Galeón San José, fracaso inglés
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El Galeón San José formaba parte de la flota española que fue reunida en Sevilla por la Casa de Contratación la cual financiaba y organizaba las costosas flotas de barcos militares y mercantes que participaban en la “Carrera de Indias”. El 10 de marzo de 1706, el Consejo de Indias aprobó la salida de una flota de 26 barcos, al mando de José Fernández de Santillán, un oficial muy experimentado.
Por aquel entonces se celebraba la feria del istmo, que se desarrollaba en Portobelo, y cuyo objeto era el de recolectar los metales preciosos procedentes de Potosí, Cartagena y Veracruz. Esta feria duraba normalmente 30 días, pero ese año, una organización tremendamente defectuosa y lenta de la feria, condujo a que los buques de José Fernández de Santillán permaneciesen nada mas y nada menos que 2 años inactivos esperando el cargamento en Cartagena. Además, la zona, estaba infestada de esclavos cimarrones, que servían de espías a los ingleses y les informaban de los movimientos de los barcos españoles.
Por fin, el 19 de diciembre de 1707 llegaron noticias de que la armada del sur, procedente de el Callao se dirigía a Portobelo con un valioso cargamento, así que Santillán puso rumbo hacia allí. En Portobelo, Santillán se encontró con el corrupto presidente de la Audiencia de Panamá, el marqués de Villarocha, que retrasó el embarque con ánimo de realizar algunas defraudaciones en su provecho, por lo que Santillán ardía en deseos de salir de allí lo antes posible, también con las miras puestas en reunirse con la flota francesa de Jean Baptiste Ducasse, cuya artillería podía brindar protección adicional a la flota si se conseguían reunir ambas flotas en La Habana.
Mientras, el comodoro inglés Charles Wager, al mando de la escuadra inglesa de Jamaica, esperaba bien informado por los espías cimarrones de los movimientos españoles entorno a las islas del Rosario. Contaba con siete navíos, de los que destacaban el Expedition, de 71 cañones, el Kingston de 60 cañones, el Portland de 50 cañones y los brulotes Vulture y Severn.
A pesar de conocer la cercanía de los merodeadores ingleses, Santillán decidió zarpar el 28 de mayo, probablemente pesaba en su ánimo el ambiente corrupto que le rodeaba, así como el conocimiento que se acercaba la estación de huracanes en el Caribe.
El Galeón San José y la batalla de Barú (8-9 de junio de 1708)
Los caprichos del tiempo favorecieron a los ingleses, primero brindándoles una visibilidad estupenda para avistar la flota española, y luego, un cambio de brisas favorece su acercamiento.
A las cinco y media de la tarde el “Kingston” comienza su fuego contra la nave almiranta “San Joaquín” de 64 cañones y comandada por Miguel Agustín de Villanueva, mientras Wager busca al “San José” que intercambia fuego con el “Expedition”, que está ya a 300 metros del Galeón San José. Los ingleses quieren abordarlo, por lo que disparan contra su velamen y contra su timón, cuando los ingleses estaban a apenas 60 metros tras dos horas de combate, a las siete y media y ya de noche, el galeón San José estalla y se va a pique, muriendo 589 de los 600 tripulantes, dañando al Expedition y dejando a los ingleses con un palmo de narices al ver como se esfumaba su botín que se cree era de entre 7 a 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata.
Mas tarde el Expedition, el Kingston y el Portland consiguieron rendir al Santa Cruz, que era el que menor cargamento transportaba y ningún tesoro. Otro navío español, la Urca, viéndose sitiada, es incendiada por orden de su capitán antes de ser tomada. Por otro lado, la almiranta San Joaquín consigue llegar a Cartagena burlando a los ingleses y salvando el resto del tesoro, 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata, de caer en sus manos.
El ataque fue un fracaso para los ingleses, ya que no pudieron hacerse con el tesoro español, e incluso dos capitanes ingleses, Bridge y Windson fueron expulsados de la marina inglesa por su pobre comportamiento en la persecución del San Joaquín.
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