jueves, 31 de diciembre de 2015

REVISTA DE HUMANIDADES (UNED, Centro Asociado de Sevilla) nº 27 (enero-abril, 2016).

REVISTA DE HUMANIDADES




ISSN-e 2340-8995 ; ISSN 1130-5029
DOI prefix: 10.5944/rdh
PERIODICIDAD CUATRIMESTRAL


ENERO-ABRIL / 2016

Número 27

lunes, 21 de diciembre de 2015

Macarena, nombre prohibido


Macarena, nombre prohibido

Julio Mayo






0864
Los días 17, 18 y 19 de diciembre del año de la Exposición universal de 1929, hace hoy ochenta y seis años, se distribuyeron en el besamanos de Nuestra Señora de la Esperanza, celebrado en la parroquia de San Gil, unas estampas religiosas de recuerdo que llevaban, al dorso, una oración en la que no pudo ponerse, junto a su advocación, el nombre de Macarena. Un documento que ahora sacamos a la luz, hallado en la serie de los Asuntos Despachados del Archivo del Arzobispado de Sevilla, precisael reparo eclesiásticoque se dispuso desde el Palacio episcopal contra el uso del vocablo, con anterioridad a la impresión de las preces, en base a un informe de censura firmado por el canónigo don Modesto Abín y Pinedo, el 25 de octubre de aquel mismo año. 

El erudito liturgista, y rector del Seminario, don Modesto Abín, lo calificaba en su escrito como: «un epíteto muy impropio de la seriedad del culto y depresivo de la altísima dignidad de la Santísima Virgen». Además, argumentó que su denominaciónsuponía: «descender al estilo pedestre y vulgarote del propio callejero y ofrecer ocasión a las censuras de los detractores de la religiosidad del pueblo sevillano y de sus renombradas cofradías, es, en una palabra, empequeñecer la grandeza de aquella incomparable criatura que Dios escogió para ser su Madre».

Esta desaprobaciónse contextualiza en unos momentos de poca cordialidad entre la hermandad y el Arzobispado, después de que varios vecinos del barrio se enfrentaran a la decisión adoptada por el cardenal Ilundáin de nombrar como nuevo hermano mayor a don Leoncio Martínez de Bourio Sánchez (1 de febrero de 1929), y que éste no pudiera llegar ni a tomar posesión de su cargo, por impedírselo una gran multitud contrariada con la designación impuesta. La curia decretó el cese de su junta de gobierno, el 26 de abril, y nombró, como regidor circunstancial de una gestora, al militar don Ernesto Ollero Sierra, abuelo del capataz Alejandro Ollero Tassara.

 

Aunque el pueblo le rezabaa la imagen aclamándola como Macarena, es muy probable que esa connotación despectiva a la que hace alusión el enjuiciamiento revisor, proviniese de la dudosa reputaciónque –a los ojos de la Iglesia sevillana– poseían algunas personas,así como el anticlericalismo e izquierdismo latentedel vecindariode un barrio que, en aquel tiempo, era mucho más castizo que el de Triana. No olvidemos que el arrabal macareno fue la cunade la mayoría de los cantaores, de finales del siglo XIX y los albores del XX, así como el escenario de fiestas irrepetibles que inspiraron numerosísimas composiciones intelectuales (literatura, música, trabajos artesanales, etc.). Quien captó de inmediato el peso que en Sevilla representaba la auténtica religión del pueblo fue Federico García Lorca, que en uno de sus poemas la piropeó como Macarena (1924). 

El señor arzobispo don Eustaquio Ilundáin, no obstante, permitió a los hermanos Álvarez Quintero, unos años después,que la invocasen como Macarena, en la conocida Salve que le dedicaron los comediógrafos utreranos, en 1935. Y ni qué decir tiene cómo mi paisano Joaquín Romero Murube contribuyó especialmente a dignificar el uso del nombre en su Oración a la Virgen de la Macarena; o la exaltación que hizo de ella Rodríguez Buzón al ensalzarla como, ¡Macarena Soberana!, en las letras que compuso de las coplillas que danzaron los Seises en las vísperas de su coronación canónica(1964). En aquellos años, las mujeres no podían ser bautizadas todavía con el hermosísimo título macareno, por no formar partedel santoral de la Iglesia.

