José Rodríguez Polvillo. Hijos del Aljarafe

Un viaje de veinte siglos

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Manuel Galán, Gines 7 de octubre de 2011

                   El periodista José Rodríguez Polvillo posa con su  libro   Hijos del Aljarafe, que ayer fue presentado al público. - M. G.
Veinte siglos a través de las vidas de 30 personajes ilustres, desde el emperador Trajano hasta el escritor Alfonso Grosso, con el Aljarafe como nexo de unión, se materializan en forma de páginas en la primera obra del periodista José Rodríguez Polvillo: Hijos del Aljarafe. No es, por tanto, un libro de historia al uso, sino de "las historias de aljarafeños destacados, aunque algunos sean mucho más conocidos que otros", como dice el autor de este libro. 

"El Aljarafe no es una comarca-dormitorio como pueda pensarse en la actualidad, y el libro pretende darle un carácter propio a la zona", explica Rodríguez Polvillo. El punto de partida, hace tres años, era menos ambicioso en tanto en cuanto pretendía hacer confluir a 10 o 15 de estos insignes habitantes, pero el corpus de la investigación le hizo replantearse la dimensión hasta dejarlo en el número final, que aún no buscado, es la misma cifra de pueblos que componen la comarca.

Hijos ilustres

Poco más de 200 páginas pueden parecer pocas para repasar las vivencias de "hijos" como "el emperador más poderoso del Imperio Romano, Trajano", en palabras del autor; el Conde-Duque de Olivares ("el primero que tuvo el concepto del Aljarafe como comarca"); el Conde de Ofalia, quien hasta en dos ocasiones fuera el cargo político más importante del país, al nivel de un presidente; o del "máximo exponente del toreo en toda su historia", Joselito El Gallo, pero se subordinaron todas al objetivo de su unificador: una obra amena y divulgativa con una estructura deudora de su formación periodística, pues cada personaje tiene su "titular", su entradilla o introducción y "si gustan al lector, entonces puede pasar a la biografía en sí, y si no, puede buscar al siguiente", señala el escritor.

Además, el libro, prologado por el también periodista y colaborador de El Correo de Andalucía Pedro Preciado, concluye con una bibliografía de referencia individualizada. Una deferencia con el lector más curioso tras una consulta que abarcó dos años y más de 3.000 documentos. Estos personajes y su vivencia propia como vecino hacen que José Rodríguez Polvillo califique el Aljarafe como una comarca "abierta". De hecho, por las páginas desfilan tanto nativos como personajes que se vincularon a ella más tarde, "muy vinculada con el arte" y que ha tenido "hijos y vecinos mucho más influyentes de lo que la gente pueda pensar a primera vista, con personajes de relevancia a nivel nacional e internacional", indica el periodista.

Así se llega a uno de los deseos últimos del autor, que no dudó en autoeditarse para obtener así "el libro que yo quería hasta el último detalle". Además, "me encantaría que el libro se usara también en los colegios para hablar de la historia más cercana". Su experiencia al frente del gabinete de comunicación del Ayuntamiento de Gines le hace ser muy consciente de la importancia del conocimiento de lo local, por eso a quien pueda dudar si dedica su tiempo a leer la obra le platea esta pregunta: "¿Sabe lo que vivieron otras personas que han estado en este mismo lugar antes que usted?" Abran las páginas y lo sabrán.

Unidos por un mismo territorio

¿Qué tienen en común un Infante de España capaz de conspirar contra su hermano -el Rey- y que además trabajó para un sultán en Túnez, el primer mártir cristiano del Nuevo Mundo, una estrella del toreo tuerta que fue mercenario en Sudamérica, el militar que renovó las marchas procesionales, uno de los mejores dibujantes de siempre que sufrió la cárcel tras la Guerra Civil o el sacerdote -sí, leen bien- que convocó las Cortes de Cádiz en 1812? Don Fadrique, Fray Juan Calero, Manuel Domínguez Desperdicio, Manuel López Farfán, Andrés Martínez de León y Juan Acisclo de Vera son "hijos del Aljarafe". Sin esta tierra, estas historias nunca habrían existido. Ni otras casi anónimas, como la de Francisca Pérez Cerpa, capaz de vivir de la caridad por ayudar a un país en guerra, o la de Inés Rosales, una emprendedora cuando el voto femenino aún era una quimera.

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