¿Por qué es San Fernando patrón de Sevilla?
Javier Macías / Sevilla, 29/05/2013
Se llamaba Fernando III, Rey de Castilla. Como ha ocurrido con multitud de personajes históricos, era sevillano de adopción ya que, si bien nació en Peleas de Arriba (Zamora), fue a morir a Sevilla, después de haberla reconquistado.
Hijo de Alfonso IX, Rey de León, y de Berenguela I,
Reina de Castilla, fue quien unificó ambos reinos. Durante 24 años de
guerra incesante, recorrió el Valle del Guadalquivir obligando a
retroceder a los reinos musulmanes. De esta forma, de Jaén bajó hasta Isbiliya, la Híspalis mora, para arrebatar la ciudad a quien era el emir de Niebla, Amen Amanfon.
Un año y tres meses de asedio, con la protección divina de
la Virgen de los Reyes, hasta expulsar a los musulmanes. Para ello,
aprovechó su río para infligir una herida de muerte al reinado califa.
Fernando III de Castilla encargó a Ramón de Bonifaz la construcción de una flota
para tomar Sevilla. Trece barcos traídos de Cantabria, acompañados por
galeras, subieron la corriente del río por Sanlúcar de Barrameda, hasta
llegar a Isbiliya, donde la flota musulmana era superior en número.
Bonifaz envió refuerzos terrestres y consiguió la victoria en el río Guadalquivir,
impidiendo así la llegada de barcos procedentes del Norte de África.
Empezaba, un 20 de agosto de 1247, el asedio terrestre a Sevilla.
No era una tarea fácil. Refuerzos de Amen Amanfon no
cesaban de llegar desde San Juan de Aznalfarache, aprovechando el puente
de barcas para atravesar el río. Un puente que llegaba, según las
crónicas, desde la Torre del Oro hasta el actual castillo de San Jorge.
Fernando III decide romper las fuertes cadenas que aguantaban las barcas, cortando, así, las dos vías de comunicación fundamentales musulmanas: el río y el puente.
Así lo cuenta Ortiz de Zúñiga:
«el Rey Santo, que en persona con el Infante Don Alfonso, seguidos de
lo mas gallardo de sus tropas, se avanzaron por la parte de la Torre del
Oro contra los Moros del Arenal para retirarlos á la ciudad, y hacer
por tierra escolta al Almirante, que acabando de deshacer el puente,
como es de entender, volvió á salir salvo con sus dos naves, á que sin
duda amaynando las velas, luego que executo el violento y feliz choque, y
volviendo las proas hácia la torre del Oro, salia tan aplaudido de los vítores alegres de los Christianos, como de los funestos lamentos de los Moros, que miraban cortada la garganta al cuello de su esperanza...».
Meses después, un 23 de noviembre de 1248, el emir Axataf capitulaba y entregaba las llaves de la ciudad a Fernando III. El Rey Santo ponía fin al dominio árabe.
Respeto a la Giralda
Su hijo, Alfonso X,
después conocido como El Sabio, amenazó a los habitantes de Sevilla con
degollarlos si infligían algún daño a la mezquita o a su alminar, la
Giralda.
Fernando III, que propagó la devoción a la Virgen María
allá por donde pasara, llevaba consigo siempre una imagen de Nuestra
Señora, como protectora en sus batallas. Cuenta la leyenda que, en
sueños, se le apareció la Virgen y mandó hacer una talla de su visión,
que le acompañó en la Reconquista. Era la Virgen de los Reyes.
En agradecimiento a Dios, mandó construir sobre la mezquita
de Sevilla el mayor templo católico de la Cristiandad. Allí sería
enterrado, tras su muerte el 30 de mayo de 1252. Y allí reposan, desde
entonces, incorruptos sus restos,
en una urna labrada por Laureano de Pina que se abre el día de su
festividad para que los sevillanos acudan a rendir pleitesía al Rey
Santo que recuperó su ciudad del yugo musulmán y que, además, trajo
consigo a su protectora, Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los
Reyes.
Ésta es la historia del hombre por el que, este jueves,
Sevilla estará de fiesta, coincidiendo con la salida de su imagen en el
Corpus, un tal Fernando III, Rey de Castilla.
Tal día como hoy, en 1252 muere en Sevilla Fernando III el Santo. Al pie de las gradas del altar de la Virgen de los Reyes de la Catedral de Sevilla se guardan sus restos incorruptos, en una urna de plata del siglo XVIII obra de Laureano de Pina. Esta urna se abre hoy, aniversario de su muerte, también el 23 de noviembre, día de san Clemente y el 14 de mayo.
Conocida era la afición por adquirir reliquias de santos, es por ello que Carlos II, un rey enfermizo debido a la consanguinidad familiar, intentó en todo momento ganarse la protección divina, de ahí que ordenase el envío a la Corte del anillo de San Fernando. Os dejamos con un detalle del traslado de una carta de provisión del rey Carlos II al capellán mayor y capellanes de la Real Capilla de Nuestra Sra. de los Reyes contenida en las Actas de apertura del sepulcro del rey San Fernando en 1677.
TRANSCRIPCIÓN:
"El Rey. Capellán Mayor y Capellanes de mi Real Capilla de Nuestra Señora de los Reyes, sita en la Santa Yglesia de Seuilla, siendo muy de mi deuoçión el tener alguna reliquia del Santo Señor Rey don Fernando he acordado se saque y trayga a mi presençia con toda benerasión y deçençia el anillo que el Santo tenía en el dedo ysquierdo (...)
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SAN FERNANDO
Tal día como hoy, en 1252 muere en Sevilla Fernando III el Santo. Al pie de las gradas del altar de la Virgen de los Reyes de la Catedral de Sevilla se guardan sus restos incorruptos, en una urna de plata del siglo XVIII obra de Laureano de Pina. Esta urna se abre hoy, aniversario de su muerte, también el 23 de noviembre, día de san Clemente y el 14 de mayo.
Conocida era la afición por adquirir reliquias de santos, es por ello que Carlos II, un rey enfermizo debido a la consanguinidad familiar, intentó en todo momento ganarse la protección divina, de ahí que ordenase el envío a la Corte del anillo de San Fernando. Os dejamos con un detalle del traslado de una carta de provisión del rey Carlos II al capellán mayor y capellanes de la Real Capilla de Nuestra Sra. de los Reyes contenida en las Actas de apertura del sepulcro del rey San Fernando en 1677.
TRANSCRIPCIÓN:
"El Rey. Capellán Mayor y Capellanes de mi Real Capilla de Nuestra Señora de los Reyes, sita en la Santa Yglesia de Seuilla, siendo muy de mi deuoçión el tener alguna reliquia del Santo Señor Rey don Fernando he acordado se saque y trayga a mi presençia con toda benerasión y deçençia el anillo que el Santo tenía en el dedo ysquierdo (...)
Al margen: Carta prouisión"
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