Los tesoros del Archivo de Indias
La exposición, de entrada gratuita, es una magnífica oportunidad para que el sevillano valore los fondos del Archivo y para que conozca uno de los edificios renacentistas más bellos de la ciudad
Félix
J. Machuca / Sevilla, 3 de abril de 2012.
En
la línea expositiva vigente de los grandes museos internacionales, el Archivo
General de Indias, primer centro americanista del mundo, ha inaugurado una
muestra titulada «Una mirada al Nuevo Mundo». Esta muestra recoge, en diez
vitrinas expositivas, ciento sesenta y un documentos, todos propiedad de la
institución y que, en sí mismos, son auténticos tesoros archivísticos. El visitante
puede ver desde planos de ciudades hispanos americanas hasta escudos
nobiliarios de la aristocracia inca o el diseño de uno de los antecedentes más
fiables de un traje de buzo.
Por su interés histórico, antropológico,
religioso, cultural y científico hemos escogido de la exposición los documentos
que, a continuación, se explican y que forman parte de la citada muestra en el
Archivo de Indias.
Escudo
de Cristóbal Colón.
A la vuelta de su primer viaje descubridor, Cristóbal Colón, acompañados por
indígenas y productos exóticos y minerales traídos de las tierras recién
descubiertas, que demostraban con pruebas físicas el éxito de su viaje, es
premiado por los Reyes Católicos. En el Libro de los Privilegios concedidos al
Almirante se aprecia el nuevo escudo nobiliario del marino genovés al servicio
de la Corona. Un castillo, un león rampante, unas islas doradas y cinco anclas
de oro. La principal novedad de los privilegios concedidos a Colón por los
reyes consistían en hacerlos hereditarios. Colón, pues, con su hazaña, no solo
descubre tierras nuevas para la corona, sino que gana un lugar en la nobleza
por la altura de su aventura.
Capitulaciones
de Santa Fe.
Este documento recoge las largas conversaciones y negociaciones entre los Reyes
Católicos y Colón en Santa Fé (Granada) para disponer las condiciones de su
primer viaje descubridor. El marino compromete los resultados de su viaje a su
adhesión a la soberanía de la Corona castellana. A su vez, la Corona le promete
los títulos de virrey y gobernador general en todas las islas y territorios
descubiertos o ganados, así como la percepción de la décima parte sobre el
beneficio de todas las mercancías. Este documento pertenece al Archivo General
de Indias y está archivado en la sección de Patronatos. Buscando un paralelismo
del documento en tiempo actual podríamos encontrarlo, salvando todas las
peculiaridades existentes, en las negociaciones del Estado español con la
petrolera Repsol para buscar, dentro de las aguas jurisdiccionales canarias,
veneros petrolíferos. Si la petrolera descubriera petróleo el Estado español
recibiría su lógica compensación.
Flechas
guajiras.
Este tipo de flechas envenenadas o «herbadas» como la conocían los
conquistadores eran una de las armas más efectivas de los indios en su lucha
contra los españoles. Las dibujadas en este documento del Archivo General de
Indias eran utilizadas por los indios Guajiros, asentados en la península
colombiana de Coquibacoa. Estos indios, de ascendencia caribe, fueron
inicialmente proclives a los intercambios comerciales. Pero el entendimiento
duró poco. Los expedicionarios españoles buscaban la rápida rentabilidad de la
aventura haciendo esclavos, buscando oro y perlas. En 1510, en Turbaco, cerca
de Cartagena de Indias, fue herido de muerte por una de esta flechas
envenenadas Juan de la Cosa, del que escriben los cronistas que murió asaeteado
"como un erizo". Estas flechas envenenadas con sustancias vegetales
aún son utilizadas por muchos pueblos americanos asentados en los lugares más
inaccesibles de la selva y lejos de la civilización del hombre blanco.
Pueblo
de Tlacontenpec.
En un determinado momento de la conquista, la Corona española creyó necesario,
para su mejor gobierno, levantar mapas de las zonas de su área de influencia y
expansión. Este mapa representa al pueblo mexicano de San Sebastián de
Tlacotenpec, con la valiosísima particularidad que, fonéticamente, se han
escritos los vocablos náhuatl (lengua madre mexicana) en grafía castellana.
