Recuperado un cráneo preincaico perdido tras la Exposición del 29


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Recuperado un cráneo preincaico perdido tras la Exposición del 29


La pieza, de 2.000 años de antigüedad, se encuentra ya en la Universidad de Sevilla


Curri Carrillo / Sevilla 11.01.2011
 
Un cráneo preincaico de más de 2.000 años de antigüedad, procedente de la zona peruana de Cuzco, ha sido recuperado en Sevilla después de más de ochenta años perdido y de pasar por numerosas vicisitudes, desde que desapareció al concluir la Exposición Iberoamericana de 1929 hasta su devolución a Perú.

Ocho décadas después de su traslado a España, el cráneo, que al parecer corresponde a un varón joven, de unos 30 años, ha llegado a la Universidad de Sevilla gracias a "una cadena de afortunadas casualidades", ha explicado el profesor de Medicina Legal Leandro Picabea, ya que se encontraba entre los objetos que quedaron en la ciudad tras acabar la Expo del 29 y clausurarse el pabellón de Perú.

Picabea ha relatado que el cónsul peruano de la época se lo entregó a un médico sevillano que lo mantuvo bajo su custodia hasta que falleció, momento en el que su mujer lo hizo llegar al entonces director del Museo Arqueológico, Fernando Fernández, quien lo puso en manos de Luis Hurtado, coordinador del proyecto de recuperación.

Hurtado lo remitió entonces al Departamento de Anatomía de la Universidad de Sevilla, donde el profesor titular Jesús Ambrosiani, en colaboración con su colega Picabea, comenzó el estudio anatómico y antropológico en profundidad de este cráneo representativo de la población preincaica.

Se trata, según Ambrosiani, de un cráneo que, "por sus rasgos, parece de varón y de una complexión pequeña", en el que además "se aprecian marcas y signos de juventud" y que presenta algunas "particularidades anatómicas llamativas".

La "más significativa" es la pérdida, en su parte anterior, de la tabla externa de los dos maxilares superiores (encima del labio superior), probablemente por un traumatismo postmortem al habérsele retirado adornos u objetos decorativos como una nariguera, ha dicho.

Entre otros rasgos destacados por este profesor, en la superficie de la calavera se aprecian también algunas marcas que podrían ser causadas por "eliminación de tejido o descuartizamiento ritual".

Además, presenta una "erupción dentaria anómala, extraoral, de un resto embrionario de diente que debió ser prenatal por las características morfológicas del cráneo y porque aparecen orificios y características de presencia de nervio".

Ambrosiani ha considerado que su estado de conservación es "bastante aceptable", especialmente los dientes, tanto por ser un individuo joven como por que, según los restos arenosos que se han podido localizar en él, se intuye que pudo permanecer enterrado en arena, lo que habría favorecido el buen estado de la pieza.

Otra de sus curiosidades, según ha detallado Picabea, es que tiene una inscripción manuscrita en la parte posterior en la que consta que procede de la zona de Cuzco, por lo que ahora se trabaja en "verificar algunos aspectos interesantes o curiosos cuanto menos que aparecen en la conformación morfológica del cráneo".

"Esta calavera me la regaló mi amigo Ismael Pozo, eminente escritor peruano, estuvo expuesta en el Pabellón de Perú durante la Exposición Iberoamericana y procede del Cuzco, con una antigüedad de más de 2.000 años. Y para que conste lo firmo en Sevilla a 20 de febrero de 1931. Antonio Plata Olmedo, artista-pintor", reza la inscripción.

El informe que resulte de esta investigación va a acompañar al cráneo para su devolución al Gobierno peruano, cuyo cónsul adjunto en Sevilla, Luis Pablo Salamanca, ha afirmado que "recuperarlo tiene un valor importante" para su país porque "forma parte de su cultura e historia".

Ha recordado que Perú construyó un pabellón para la Exposición Iberoamericana de 1929, en el que presentó una muestra que incluía una biblioteca, una exposición fotográfica, momias incaicas y restos arqueológicos como este cráneo, y ha mostrado su sorpresa ante su recuperación y su agradecimiento a las instituciones que la han hecho posible.


El cónsul adjunto ha explicado que, ante el aumento del tráfico de piezas arqueológicas, el Estado peruano ha iniciado una política de firma de convenios con otros países para recuperar estos bienes, que ahora tienen que pasar por un procedimiento de repatriación y por la coordinación con el Instituto Nacional de Cultura del Perú, para que puedan ser expuestos y visitados.
 

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