“Un documento antiguo sobre el Patronazgo de las Nieves de Los Palacios”

“Un documento antiguo sobre el Patronazgo
de las Nieves de Los Palacios”

JULIO MAYO

Concerniente al patronazgo que la Santísima Virgen de las Nieves, viene regentado históricamente sobre Los Palacios, había sido muy escueta la información que hasta el momento poseíamos, mínimamente aportada por varios expedientes de la segunda mitad del siglo XVIII, y otros tantos fechados en el transcurso del XIX.

Conocíamos que una pequeña efigie gótica de talla era la representación escultórica de la primitiva imagen titular de la parroquia –pues la actual es de vestir–, dedicada precisamente al título de Santa María la Blanca, desde que se edificara el templo hacia 1440 por mandato del duque de Arcos, don Juan Ponce de León. Sin embargo, el descubrimiento del acuerdo adoptado por el Concejo municipal de Los Palacios, el 9 de febrero de 1653, en el que figura invocada como patrona –según expresa el acta– «la gloriosa Virgen, Santa Madre de las Nieves», documenta con rigor la alta distinción que los moradores de la población le habían otorgado ya, con anterioridad a aquel momento de tanta penuria de mediados del siglo XVII, en el que tantos estragos causó la pestilencia entre los habitantes.

En razón de la protección milagrosa que la Virgen Blanca hubo de proporcionar al vecindario en momentos adversos, es muy posible que la corporación la hubiese proclamado patrona, incluso antes de que visitasen el pueblo los Reyes Católicos (1490), y hasta el mismísimo Cristóbal Colón, acogido como huésped por el cura y cronista, don Andrés Bernáldez en 1496, después de que el conquistador regresase de su segundo viaje a América.

Este interesantísimo manuscrito se conserva en el Archivo parroquial de San Juan Bautista de Marchena, cuyo municipio fue durante varios siglos cabeza del estado de Arcos y, en cuyo templo llegaron a solemnizarse importantes funciones religiosas, a las que acudían los representantes de cada uno de los lugares del señorío. Una de aquellas convocatorias colectivas tuvo lugar el domingo 26 de febrero de 1653, día en el que la casa de Arcos renovó su adhesión a la defensa de la pureza inmaculada de la Virgen María, por haber sido concebida sin mancha de pecado original.

Al margen de los valores religiosos del documento que analizamos, queremos resaltar así mismo la significación política que representó aquel gesto de apoyo institucional, brindado por la casa de Arcos a la monarquía hispánica, que tanto se involucró en requerir al Papa la definición del dogma concepcionista, entre la gran oleada de votos que se suscribieron aquel mismo año de 1653 en numerosos pueblos de Andalucía, a raíz de la iniciativa promovida desde la Corte. A aquella misma fecha corresponde también, por ejemplo, la invocación inmaculista rogada por el pueblo de Almonte a la Virgen del Rocío.

El acta remitida por el Ayuntamiento de Los Palacios no puede confundirse con el nombramiento oficial del patronazgo, porque se trata de una petición implorada por la corporación municipal, a la Virgen de las Nieves, así como a todos los santos del cielo, con el propósito de que ayudase a conservar vivo este misterio de la fe católica entre los pobladores del estado de Arcos. El entonces duque, don Rodrigo Ponce de León, solicitó a cada uno de los cabildos civiles que se oficiara simultáneamente en la iglesia principal de cada pueblo, con independencia de la celebración en Marchena, otro acto litúrgico de gran boato, en el que se invocara la virtud virginal de María.

Según el testimonio que hemos descubierto, componían el Concejo, Justicia y Regimiento de Los Palacios, el corregidor don Juan Esteban Pachón, los alcaldes Nicolás Martín Moreno y Andrés López Gallardo, el Alguacil mayor Diego Lozano Cortés, y los regidores Hernando Moreno, Alonso Muñoz Parrales, Domingo Hurtado y Francisco Falcón, junto a otros tantos concejales más.

Es muy llamativo que uno de los testigos comparecientes ante el escribano palaciego que autentificó el acuerdo, fuese el vecino de Villafranca de la Marisma, Francisco Begines. En aquellos años del Barroco aún no se había consumado la unión de ambas localidades. No obstante, a nivel eclesiástico sí dependían conjuntamente del mismo templo parroquial, situado en la jurisdicción de la antigua villa de Los Palacios.

Hasta 1836, una vez que desaparecieron los señoríos, no se consumó la unidad política entre Villafranca y Los Palacios, que continuó conservando el reinado espiritual de Nuestra Señora de las Nieves. El gran esfuerzo de su vecindad por formar un solo pueblo –fundamentado en el hermanamiento y no en la independencia–, no se ha perdido, pues fue el acontecimiento más importante de toda la Historia local.

Como tampoco quedó relegado al olvido el compromiso religioso y la perseverancia de aquellas mujeres y hombres que mantuvieron intacto el legado cultural recibido de sus antepasados, cuyo símbolo más logrado aún lo encarna hoy, cuando se conmemora el 180º aniversario de la unión (1836-2016), la resplandeciente blancura inmaculada de su Madre de las Nieves.


JULIO MAYO. HISTORIADOR Y ARCHIVERO MUNICIPAL


DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA


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