domingo, 10 de marzo de 2024

El incomprensible cierre de una de las iglesias más espectaculares y desconocidas de Sevilla (Juan Parejo, Diario de Sevilla 10.03.2024)

El incomprensible cierre de una de las iglesias más espectaculares y desconocidas de Sevilla

(Texto: Juan Parejo, Fotografías:

Antonio Pizarro, Diario de Sevilla 10.03.2024)



Una joya que no debería cerrarse ni privatizarse. La iglesia de San Pedro de Alcántara, un fabuloso templo barroco en la calle Cervantes, se encuentra desde hace meses clausurada y sin que nadie quiera ponerle remedio. Desde el Arzobispo remiten a la comunidad de las Esclavas del Sagrado Corazón, que se marcharon el pasado mes de agosto del Colegio Mayor La Luz.

Aseguran que son ellas las propietarias del templo, pero en el Registro de la Propiedad no se encuentra inmatriculado. Este hecho refuerza la tesis de Adepa que asegura que la iglesia fue cedida a finales del siglo XIX por el cardenal Marcelo Spínola a esta comunidad de religiosas. Por tanto, si las monjas se han ido, debería regresar a manos de la entidad que la cedió: el Arzobispado de Sevilla.



Son muchas las asociaciones que reclaman ya una solución para este bien patrimonial de primer nivel. Piden su declaración como BIC para protegerlo y que se abra de nuevo para acoger las celebraciones religiosas que se han venido realizando en los últimos años, además de para ser sede de actos culturales. Pero lo único cierto es que sobrevuelan sospechas de que el templo ha sido desacralizado y que podría haber sido vendido junto al inmueble que acogía el colegio mayor para levantar un establecimiento turístico.

El Arzobispado se pone de perfil y las religiosas callan mientras Sevilla pierde unas de sus joyas más desconocidas y bellas que luce pinturas de Domingo Martínez y tallas del círculo de Roldán (sino se las han llevado).

Adepa lleva tiempo luchando para que el templo no pierda su esencia ni sus bienes y para que sea devuelto a los sevillanos. En este afán de momento sólo se ha topado con piedras en el camino. Son varios los escritos y requerimientos que ha enviado tanto al Arzobispado como a las Esclavas para que aclaren distintas cuestiones: Hay sospechas de que tanto la iglesia como el edificio del colegio mayor han sido cedidos o alquilados para apartamentos turísticos, sin que se sepa con certeza esta finalidad, salvo, los rumores existentes.



Por otra parte, la iglesia, a pesar de su uso constante para actividades religiosas, (misas, comuniones, confirmaciones…) durante los últimos años por parte de los colegios Buen Pastor y St Mary’s School sería o ha sido ya desacralizada.

Y se sospecha que las magnificas esculturas que presiden los retablos de las capillas han sido trasladadas, desconociéndose su destino. De momento, Adepa sólo ha recibido evasivas incluso amenazas cuando ha preguntado por todo ello.

Una de las cuestiones a dilucidar para determinar el futuro del templo es quién es su propietario. Este periódico se lo preguntó recientemente al arzobispo de Sevilla. Monseñor Saiz aseguró que la iglesia era de las Esclavas. Pero lo cierto es que la historia podría ser muy distinta. Adepa recuerda en unos de los escritos enviados al Arzobispado que el 21 de noviembre de 1897 la Jurisdicción Eclesiástica Ordinaria cedió la iglesia de San Pedro de Alcántara a las Esclavas del Sagrado Corazón para sus cultos y dedicarla a la Adoración continua al Santísimo (acción que lleva años sin efectuarse por la Comunidad dada la edad de las monjas).



Poco más tarde, el 6 de febrero de 1898 se firmaba un acta por la cual la Orden Tercera, que tenía la iglesia de San Pedro de Alcántara como lugar de resguardo del Santísimo, por mediación del cardenal Spínola, cerraba la puerta de comunicación entre este templo y la capilla de la orden mediante un muro o pared que existiría mientras las Esclavas poseyeran la iglesia de San Pedro. Por el derecho de servidumbre y paso que de antiguo pertenecía a la Orden Tercera, se acordaba pagar por las Esclavas del Sagrado Corazón 1400 reales en deuda pública al 4%. La clave de este documento es que señala que si alguna vez las Esclavas dejaban la iglesia de San Pedro de Alcántara, se debería abrir la comunicación entre el templo y la capilla acabando el pago de títulos de la deuda pública. Adepa insiste en que desconoce si en algún momento se efectuaron dichos pagos, actualmente sí conoce que no se están cumpliendo.

Además, en el Registro de la Propiedad no consta la inmatriculación de la iglesia, algo que, según Adepa, refuerza la tesis de que las Esclavas sólo tenían la cesión y que su propietario es el Arzobispado en virtud del acuerdo con el cardenal Spínola.




