ALMAGACÉN: Santa Caridad: el discurso espiritual de Miguel Mañara

lunes, 2 de julio de 2012

Santa Caridad: el discurso espiritual de Miguel Mañara

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El monumento ha recibido un 10 por ciento menos de visitas turísticas,

ingreso clave para el mantenimiento del asilo

Aurora Flórez, Sevilla 2 de julio de 2012

En el centro de los apenas 170 metros de la calle Temprado, vía paralela al Paseo de Colón, se alza uno de los más importantes conjuntos monumentales de la ciudad: el Hospital de la Santa Caridad y su iglesia de San Jorge, no sólo por guardar entre sus muros una de las muestras cumbre del barroco español sino por el sentido de la Hermandad de la Santa Caridad al servicio de sus 83 acogidos, razón de ser y motivo por el que pervive la institución desde que adquirió su redondez artística y espiritual a partir de 1663 de la mano de una de las figuras más emblemáticas de la historia de Sevilla: Miguel Mañara.

Raul Doblado.- El patio en el que están los 8 rosales de Mañara

Sin embargo, el Hospital de la Santa Caridad no deja de ser un gran desconocido para muchos sevillanos. A pesar de estar incorporado al circuito de turismo cultural, el monumento, al pairo de la crisis general, que afecta de manera contundente al sector, va perdiendo visitantes, que en su gran mayoría son extranjeros. Este año registra un 10 por ciento menos de esas visitas, uno de los ingresos clave para el mantenimiento del asilo. Muy pocos sevillanos se adentran en esta joya que conserva la guía vital de Mañara, porque su gran obra escrita: “El discurso de la Verdad”, sigue viva y pujante para recordar a los vivos la futilidad del mundo.

El catedrático de Historia del Arte y hermano de la Santa Caridad, Enrique Valdivieso, ha sido el impagable guía para ABC de Sevilla en un recorrido por las profundidades ascéticas y artísticas del recinto, levantado sobre naves de las viejas Atarazanas Reales, interpretando las obras de arte conservadas en la Santa Caridad con el pensamiento de Mañara, quien, con el concurso de los mejores artistas barrocos de su tiempo, creó en la iglesia de San Jorge la iconografía para transmitir su mensaje.

Raúl Doblado-Las fuentes genovesas del patio principal

Valdés Leal, Murillo o Pedro Roldán crearon obras de arte para la iglesia

Nada más entrar en la iglesia saltan a la vista los dos cuadros de medio punto de Valdés Leal "In ictus oculi" y "Finis gloriae mundi", tal vez las obras más conocidas de la Caridad. Seguidamente, un camino más esperanzador, según explica Valdivieso: el de las obras de Misericordia, que fueron encargadas a Murillo. Hoy cuatro de esos cuadros son copias ya que los originales fueron expoliados por Soult en 1810. Quedan los de mayor tamaño junto al presbiterio: "Moisés haciendo brotar el agua de la roca de Horeb" y "La multiplicación de los panes y los peces" (dar de beber al sediento y dar de comer al hambriento). La séptima obra de misericordia, enterrar a los muertos, es el impresionante "Entierro de Cristo" de Pedro Roldán.

Otras dos obras de Murillo: "San Juan de Dios transportando a un enfermo" y "Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos" recuerdan a los hermanos sus obligaciones. El espacio sigue llenándose con obras como el Cristo de la Caridad, un ecce homo de Rodán, o la deligada Virgen de la Caridad, recién restaurada, entre otras muchas valiosas obras de arte. A la salida, sobre el coro, despide un enorme fresco de Valdés Leal, "El Triunfo de la Santa Cruz", recordando que nadie podrá entrar en el cielo sin dejar atrás sus riquezas.

No se puede dejar el recinto sin detenerse en el patio principal, con dos fuentes genovesas y azulejos de tema evangélico, visitar la Sala Baja de Cabildos, con objetos originales de Miguel Mañara, o el patio tras la iglesia, donde permanecen los ocho rosales que, según la leyenda, plantó el propio venerable.

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