto por dicho Sr. Procurador mayor (que tambien añadio la noticia de haver entendido que el Yllmo. Cavildo eclesiástico havia de juntarse el Lunes inmediato para hablar del mismo asunto con alguna circunstancia a que aia la Ciudad de tratar) y deseosa la Ciudad de estrechar mas y mas, los vinculos de buena correspondencia con el Cavildo eclesiástico acuerda dar tiempo a las disposiciones que pudiera determinar por si, declarando en interin, que no oponiéndose a esto, la erección de una Columna, sobre la qual, se eleve una Imagen de Ntra. Sra. del Rosario en el sitio que pareciere mas oportuno, nombrándola por Patrona Titular de esta Ciudad, con todas las estenciones que no huviesen hecho en el año de 730, agregando en la forma que pareciere mas regular y sagrada, el Titulo del Santísimo Rosario, de suerte que no se oponga a los Canones Sagrados, ni a las disposiciones legales. Y que el Domingo de este en ocho dias, se haga una fiesta



[Fol. 452 v.].-
 

con toda la solemnidad a la Santísima Virgen del Rosario cita en la Iglesia de Sto. Domingo, la qual se repita todos los años en el dia de todos Santos para memoria del subceso en él acaecido y Patrocinio Soberano de Ntra. Sra., asistiendo la Ciudad Capitularmente a la referida fiesta. Y que en caso de que la resolución del Cabildo eclesiástico no sea la misma que la Ciudad, ha acordado se le combide a este para que concurra a hacer mas solemne esta primera fiesta con su asistencia, en la que esta conforme todos los señores Capitulares”.











DOCUMENTO n° 2.

ANÓNIMO: Terremoto el dia 2° de Pascua de Resurrección 12 de abril de 1773..., (Cádiz 1773), manuscrito de 1 hoja.
[Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, T/ 1,
N/ 12.122. Tomo 1 de Varios, documento manuscrito n° 22, fol. 308].



[Fol. 308 r.].- 


“Terremoto. El dia 2° de Pascua de Resurrección 12 de Abril de 1773 a las 5, 10 minutos de la mañana, se experimentó en esta ciudad, un fuerte temblor de tierra, que duró dos minutos y medio; haviendo sido mayor que el que acaezio el año de 1755. Inmediatamente hizieron señal de Rogativas las campanas de la Iglesia Catedral, Parrochias, conventos y hermitas; y se suspendieron las commedias española y francesa y opera italiana, y al momento salieron los Rosarios por calles y plazas implorando por medio de su Santísima Madre su clemencia.

         La Mar no hizo otro efecto que desde la tarde de Domingo 11, observarse que hervia.

         El Jueves 15, de dicho mes, se llamó a palabra por el señor Dean, después de Prima y se acordó que el Viernes 16, se cantase un The Deum en accion de Grazias, exponiendo en



[Fol. 308 v.].-


el trono al Santísimo, y poniendo en el Altar Mayor a los Santos Patronos S. Serbando y Jerman, y que el Maestro de Capilla, sacase el mejor Papel de Te deum, y le acompañase una gran orquesta de Musica para el expresado, y para la Missa cantada que después siguió, combidandose a la Ciudad por el Caballero Procurador mayor de Cavildo, y hallándose este auzente, se nombro al Sr. D. Pedro de la Rosa y Chaves, para que lo executase, a fin de que la dicha ciudad, concurriese a dicha función asistiendo tambien a ella Ntro. Ilustrisimo Prelado, a quien se le comunico dicha palabra celebrada, y la Missa la dijo el Sr. D. Miguel Benito de Ortega que se hallava de semanero, lo que se practico con un concurso numeroso de devoción y ternura; lo que se expresa para lo venidero”.









DOCUMENTO n° 3.

Edicto que con el motivo del terremoto acaecido en esta ciudad, el dia 12 de Abril de 1773, segundo de Pasqua de Resurrección publico el Ilmo. Sr. Obispo de ella en 16 de Abril de dicho año. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, T/ 1, N/ 12.122. Tomo 1 de Varios, Documento n° 22 – impreso, fol. 310-311].