Se convirtió en nombre de mujer

Muchas mujeres se han llamado Macarena,aún sin contar con consentimiento eclesial para tomarlo. Es el caso de Esperanza del Río Rodríguez, hermana del ilustre macareno Sabas del Río. Ella, que nació en 1947, ha tenido que sufrir el castigo de llevarlo casi oculto. De niña tuvo que aguantar alguna que otra reprimenda en el colegio, cuando las religiosas carmelitas de la calle Bustos Tavera, se percataron de que, en su cartilla de escolaridad, figuraba identificada como Macarena.Hasta el año 1959 no comenzaron a inscribirse en el Registro Civil algunas Macarenas, cuando llegó a la Mitra hispalense el arzobispo don José María Bueno Monreal. Es cierto que, algunos años antes, comenzaron a inscribirse algunas niñas con el nombre de Macarena, pero cuando verdaderamente irrumpieron las Esperanzas Macarena, Marías Macarena y otros nombres compuestos con Macarena fue a raíz del anuncio dela concesión vaticana, en 1963. 


La Iglesia comenzó a ser algo más condescendiente a partir de que la imagen se coronase canónicamente en 1964.A pesar de ello, la Iglesia continuó exigiendo que Macarena fuese un nombre complementario, y no exclusivo. Las niñas han comenzado a ser bautizadassólo como Macarenadesde hace relativamente poco tiempo. Después de todos estos avatares, celebramos, por fin, en el día de las Esperanzas, la onomástica también de las Macarenas.Algunas,se están tomando la molestia de gestionar en los Registros civiles la sustitución del nombre que le pusieron por el que verdaderamente deseaba tener, el de Macarena, como ha hecho la sevillana, afincada en Jerez, Macarena Ferguson Amores, a quien la autoridad civil le autorizó el cambio en el año 2006.

FINAL

Cuando Juanita Reina comenzó ya a cantar, sin ningún miedo, la plegaria escrita por Rafael de León,«Esperanza y Macarena», podemos decir que se había consumado la consagración del triunfo de la piedad popular sobre las directrices del culto oficial. Por encima del folclore, detrás de la Macarena hay religión en el sentido más evangélico y teológico de la palabra. La espiritualidad popular de nuestra ciudad es, esencialmente, marianista, porque la Madre de Dios es un icono también cultural, que representa la realidad más humilde y sencilla de sus barrios. Y ésta es nuestra verdadera consecución, la de contar con una cultura tan rica, que ya quisieran muchas ciudades de Europa poder atesorarla como Sevilla, que encima es capaz de definirla, y resumirla,tan sólo conel llanto, la sonrisa y el suspiro eterno de la Macarena.

JULIO MAYO ES HISTORIADOR



Denuncian una instalación en el recinto protegido del Santuario de Consolación


Denuncian una instalación en el recinto protegido del Santuario de Consolación

El quiosco de cristal y aluminio se ha situado en el atrio de entrada a la iglesia y se ha anclado sobre los azulejos El conjunto tiene la máxima protección y es Bien de Interés Cultural
JUAN PAREJO , UTRERA | ACTUALIZADO 28.11.2015 - 10:21

Una instalación, cuanto menos, muy desafortunada y nada acorde a un recinto con tanto valor histórico y patrimonial. En el atrio del Santuario de Consolación es visible desde hace algunos días una especie de quiosco realizado con amplias mamparas de cristal y un cerramiento de aluminio que perturba el ambiente de este importante monumento que es Bien de Interés Cultural (BIC) y cuenta con el mayor grado de protección. Este espacio ha motivado la indignación de muchos vecinos, no sólo de Utrera, que se ha materializado ya en la presentación de tres escritos ante el Arzobispado, la delegación territorial de Cultura y el propio Consistorio, solicitando que se compruebe la existencia de un proyecto técnico y la inspección de la instalación por si contraviniera la Ley de Patrimonio. 




La persona que se ha hecho eco de la indignación de buena parte de los vecinos de Utrera y de otras localidades es Julio Mayo, historiador y persona que lleva varios lustros estudiando el fenómeno de la devoción a la Virgen de Consolación desde su origen: "Hay muchas personas que me han transmitido su indignación por haber instalado este quiosco dentro de un recinto sagrado. El Santuario de Consolación es uno de los más señeros. Es Bien de Interés Cultural y tiene un grado de protección A. Esto no se puede hacer. Lo único que trato es defender el patrimonio. Consolación es una seña de identidad de Utrera. Es una devoción universal". 



