¿Por qué se salvó Stalingrado?

¿Por qué se salvó Stalingrado?

Las claves de una victoria improbable

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/25/internacional/1359124591.html
  • Rusia apura los últimos años de vida de los veteranos
  • Se han convertido en símbolo de que todas las victorias son posibles
  • Hitler ambicionaba el petróleo del Cáucaso para relanzar su campaña militar
"Ni shagu nashad!". Ni un paso atrás. Son tres palabras que significan demasiado en la actual Volgogrado, la Stalingrado que resistió los ataques del ejército alemán encerrada entre el avance del enemigo y un río Volga que hasta los civiles tenían prohibido cruzar.

Hace 70 años Friedrich Paulus, nombrado mariscal días antes por Hitler para disuadirle de la rendición, se entregó junto a sus últimos hombres en el interior de los almacenes Univermag, donde se había atrincherado ante el cerco soviético que cercaba a los invasores alemanes. Enfermo, sin provisiones y en pleno invierno ruso, se entregó a la luz de una vela en un lugar donde a día de hoy hay un museo que recuerda su rendición. A las puertas del mismo, grupos de jóvenes soldados practican el cambio de guardia ante la atenta mirada de los viejos.

"Nosotros recordamos todo lo que pasó, ¿pero qué sucederá cuando hayamos desaparecido todos?", lamenta Nina, que vivió la batalla siendo una adolescente. En una carrera contra el tiempo, Rusia apura los últimos años de vida de los veteranos de Stalingrado y los lleva a dar charlas a los institutos. Para la URSS, y también para Rusia, son un símbolo de que todas las victorias son posibles. Incluso las más improbables, que muchas veces son las más necesarias.

Hitler ambicionaba el petróleo del Cáucaso para relanzar su campaña militar. Quería además dominar el Volga y de paso acabar con la industria que nutría al gigante soviético. Así lanzó sus fuerzas contra Stalingrado, en un ataque feroz que comenzó oficialmente en agosto de 1942.

La batalla costó casi dos millones de muertos entre soldados del Eje y fuerzas soviéticas hasta que sonó el último tiro el 2 de febrero de 1942. Fueron meses de infarto en los que Hitler llegó incluso a anunciar la victoria. ¿Cómo se salvó la ciudad?

Una 'guerra de ratas'

La principal clave tal vez sea que la ciudad no se salvó. Fue derruida casi totalmente hasta el punto que a día de hoy los edificios anteriores a la reconstrucción son solo monumentos amputados de ladrillo ametrallado para ilustrar a los turistas. Los alemanes trituraron la ciudad, de cerca de medio millón de habitantes, reduciéndola a hierros y cascotes. Esto convirtió a Stalingrado en una jungla de hielo, muros semiderruidos y cloacas a cielo abierto.

Un grupo de personas busca a sus familiares entre los muertos en la batalla de Stalingrado. | E. M.Una "picadora de carne", según recuerdan los soldados alemanes. Las balas rebotaban en cualquier parte, y los rusos se desenvolvieron mejor en ese nuevo escenario, una "guerra de ratas" como la calificó un oficial del VI Ejército, y un Western europeo del siglo XX para algunos historiadores. Rusos y alemanes lucharon calle a calle. Casa por casa. El 90% de la ciudad quedó en ruinas.

Stalin emitió el 28 de julio de 1942 su famosa orden "Ni un paso atrás" en calidad de comisario de Defensa. Esto significaba que ningún soldado, ni mando militar, tenía derecho a retroceder sin una orden superior. Cualquiera que lo hiciese sería juzgado por un tribunal militar. En la práctica provocó que se formaran destacamentos de hasta 200 personas que permanecían en segunda fila esperando a los que se diesen la vuelta. Eran las temidas 'strafoty', compañías de castigo.

Esta frialdad despiadada de Stalin también se aplicó a la hora de solventar la escasez de armas. En algunos distritos del norte de la ciudad los soldados eran enviados a la batalla con un rifle para cada dos. Cuando el de delante moría, el que iba detrás de él agachado recogía el arma y seguía disparando. También pensó Stalin que le resultaría útil prohibir la evacuación de los civiles de Stalingrado. De este modo, los soldados rusos pelearían con más determinación sabiendo que sus mujeres e hijos estaban justo a sus espaldas.

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