[Fol. 310 r.].-

“DON FRAY THOMAS DEL VALLE POR LA GRACIA DE DIOS, Y DE LA STA. SEDE APOSTÓLICA, OBISPO DE CADIZ, Y ALGECIRAS, DE CONSEJO DE SU MAJESTAD, ETC.


EN NUESTRO ANTERIOR EDICTO desabrochamos sobre nuestra Grey toda la copiosa corriente del Espiritu de Consolación, creyendo como creimos firmisimamente, que aquellos combates, que experimentamos de Tierra, y Mar, no eran mas, que ruidosos chasquidos de la Honda del Divino Pastor, con los que volviendo a la dirección y pasto de este, las Obejas temerosas, enmendarían su vida, separándose de sus escarrios voluntarios, y delinquentes. En efecto, asi fue por entonces; mas ahora, tan lexos estamos de poder dar consuelo con aquella primera, segura confianza, que ni aun lo tenemos para nosotros. No nos sobresalto tanto aquel primer estremecimiento del mundo, del año de cinquenta y cinco (aunque nos amedrentó sumamente) como ahora nos tiene acobardado de palpitantes sustos, en ver que el acontecimiento del formidable Terremoto, que el dia segunda de Pasqua de Resurrección del Señor doze del presente mes, havemos experimentado, no tiene otro principio, que el olvido del pasado, y el desentenderse de aquel aldabonazo tan fuerte que dio a las puertas de vuestras Almas, la Irritada diestra del Omnipotente Dios, que enojado contra la ingrata tierra de nuestra formación exgrimiendo el azero de su Justicia, nos avisa de nuevo, y amaga, con el impetuosos movimiento de la misma devil materia de nuestro origen, para sepultarnos en nuestro seno. En tan inopinado acaso elevamos nuestra mente, a el piadosísimo Padre de las Misericordias, pidiéndole no negase a este Pueblo, las que su inmensidad atesora; y aunque impelidos de tantas aflicciones, devimos no dilatar un instante nuestro silvos, con que alentadas nuestras Obejas, y recobradas de aquel pavor, y miedo, aplacasen la Ira de la Majestad ofendida; no obstante siguiendo el exemplo de nuestro Maestro Jesús, Soberano Principe de todos los Pastores, que imbio sus setenta y dos Discípulos a preparar los animos de



[Fol. 310 v.].- 

aquellos a quienes pretendia Predicar la venida del Reyno de los Cielos; dimos tiempo oportuno a los RR. PP. Predicadores de las Sagradas Religiones, para que como exploradores, con las vozes de la Santa Misión, que practicaron en los inmediatos dias, preparasen los animos de los Fieles, a lo mismo que a nuestra vigilancia, y solicitud incumbe amonestarles. Quisiéramos, que nuestras vozes fuesen animadas con el espiritu de un San Juan Crisóstomo, para sellarlas con la mas perfecta impresión en vuestros corazones; mas ya que la tibieza del nuestro dista tanto, del que vivificaba la de aquel eloquentisimo, celosísimo Santo Prelado; con todo eso, no omitimos el manifestar nuestros sentimientos, que con infinita mas razon, son los mismos que expresó a su Pueblo Antioqueno, en tribulación semejante, a la que de presente havemos padecido, a los demas (decía el Santo) sorprendía el temor del Terremoto, pero a mi su propia causa. Aquellos temían se desplomasen los Edificios de la Ciudad y ser sepultados entre sus ruinas: mas yo temía al Señor que estaba indignado contra nosotros; por que no es tanto de temer el morir, como el tener enojado a Dios, provocada su Ira por los pecados del Pueblo.