En las instancias presentadas ante la Junta, el Ayuntamiento y el Arzobispado de Sevilla, el historiador señala que esta polémica instalación se ha anclado directamente sobre los paños de azulejos de Mensaque que revisten el muro "sin la probable autorización legal que la normativa vigente exige para este tipo de intervenciones en elementos patrimoniales protegidos". Mayo manifiesta que la construcción de este pabellón cerrado supone la introducción de un "elemento anacrónico", que además altera la funcionalidad del espacio y la apariencia de la originaria fisonomía morfológica y estética". 



En los escritos, Mayo solicita tanto a la Comisión Provincial de Patrimonio, como a la Comisión de Arte del Arzobispado y a los técnicos competentes del Ayuntamiento de Utrera, que "verifiquen si esta actuación se ha acometido según algún proyecto técnico, o memoria de intervención; si se ajustan a la legislación patrimonial vigente, y si, finalmente, cuenta con las licencias y permisos oportunos de todos los organismos públicos y privados que tienen competencia. 



El pasado mes de enero este periódico denunció una instalación similar en la sacristía de la parroquia sevillana de la Magdalena. Cultura abrió expediente por una actuación que fue considera grave al no estar amparada por ningún proyecto previo.

martes, 8 de diciembre de 2015

Galeón San José, fracaso inglés

Galeón San José, fracaso inglés

http://revistadehistoria.es/galeon-san-jose/

Galeón San José, fracaso inglés
El Galeón San José formaba parte de la flota española que fue reunida en Sevilla por la Casa de Contratación la cual financiaba y organizaba las costosas flotas de barcos militares y mercantes que participaban en la “Carrera de Indias”. El 10 de marzo de 1706, el Consejo de Indias aprobó la salida de una flota de 26 barcos, al mando de José Fernández de Santillán, un oficial muy experimentado.
Por aquel entonces se celebraba la feria del istmo, que se desarrollaba en Portobelo, y cuyo objeto era el de recolectar los metales preciosos procedentes de Potosí, Cartagena y Veracruz. Esta feria duraba normalmente 30 días, pero ese año, una organización tremendamente defectuosa y lenta de la feria, condujo a que los buques de José Fernández de Santillán permaneciesen nada mas y nada menos que 2 años inactivos esperando el cargamento en Cartagena. Además, la zona, estaba infestada de esclavos cimarrones, que servían de espías a los ingleses y les informaban de los movimientos de los barcos españoles.

Galeón San JoséPor fin, el 19 de diciembre de 1707 llegaron noticias de que la armada del sur, procedente de el Callao se dirigía a Portobelo con un valioso cargamento, así que Santillán puso rumbo hacia allí. En Portobelo, Santillán se encontró con el corrupto presidente de la Audiencia de Panamá, el marqués de Villarocha, que retrasó el embarque con ánimo de realizar algunas defraudaciones en su provecho, por lo que Santillán ardía en deseos de salir de allí lo antes posible, también con las miras puestas en reunirse con la flota francesa de Jean Baptiste Ducasse, cuya artillería podía brindar protección adicional a la flota si se conseguían reunir ambas flotas en La Habana.


Mientras, el comodoro inglés Charles Wager, al mando de la escuadra inglesa de Jamaica, esperaba bien informado por los espías cimarrones de los movimientos españoles entorno a las islas del Rosario. Contaba con siete navíos, de los que destacaban el Expedition, de 71 cañones, el Kingston de 60 cañones, el Portland de 50 cañones y los brulotes Vulture y Severn.

A pesar de conocer la cercanía de los merodeadores ingleses, Santillán decidió zarpar el 28 de mayo, probablemente pesaba en su ánimo el ambiente corrupto que le rodeaba, así como el conocimiento que se acercaba la estación de huracanes en el Caribe.

galeon_san_jose_pecioEl Galeón San José y la batalla de Barú (8-9 de junio de 1708)

Los caprichos del tiempo favorecieron a los ingleses, primero brindándoles una visibilidad estupenda para avistar la flota española, y luego, un cambio de brisas favorece su acercamiento.