Varias cuestiones sin respuesta

Ante este cierre injustificado, la asociación presidida por Joaquín Egea considera que las Esclavas del Sagrado Corazón pueden hacer lo que consideren oportuno con su propiedad, incluso con los elementos sagrados y pinturas que le pertenezcan, pero no así con la iglesia: “En ningún momento aparece en el Registro de la Propiedad explicación alguna sobre la pertenencia o no de la misma a la comunidad y, sobre todo, no se establece la servidumbre que realmente existe como consta en documento con la Orden Tercera”.

Considera Adepa que no está justificada la desacralización de un templo con tres siglos y medio de antigüedad vinculado la mayor parte de este tiempo a la Orden Franciscana y que ha mantenido actividades religiosas continuas hasta el mes de junio de 2023, “máxime habiéndonos ofrecido tanto la Orden Tercera como los colegios Buen Pastor y St Mary’s School a mantener la iglesia y procurar su restauración patrimonial”.

Advierte, además, que se están incumpliendo totalmente los acuerdos con el Ayuntamiento de Sevilla que obligaban a abrir la iglesia a la visita cultural y religiosa de los sevillanos, como mínimo, una vez a la semana, después de que la Gerencia de Urbanismo acometiera en 2007 unas importantes obras de rehabilitación. Por otra parte, señala que las esculturas de enorme valor que posee la iglesia no pueden ser enajenadas, ni trasladas del templo sin conocimiento de la delegación de Cultura y de los sevillanos.



Por último, indica que la figura del Padre Fagúndez y el resto de los franciscanos enterrados en el templo merecen por parte de la autoridad eclesiástica y por la comunidad religiosa el máximo respeto a su historia y sus restos.

El convento de San Pedro de Alcántara fue fundado en el siglo XVII. La Orden Tercera fue fundada por el mismo San Francisco de Asís para los seglares, aunque también podían pertenecer a ella los religiosos. San Pedro de Alcántara fue el gran reformador de la Orden Franciscana. Antes de la fundación en Sevilla de este convento en la hoy calle Cervantes, se edifica en 1580 el convento de San Diego en el espacio que actualmente ocupa el Teatro Lope de Vega. El traslado se produce por las continuas inundaciones que acontecían en esta zona extramuros.




Las dependencias de la calle Cervantes surgen como hospital o enfermería para los frailes enfermos. Tras una serie de cambios de sede y otras vicisitudes, los dieguinos se trasladaron a la iglesia de San Antonio Abad, en la calle Alfonso XII, de donde serían expulsados definitivamente por la Desamortización de Mendizábal. Por su parte, el convento de San Pedro de Alcántara florece en la actual calle Cervantes.

A finales del siglo XVII la Orden Tercera compra unos terrenos a los frailes y levanta en el compás de entrada su pequeña capilla y estancia. En 1794 se amplían las dependencias con una pequeña casa con fachada a la calle Cervantes. Con la Desamortización, los frailes son expulsados y el convento de San Pedro de Alcántara se convierte en el instituto San Isidoro, el primero de enseñanza media de Sevilla. La capilla de la Orden Tercera sobrevivió a la Desamortización al pertenecer a seglares.

En los años 60 del pasado siglo se destruyen las dependencias del antiguo convento para construir el edificio del actual instituto San Isidoro. A finales del XIX se van a producir otros dos hechos relevantes.




La fastuosa iglesia del convento, conservada gracias al padre Fagúndez, es entregada a las Esclavas del Corazón de Jesús, bajo cuya responsabilidad permanece hoy en día. A esta congregación pertenece el Colegio Mayor La Luz que existe en la misma calle. El otro hito destacado se produce en 1878 cuando se unen a los bienes de la Orden Tercera de San Pedro de Alcántara a los de su homónima de San Diego, al abandonar esta última su residencia en la iglesia de San Antonio Abad.

La iglesia, de contenidas dimensiones, de una sola nave con crucero y presbiterio presidido por un baldaquino, destaca por su profusa decoración que se ha conservado a la luz por ser un templo que no ha recibido mucha atención a lo largo de su devenir histórico.



El profesor Enrique Valdivieso ha estudiado en profundidad las grandes y fabulosas pinturas murales realizadas al temple en el siglo XVIII y las atribuye a dos figuras tan destacadas como Domingo Martínez y Gregorio Espinal. De Domingo Martínez es la gran pintura del coro, que ocupa todo el testero.

El IAPH hizo un estudio para su restauración. La Real Maestranza acudió a verlo para ayudar a su recuperación, pero luego llegó la pandemia y todo quedó en nada. El resto de las pintura, en mejor estado, se distribuyen por el resto de los testeros y narran los milagros de San Francisco de Asís. Estas obras se consolidaron hace ya muchos años pero se están volviendo a deteriorar.




Los altares y las esculturas que los completan son de buena factura. Así lo citan González de León y Gestoso. Destacan el San José con el Niño, San Pascual Bailón o San Pedro de Alcántara. Estos autores las sitúan en la órbita de Pedro Roldán. En la delicadísima Dolorosa arrodillada algunos ven la mano de la Roldana. Estas imágenes también necesitan una restauración.

Blog Leyendas de Sevilla


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