Los primeros «Homo sapiens» podían oler mejor que los neandertales
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Un estudio del CSIC publicado en Nature Communications indica que la estructura cerebral relacionada con el sentido del olfato era un 12% mayor
ABC / MADRID,
13 de diciembre de 2011.
El
lóbulo temporal y el bulbo olfativo de los primeros «Homo sapiens» eran de mayor
tamaño que los de «H. neanderthalensis», según una investigación internacional
liderada por el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El trabajo, publicado hoy en la revista Nature Communications, sugiere
la evolución de un uso combinado de funciones cognitivas y del olfato en
humanos modernos.
A través de análisis morfométricos en 3D,
se han medido las impresiones que deja el cerebro en la base interior del
cráneo, explican fuentes del CSIC. Los resultados indican que la estructura que
recibe la información olfativa es aproximadamente un 12% mayor en los sapiens.
Asimismo, el tamaño de los lóbulos temporales, relacionados con el lenguaje, la
memoria y las funciones sociales también es mayor en esta especie humana.
El investigador del CSIC en el Museo
Nacional de Ciencias Naturales, responsable del trabajo, Markus Bastir,
explica: «El aumento del tamaño del cerebro está íntimamente vinculado con la
evolución de la humanidad». Aunque «sapiens» y neandertales pertenecen a dos
linajes evolutivos diferentes, ambos presentan cerebros grandes y de tamaño
parecido. Por ello, «el análisis de la forma cerebral podría reflejar
diferencias en su reorganización evolutiva», añade Bastir.
La información olfativa se proyecta a regiones cerebrales directamente responsables del procesado de la emoción, la motivación, el miedo, la memoria, el placer y la atracción entre las personas. Según el segundo autor del artículo, el investigador del CSIC en el mismo centro, Antonio Rosas, «las funciones olfativas superiores son aquellas que combinan el olfato y los procesos cognitivos como la percepción, la motivación, la intuición, el juicio y la decisión».
Rosas opina: «El hecho de que el H.
sapiens tenga bulbos olfativos más grandes que cualquier otra especie humana,
podría indicar mayor y distinto sentido del olfato, posiblemente involucrado en
el desarrollo de aspectos relacionados con funciones sociales». Estas
diferencias podrían tener sentido evolutivo en un contexto social y contribuir
al reconocimiento de individuos del grupo, a la cohesión y al aprendizaje
social.
El sentido más antiguo
El olfato es el sentido más antiguo de los
vertebrados y el único canal con el que el cerebro conecta directamente con el
medio ambiente. Además, según Rosas, «nunca duerme porque el cuerpo siempre
respira». El circuito neural del olfato está muy vinculado con el material
neurológico de la memoria y de las emociones. En palabras del investigador del
CSIC, «esto explica la enorme intensidad emocional que se experimenta al
recordar cualquier vivencia asociada al olfato».
Bastir concluye: «Aunque el sentido del
olor en humanos y primates ha sido tradicionalmente considerado como uno de los
menos importantes, el presente estudio refleja una reciente tendencia en la
investigación que reevalúa su potencial significado para la evolución de la
humanidad».
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