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A las cinco y media de la tarde el “Kingston” comienza su fuego contra la nave almiranta “San Joaquín” de 64 cañones y comandada por Miguel Agustín de Villanueva, mientras Wager busca al “San José” que intercambia fuego con el “Expedition”, que está ya a 300 metros del Galeón San José. Los ingleses quieren abordarlo, por lo que disparan contra su velamen y contra su timón, cuando los ingleses estaban a apenas 60 metros tras dos horas de combate, a las siete y media y ya de noche, el  galeón San José estalla y se va a pique, muriendo 589 de los 600 tripulantes, dañando al Expedition y dejando a los ingleses con un palmo de narices al ver como se esfumaba su botín que se cree era de entre 7 a 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata.

galeon_san_jose_2Mas tarde el Expedition, el Kingston y el Portland consiguieron rendir al Santa Cruz, que era el que menor cargamento transportaba y ningún tesoro. Otro navío español, la Urca, viéndose sitiada, es incendiada por orden de su capitán antes de ser tomada. Por otro lado, la almiranta San Joaquín consigue llegar a Cartagena burlando a los ingleses y salvando el resto del tesoro, 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata, de caer en sus manos.
El ataque fue un fracaso para los ingleses, ya que no pudieron hacerse con el tesoro español, e incluso dos capitanes ingleses, Bridge y Windson fueron expulsados de la marina inglesa por su pobre comportamiento en la persecución del San Joaquín.

Lo que los arqueólogos descubren en las fotos del galeón San José

Lo que los arqueólogos descubren en las fotos del galeón San José

El análisis de los expertos detecta sondeos y señala que el proyecto colombiano sobre el buque de Estado español no puede obviar el origen Cultural
JESÚS GARCÍA CALERO - calerojeMadrid - 07/12/2015 a las 09:25:58h. - Act. a las 21:03:32h.Guardado en: Cultura

Varios expertos consultados por ABC que analizan los poquísimos datos ofrecidos hasta ahora por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sobre el yacimiento en el que han sido hallados los restos del galeón San José, hundido en 1708, están llegando a nuevas conclusiones. La primera es que el yacimiento ha sido intervenido con sondeos, detalle que Santos no explicó específicamente. Y la segunda, que el presidente ha eclipsado el método científico que debe seguir toda excavación arqueológica.
Arqueólogos subacuáticos consultados, como Miguel San Claudio de la empresa Archeonauta, y Javier Noriega, de Nerea Arqueología, coinciden en destacar el oscurantismo. San Claudio afirma que las fotos revelan que el yacimiento presentado en la rueda de prensa celebrada en Cartagena de Indias, ha sido objeto de una intervención previa típica de un pecio a profundidad.
Para empezar, «no se ha indicado el origen español del pecio (y el origen cultural es fundamental porque orienta todo proyecto científico)», relata Noriega«No se puede hablar de arqueología sin definir el origen y convertirlo en el centro de la investigación». Santos evitó este tema e insistió en que es patrimonio colombiano y que se defenderán de cualquier demanda porque han aprobado una ley que blinda (en la legislación nacional) sus actuaciones. En la internacional, el hecho es que el San José, como buque de guerra, está protegido por la inmunidad soberana, un concepto jurídico respetado por todos los países.
Las máquinas empleadas en esta exploración han sido Rovs (vehículos operados remotamente) y Auvs (vehículos autónomos que planean por el fondo y documentan las zonas de actuación). Con ellos, se ha retirado sedimento en la zona fotografiada, con el fin de limpiar los cañones y poder estudiar sus inscripciones. Noriega añade que «los caňones, con ese magnifico estado de conservacion se deben haber observado facilmente los escudos de las armas de los reyes de Espańa». Por si alguien alberga dudas.
En la fotografía de los cañones, Miguel San Claudio observa una importante retirada de sedimentos. Las zonas donde la arena del fondo aparece más oscurecida es porque allí el sedimento ha sido retirado, observa este arqueólogo subacuático gallego. Además, en esas zonas aparece una concentración mayor de conchas compatible con esa retirada de materiales. Los cañones en sí, que son de bronce y aparecen sin concreciones (los de hierro se oxidan y acaban invadidos por elementos orgánicos), y el experto asegura que han debido ser manipulados para retirar el limo, de manera que puedan verse las inscripciones. «No creo que se los encontraran así de limpios de sedimento, en mi experiencia eso no es posible», señala San Claudio. Santos no detalló estas operaciones, pero sí habló de cañones fundidos ex profeso para la capitana hundida en 1708, lo cual apunta a que se han leído las inscripciones.