         Ninguno lo huviera contado, si usando el Señor de sus Misericordias, no huviera con la ternura de amoroso Padre, contenido el golpe de su Justicia, contentándose solo, con el amago, por que su Inmensa Soberania, no se acomoda con la destrucción del Hombre, sino con el arrepentimiento, y penitencia; buscándonos, qual Obejas errantes, y llamándonos su clemencia a el aprisco, para despertarnos del letargo en que vivimos, preocupados del dulce echizo del embeleso, y atractivo de los deleites mundanos. La tierra triste, y pesarosa de sostenernos en sus hombros, se quexa con pavorosos gemidos; los Templos, Edificios, y mas elevadas Torres, contrastadas del Impetuoso movimiento, amenazan funestas consequencias. O amados Diocesanos, y con que susto, y terrible espanto, lo havemos tocado. Mas que dolor nos trae a la consideración, el que aun todavía aya quien dude, si esto que pasa por nosotros, es sueño, fantasia, o sombra: pues no es asi, si no verdadera realidad, lo que no pueden desmentir los ojos, y lo que nos acredita la experiencia. Parecemos en la incredulidad a los Israelitas, que insubsistentes en sus propósitos y prometas, y arrepentimientos a Dios, si beneficiados con sus Piedades le tributaban adoraciones, muy luego le volvían las espadas, entregándose al a Idolatría, y a los desordenes, no bastante para su correccion las amenazas del Señor intimadas por su Profeta. Quantas vezes haveis oido la voz de Dios en boca de los Sabios Predicadores, persuadiendo, amonestando, y guiando con la luz Evangelica, por las



[Fol. 311].-
 

sendas de la perfeccion: mas parece estamos sordos, o insensibles a el impulso de sus ecos; arrastrándonos las pasiones a el libertinaje, a el luxo, a los perniciosos paseos, a las licenciosas modas, y trages, cuyo uso llega ya a el mayor desorden; en tanto estremo, que con razon nos podia hazer rezelarse huviese cumplido el tiempo en que la Divina Justicia executase aquellas terribles amenazas que en boca de Isaías (cap. 3) tiene echas contra las profanidades, adornos, y escandalosos uso, sin que haya sido medio suficiente, para desterrar tan barias invenciones de la vanidad, las exclamaciones de los zelosos Oradores, que infatigables con la Doctrina de las Sagradas Escripturas, Santos Padres de la Iglesia, y la mas Docta erudición, y notoria Literatura, han abominado contra aquellos intolerables abusos extensivos al total desprecio y abandono de todas las Leyes, Divinas, y humanas; aboliendo la Moral Cristiana, y la veneración a la Casa de la Suprema Deydad, profanada con la incosideracion, y poco respeto; de modo, que aun al Tribunal de la Penitencia, y a el Sacramento Eucarístico, hay quien osadamente se aserque con tan notables disfrazes; dolor que traspasando nuestro pecho, nos estimuló a trasladar al vuestro los sentidos clamores, con que en el año pasado de mil setecientos y sesenta intimamos por Edicto, la total prohibición de entrar en nuestras Iglesias con tan odiosas, mal vistas apariencias.



         A esta profanación de lo mas Sagrado, se agrega la violación de los dias festivos, instituidos por precepto Divino, y Eclesiástico, para la santificación de las Almas en los Exercicios de Religión, y de Piedad, tan propios del Cristianismo, viendo ya en nuestro Pueblo, lo que con lagrimas, amargamente lamentaba de Jerusalén, Jeremías: llorarán (dice) los caminos de Sion, por que no hay quien se conduzga a celebrar las solemnidades festivas: y lo que expresó el Señor por Isaías: vuestras solemnidades las aborresco con toda mi Alma. Que se havia de seguir de tanto desorden, y de tan grande olvido, de las obligaciones de la Religión Católica, que profesamos, si no que la Divina Justicia, vertiese sobre nosotros la Ira, por la multitud de Culpas, que tanto le agravian. Atended, que si provocado su sufrimiento con otra qualquiera especie de pecados, descarga su furor el Azote de los Terremotos; consta tambien por los Sagrados Libros, (que tantas vezes nos recuerdan la memoria del espantoso del Rey Osias) que los que se cometen, contra la virtud de la Religión, son los que mas irritan la indignación de Dios, y los que hace, que mirando (como decía David) a la tierra con rostro ayrado, la haga estremecer, y temblar, para pavoroso terror de los pecadores ingratos. No aguardaremos, a que la desolación, con que el Dios de las benganzas nos avisa, se ve-



[Fol. 311 v.].-

rifique, convirtiéndonos en cenizas y desterrándonos a el Abismo.

