Hoy se inaugura en Santa Clara una exposición que recuerda aquellos hechos
Aurora Flórez / Sevilla, 18 de diciembre de 2011
Aunque
hayan pasado cincuenta años, hay muchos sevillanos que no han olvidado aquel trágico desbordamiento del arroyo
Tamarguillo el 25 de noviembre, a causa de la rotura del muro
de defensa, que dejó a más de
30.000 personas sin vivienda y que puso de dramático
manifiesto la ruina y la infravivienda del caserío de la ciudad. El balance de
millares de familias abocadas a sobrevivir en refugios tras haber perdido lo
poco que antes de la riada poseían. Pero no quedó ahí el infausto fin de 1961.
Poco menos de un mes después, tal día como hoy, una avioneta perteneciente a la
comitiva de la Operación Clavel,
una espléndida iniciativa
solidaria nacida en los micrófonos de Radio España y en la voz de Bobby Deglané,
para ayudar a los damnificados, se estrellaría, paradójicamente cerca del
arroyo, matando a una veintena de personas —después morirían otras cuatro— e
hiriendo a más de un centenar.
Eran personas, que, acudieron junto a otros miles, a recibir aquella comitiva que daba cuenta de la buena voluntad de un país con los que en ese momento más lo necesitaban. La jornada festiva que comenzó a vivir la ciudad aquel 19 de diciembre añadió un jarro más de tragedia a la sufrida por la arriadada, pero en ella quedaba, flotando, la respuesta solidaria de los españoles, una esperanza y un lenitivo para aquellos días que sembraron de dolor Sevilla.
J.M. Holgado
Eran personas, que, acudieron junto a otros miles, a recibir aquella comitiva que daba cuenta de la buena voluntad de un país con los que en ese momento más lo necesitaban. La jornada festiva que comenzó a vivir la ciudad aquel 19 de diciembre añadió un jarro más de tragedia a la sufrida por la arriadada, pero en ella quedaba, flotando, la respuesta solidaria de los españoles, una esperanza y un lenitivo para aquellos días que sembraron de dolor Sevilla.
Cincuenta años no es nada. Y sí, hay
muchos que recuerdan y que aún lloran a sus familiares, que se emocionan porque
vivieron en primera persona aquellos sucesos, que siguen agradeciendo aquella
Operación Clavel que, por encima de la desgracia, trajo la esperanza en las
horas del dolor. Y hay otros, los más jóvenes, que apenas conocen aquellos
días. Esa memoria y el acercamiento a la historia pasada marcan la exposición
que, patrocinada por ABC de
Sevilla, se inaugura hoy, a las siete de la tarde, en el
espacio del Instituto de la
Cultura y las Artes (ICAS) en Santa Clara. En ella van a
encontrar más de cincuenta y cinco fotografías, provenientes de la Hemeroteca
Municipal y del propio periódico, que plasman aquellos momentos, Sevilla
inundada —hubo casas en las que el agua superó los tres metros de altura—. del
extrarradio al mismo corazón de la ciudad; imágenes del accidente de la
avioneta, de la gente que, antes del siniestro, se acercaba alegremente a los
lugares por donde discurriría el cortejo...
La muestra, cuyo comisario es el director de Proyectos y Actividades de
ICAS, José Lucas Chaves, se ha montado durante más de dos
meses y cuenta con aportaciones, tanto de objetos como de material gráfico, de
muchos sevillanos, así como con testimonios audiovisuales de protagonistas de
la riada y el accidente. Se ha dividido en seis bloques, ilustrados con las
fotografías, que dan una visión global de lo ocurrido y de sus repercusiones en
la futura configuración urbanística de la ciudad. La riada, la solidaridad,
Bobby Deglané, el accidente,
las visiones técnicas sobre el cambio en el caserío se hilvanarán con la ayuda
de periodistas, escritores y arquitectos, y con algunos rostros conocidos de la
sociedad sevillana, como la duquesa de Alba, que fue madrina de la Operación
Clavel; la bailaora Matilde
Coral, el ganadero Rafael Peralta, José Antonio Sánchez Araujo o José María de
Mena.
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