Experto en artillería

El mayor experto español en artillería, Javier López Martín afirma que lo lógico en los inicios del siglo XVIII sería que los cañones fueran de hierro, fundidos en la fábrica de Liérganes-La Cavada, pero no obstante no le resulta extraño que en esa época y en un barco como el San José fueran montados cañones más antiguos, de bronce, fundidos el siglo anterior. «Las fotografías del pecio muestran cañones de bronce, todos iguales, españoles sin duda, fundidos en Sevilla o Lisboa. Ninguno de hierro fundido. Cañones similares armaban el Juncal, hundido mucho antes, en 1631».
Sobre las tinajas, también se observa la retirada de sedimentos, sobre todo en el frasco de cristal cuadrangular que yace entre varias tinajas (ver foto). «Ahí, si observamos los dos tonos del perfil cuadrado del frasco de cristal, parece que se ha retirado una cantidad importante de sedimento», revela San Claudio.
Zona en la que se ha eliminado el sedimento (los dos tonos del frasco de cristal lo revelan)
Zona en la que se ha eliminado el sedimento (los dos tonos del frasco de cristal lo revelan)
Noriega añade que «este tipo de actuaciones secretas, llenas de ocultismo, no son propias de organismos publicos» y que países amigos como son Colombia y España, dotados de instituciones científicas y universidades homologables y lazos de cooperación desde hace años, deberían encontrar los cauces para arreglar este asunto llegando a acuerdos. Ambos creen que hay que invocar que es un buque de Estado.

Detalles oficiales en 16 preguntas

Mientras tanto, ayer el Gobierno de Colombia filtró algunos detalles más, muy pocos, sobre la intervención realizada en el San José, dentro de su política de secreto de Estado. Confirmó que se han empleado Auvs (los vehículos citados) y dijo que lo que se ha hallado es un pecio con «contexto propio», sin decir que es de origen español. En general los expertos consultados creen que el proyecto está diseñado para evitar o ignorar a España desde el principio.
El Gobierno colombiano afirma que la embarcación «no había sido intervenida» anteriormente (promesa de que su carga está intacta). Alardea en el comunicado una vez más de la calidad de los expertos internacionales y de los estudios previos, cartográficos, «metereológicos» (sic) e históricos realizados.
Sobre la identificación que Santos calificó de segura al 100%, no se han ofrecido detalles, como las inscripciones de los cañones. Solo se alardea de que se ha registrado una zona de cien millas cuadradas de mar. Solo dice que «por las especificaciones de los cañones de bronce, que están en buen estado, no existe ninguna duda de que se trata del galeón San José». Y a pesar de que el barcó cayó sobre un costad y permanece oculto en gran parte, las autoridades de Colombia se aventuran a decir que el San José no explotó, según consta en todos los relatos históricos. Este extremo deberá ser confirmado más adelante.
El hundimiento del San José, por Samuel Scott
El hundimiento del San José, por Samuel Scott

La carga

El San José salió de Cartagena cargado con una cifra de 7 a 11 millones de monedas de 8 escudos de oro y plata, 344 toneladas de metal que fueron valorados en 105 millones de reales de la época. Se dice que también portaba 116 cofres de esmeraldas y la fortuna personal del virrey del Perú.
Cualquier traslado a riqueza actual es pura fantasía, muy propia de cazatesoros. Ellos suelen reducir los yacimientos de origen hispánico a esa cifra, el monto de oro y su traducción en dólaresborrando de un plumazo la historia de un navío cargado con 600 personas, pertenecientes a una sociedad mestiza y llena de valores (en el siglo XVIII de una España netamente americana, aunque también había injusticias, como denunció Jorge Juan en sus informes secretos, en la estela de Bartolomé de las Casas.

Asociación Público Privada

El Gobierno de Colombia está generando un modelo arqueológico en el que se establece una APP (Asociación Público Privada) con una empresa que invierte dinero para ofrecer servicios o infraestructuras. Debe de haber algún motivo para no ofrecer el nombre de la empresa que paga la exploración, porque Santos ha extendido el secreto de Estado sobre el proyecto. Como muchos arqueólogos unen ese hecho con la aprobación de laLey de Patrimonio de 2013 que permite al Ejecutivo colombiano poner a la venta la mitad de lo excavado (de oro y plata y de otros objetos de valor), se sospecha que «el poderoso lobby cazatesoros ha abierto una sucursal en Colombia». ¿Por qué si no la ausencia de transparencia, o la deslealtad con España, país amigo y aliado en otros campos?