Estas inscripciones hacen referencias a los límites y circunscripción del
pueblo, delimitado por los tres ríos que lo recorren. Los personajes que
aparecen lo hacen en orden de poder y dignidad, tanto civil como religiosa. El
individuo sentado sobre piel de jaguar es la máxima autoridad. En sitiales más
modestos aparecen dos recaudadores de impuestos. Podríamos decir que este plano
se aproximaría hoy a una vista de google earth de una zona determinada con
imágenes de casas y las autoridades representativas.
Ritos
de Nayarit.
Resalta en su hermosa ingenuidad plástica toda la fuerza del encuentro entre la
religión de los conquistadores y la autóctona decantando un mestizaje
devocional conocido como sincretismo. En Nayarit, región mexicana de la costa
del Pacífico, sus naturales fueron adoctrinados por los franciscanos. Sus
caciques se bautizaron y adoptaron nombres cristianos. Pero no se consolidó la
aculturización nativa. Y los indios huyeron y se refugiaron en las montañas del
norte y del nordeste, blindados por una naturaleza infranqueable. Volvieron a
sus antiguos cultos y ritos, que se describen y representan en este dibujo del
Archivo General de Indias. Curiosamente, del primer contacto con los
misioneros, los llamados indios coranayaritas conservaban un misal y otros
objetos que veneraban en su Casa del Nayarit, en claro ejemplo de sincretismo
religioso. Este sincretismo religioso perdura hoy día con fuerza inusitada en
las regiones afrocaribeñas, donde los santos africanos llevan nombres de santos
católicos.
La
sangre del inca.
En los procesos de asimilación y dominación cultural, desde muy antiguo,
contaban con las alianzas de clases. Matrimonios entre vencedores y vencidos de
la alta aristocracia ayudaban a que unos no perdieran sus privilegios y a los
invasores a tener argumentos de control social para dominar a la población. La
monarquía española reconoció a los descendientes de la nobleza incaica los
privilegios de su antiguo orden social y político. Así se explica la concesión
de privilegios como los escudos nobiliarios que se otorgaron a los hijos de
Huayna Capac, en los que se les trata como «señores del Perú, personas reales
que representan al propio monarca español». Estos documentos están en el
Archivo General de Indias archivados en la sección MP-Escudos y Árboles
Genealógicos.
Buzos. Es quizás uno de los dibujos que mas
fascinación provoca entre el gran público. Pertenece a un diseño del barón de
Mazabrat, Alejandro Durand, de 1720, de un arcaico traje de buzo. Durand era un
francés afincado en Lima que solicitó licencia al virrey para utilizar su «invento»
en las Indias. La recuperación de los tesoros de los buques naufragados en la
Carrera de Indias se llevaba a cabo tanto por las instituciones como por
particulares, que ofrecían sus servicios a la Corona mediante contratos. La
novedad de este diseño consiste en que puede considerarse un verdadero traje de
buzo. Confeccionado de una pieza de cuero presenta la novedad de varios tubos
para respirar: uno para la entrada de aire, otro para la salida y otro para
utilizar por el buzo mientras se viste. El traje iba lastrado con plomo y el
buzo llevaba en la mano un bastón terminado en dos puntas de hierro para
afirmarse al fondo y defenderse de ataques de animales marinos. Este diseño
supuso un hito en las técnicas de inmersión y anticipa las bases de los que serán
las futuras escafandras. Ni que decir tiene que entre este modelo y los
utilizados por la empresa Odyssey para expoliar el pecio del barco español
Nuestra Señora de las Mercedes, median los avances tecnológicos de casi
trescientos años de pruebas e investigación.
La
casa del tesoro.
Muchos sevillanos conocen al Archivo de Indias como ese edificio grande que hay
frente a Correos. Es verdad que es grande. Grande en su volumen y arquitectura.
Pero yo diría que esa grandeza adquiere dimensiones continentales cuando
conocemos lo que guarda en sus estanterías. En el Archivo General de Indias hay
8.475 metros lineales de documentos, algo así como la distancia que separa
Sevilla de Gines; tal documentación se reúne en más de cuarenta mil legajos que
informan de la vida en común de los españoles peninsulares y los españoles
americanos y filipinos por casi cerca de cuatrocientos años. Además de fondos
hispano americanos y filipinos, sus anaqueles conservan documentos de EE.UU y
Brasil.
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