         Que os aprovechan los propósitos del arrepentimiento, y de la reforma de costumbres, que haveis apuntado, en el proximo Santo tiempo de Quaresma, quando aun no bien terminado este, no se piensa, ni atienda mas, que a aquel objeto acomodado a los gustos, y deleites. No permita el Señor, que los temidos rezelos, de que pasado el Terremoto experimentase nuestro Recinto su total exterminio destruyendo las Aguas del impetuoso Mar, sus Muros, los veamos practicos, como los de Jerusalén al sonido de las Trompetas Sacerdotales, para no ser reedificadas los venideros siglos, no habiéndonos sido de escarmiento el formidable estrago, que nos consterno el pasado año de cinquenta y cinco.



         Uniformemos a la memoria de este, las repetidas desgracias de los bienes temporales, en continuados naufragios de Naves, que aflixen el giro del Comercio, para detestar tanto fausto, y profanidad, y no ver el estrago de la Opulenta Tiro en su celebrado Comercio. Para reflexivos la atención, y deponer la causa, que tanto enoja a la Majestad Suprema. Acoged en vuestros Corazones las persuasiones, con que os exhortamos a la penitencia; pues no pudiendo nuestro dolor contenerse dentro de los recondidos canzeles del pecho, ni siendo capaz nuestra pena de omitir buscar nuestro consuelo en el vuestro; rompe, como en aquel pasado movimiento de la Tierra, y Mar, nueva senda a el desahogo, por el oportuno medio de este Pastoral Edicto, en que como Padre, que ama, y desea la Salud Espiritual de nuestras Obejas, procuramos desempeñar la obligación, en que el Señor nos constituyó, y nos ha de hazer cargo de la mas leva omisión, o tibieza; y pues experimentamos con la mayor ternura, el mas Piadoso afecto, que nos dispensa este nuestro amado Gaditano Pueblo, acreditarlo en oir con agradable gusto, estas ineficaces vozes, para eternizar nuestras gratitudes. Dado en la Ciudad de Cadiz a diez y seis dias del mes de Abril de mil setecientos setenta y tres años.



                                      Fr. Thomas, Obispo de Cadiz.



                                      Por mandado de S. I. el Obispo mi Sr.

                                               D. Nicolás de la Rosa y Chacón.

        

                                      Secretario”.





 

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[01] .-  PANES Y PAVÓN, Miguel Andrés: Observaciones...sobre el general Terremoto y la irrupción del Mar...1755 que comprendió a la ciudad, y Gran Puerto de Sta. María...la da a luz...el Sr. D. Miguel Panes y Pavón, Imp. F. Vicente Muñoz, Puerto Santa María, 1755. 13 pp. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 6 de Varios, Documento 43, fol. 442-448].


[02] .-  BREVE relación de la vida, y martirio de San Emygdio, y de su poderosa intercesión contra los Temblores, y Terremotos de Tierra, Imprenta Real de Marina de Don Manuel Espinosa de los Monteros, c/ San Francisco, Cádiz, s. f., 7 pp. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 6 de Varios, Documento 17, fol. 263-266].


[03] .-  TORRES, Diego de: Respuesta de D. Diego de Torres a una carta de D. Joseph Herrando, Musico Violinista de la Capilla real, sobre el atisvo, que van a hacer por el Mundo, de el Passo de el Planeta Venus por el Disco Solar, los Astrólogos, que han salido de Paris, Roma, Inglaterra, y otras partes: y de camino escriba el Terremoto de el dia 31 de Marzo de este año de 1761, y pone los Pronósticos y Señales ciertas, que suelen anteceder a los Temblores futuros de la Tierra, Reimpresa en Cádiz en la Imprenta Real de Marina, Calle de San Francisco [1761?], 11 pp, en cuarto. [Biblioteca Central de Jerez de la Frontera. Estante/ XCIX, Tabla/ 1, N°/ 12.122. Tomo 6 de Varios, Documento 54, fol. 569-574.


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