Imagen tercermundista

Otro arqueólogo consultado por ABC, como Alexandre Monteiro, de la Universidad de Lisboa afirmaron que desconfían de la puesta en escena del presidente Santos. «Que un presidente anuncie la identificación de un pecio solo una semana después de descubrirse es para desconfiar, al igual que laaparición de un contratista convenientemente alejado de los focos, que ha puesto seguramente los medios y conocimientos para el hallazgo». Monteiro califica de escándalo las declaraciones de la ministra de Cultura de Colombia Mariana Garcés por permitir que «se busque un tesoro en la sepultura de 600 marineros españoles. Es un escándalo diplomático, humano y de civilización». Monteiro cree que la manera de manejar políticamente este proyecto no permite ver a Colombia como un país moderno en ciencia y tecnología sino «tercermundista, y lo digo consciente de la dureza que expresa ese término».
Para Miguel San Claudio, de Archeonautas, es necesario resaltar que «se trata de un buque de Estado en el que España debería tener presencia. Es algo que no pueden negar». Pero cree que «España necesita poner enorden su propia casa tras décadas de pasividad en patrimonio subacuático, antes de decidir intervenir en otros lugares». Por último, pide que «la gestión del patrimonio subacuático la desarrollen profesionales del patrimonio cultural subacuático, algo que no ha ocurrido en España, donde la gestión está dirigida por profesionales de otras disciplinas con la falta de resultados que todos lamentamos».
Por su parte, Javier Noriega, de la empresa malagueña Nerea, dice que «las huellas de la mejor historia que puede España contar, la del descubrimiento de los mares y del mundo en sus galeones, esta siendorapiñada, destruida y siendo objeto de la especulación y no del estudio histórico hace decenios. Y asi lo hemos denunciado una y otra vez. Es inadmisible y urge una respuesta contundente y clara desde nuestro país,desde nuestra cultura, desde al ciencia, que deje bien claro el interés de España por investigar, proteger y narrar la historia de esos galeones hundidos, de ese patrimonio cultural subacuático hispánico, que por su importancia es de la humanidad. Hasta el momento, cero galeones, cero excavaciones y cero intenciones sobre nuestros galeones y barcos de época moderna, porque cero ha sido y es todavía el número de la incuria, del olvido y de una dejación que es inadmisible para la ciencia y lo peor de todo, un mensaje y un ejemplo terrible para confrontar con el mundo de los cazatesoros. Los consideramos abandonados, como si les dijésemos con nuestra falta de investigación: hagan ustedes lo que quieran con ellos». Noriega concluye lamentando que «el mundo no sabe, no conoce sus impresionantes historias, la impresionante cultura y arqueología que encierran aquellos naufragios que terminaron sus dias en las aguas del Caribe». Es hora de cambiar ese rumbo.

Alejandro García Sanjuán: «Negar que los musulmanes conquistaron la Península Ibérica es un disparate»

Alejandro García Sanjuán

«Negar que los musulmanes conquistaron la Península Ibérica es un disparate»





Hoy, más que nunca, se necesita comprender la historia del Islam y desprender los mitos de lo ocurrido durante la invasión musulmana de la Península Ibérica

La derrota visigoda en la batalla de Guadalete - WIKIMEDIA

En los últimos años, una teoría sin resonancia académica ha tomado forma en ciertos círculos andalucistas: los musulmanes nunca conquistaron la Península Ibérica. ¿Tiene algún fundamento este peculiar negacionismo? El profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de Huelva, Alejandro García Sanjuán, se ha encargado de desmontar estas ideas basadas en «disparates» y «sin consistencia» histórica. En un libro escrito en 2013, «La conquista Islámica de la Península Ibérica y la tergiversación del pasado» (Marcial Pons), García Sanjuán sale al paso de este nuevo negacionismo y, además, desmitifica muchos episodios sobre lo que fue Al-Ándalus y la llamada Reconquista cristiana.
–¿Cuál es el propósito de las teorías que niegan que los musulmanes conquistaron la península?

