Mariana
Pineda no sabía bordar
José
María Lama, 20 de agosto de 2011
Hay una
inevitable deformación entre cualquier hecho histórico y su relato.
El paso del tiempo, el recuerdo transmitido de persona a persona, de
generación en generación, crea un “ruido” inevitable en la
huella que deja en el pueblo lo acontecido. Pero, además, hay una
interpretación popular que el común adhiere a toda historia, una
lectura de los hechos desde la mentalidad de la época. Y,
finalmente, junto a esta literatura popular, a veces es la literatura
de autor la que se interpone entre una historia y su recuerdo,
dejando una pista “falsa” sobre la memoria de los hechos.
Los casos
son numerosos. Me detendré en uno que creo significativo: Mariana
Pineda. Acabo de leer la biografía que Antonina Rodrigo dedicara
hace varias décadas a este personaje casi mítico del liberalismo
español del siglo XIX. En la memoria popular es reconocida como la
mujer que fue ajusticiada por Fernando VII por haber bordado una
bandera revolucionaria.