El andalu
–Estas teorías negacionistas nacieron de un historiador aficionado, Ignacio Olagüe, que intentó potenciar las características autóctonas de lo andalusí frente a la naturaleza árabe e islámica de la sociedad de Al-Ándalus. Fue una formulación de carácter nacionalista y españolista. Quería vincular los grandes logros de Al-Ándalus a algo autóctono, y no foráneo. Con este propósito, Olagüe planteó una hipótesis donde afirma que el Islam es una evolución del arrianismo —una versión del cristianismo que practicaron los visigodos y otros pueblos germánicos en la Península Ibérica–. No en vano, son unas ideas inconsistentes, sin respaldo en los testimonios históricos, que se basan precisamente en la ausencia de ciertos testimonios y en la tergiversación de otros.
–¿Y quién toma el relevo a Olagüe, que falleció en 1974?
Alejandro García Sanjuán
–Las ideas de Olagüe nunca tuvieron resonancia a nivel académico, hasta que hace diez años un arabista de la Universidad de Sevilla decidió retomar la hipótesis. El interés de Emilio González Ferrín (profesor titular de Historia del Islam de la Universidad de Sevilla) se explica por sus conexiones con el político andalucista Manuel Pimentel. De hecho, González Ferrín publicó un libro con estas teorías en la editorial de Pimentel, Almuzara.
El andalucismo siempre ha visto con buenos ojos las teorías de Olagüe, puesto que les permite dotar de un sentido autóctono a Al-Ándalus, siendo la época más dorada de la nación andaluza. Además, niegan que el origen de Al-Ándalus tenga un componente de conquista, sino una visión más amable. Por otra parte, el que Ferrín haya recuperado estas teorías obedece simple y llanamente al afán de protagonismo. Su notoriedad no responde a su resonancia académica.
–Uno de los argumentos que emplea González Ferrín para negar la invasión es que el Corán no estaba codificado en ese periodo y no se puede hablar de los musulmanes como tales.
–González Ferrín dice disparates enormes y sus ideas están completamente desacreditadas a nivel académico. En muchos casos son medias verdades y, en otros, se acoge solo a los testimonios históricos que a él le interesan. Desde el punto de vista historiográfico, sus obras no son consistentes. El Islam, como todas las religiones, protagonizó una evolución y un proceso de elaboración de los textos sagrados (el Corán y la tradición profética de Mahoma). En las épocas omeya y abasí ya existía el inicio de ese desarrollo de la tradición religiosa, pero todavía no estaba conformada por completo. Los textos de Olagüe y Ferrín se dedican a soslayar los testimonios históricos que acreditan que en el año 711 se produjo una conquista de la península por contingentes militares bereberes enviados por el gobernador omeya del norte de África. Ignorando, a su vez, las evidencias arqueológicas, cada vez más numerosas.
–Si bien hay evidencias para confirmar esta invasión, ¿cómo se explica la derrota tan fulminante de los visigodos?

Laica
–El Islam era en ese momento una fuerza expansiva que avanzó desde el Próximo Oriente, conquistando Siria, Palestina, Egipto, hasta el Norte de África. Allí los árabes se entretuvieron bastante con los bereberes, pero luego se lanzaron de golpe a por la Península de la mano de esos contingentes bereberes. La explicación del derrumbe visigodo, más allá de esa fuerza expansiva, está en que la Monarquía visigoda era un estado muy débil en proceso de feudalización, donde existían facciones nobiliarias enfrentadas contantemente entre sí. Cuando los musulmanes llegaron a la zona del Magreb más occidental, la Monarquía visigoda estaba viviendo precisamente una de esas situaciones de crisis periódica. Había muerto el rey Witiza y se estaba produciendo un enfrentamiento interno. La intervención musulmana se produjo en el contexto de esa disputa interna por el poder.
En cualquier caso, la facilidad de la conquista a nivel militar se explica en que el rey Rodrigo murió en batalla y no hubo posibilidad de reconstruir la Monarquía visigoda. Se desencadenó una especie de sálvese quien pueda. Amplios sectores de la nobleza visigoda optaron por pactar con los musulmanes acuerdos ventajosos antes de continuar la lucha.

Entre los frescos de Qusair Amra (Jordania) está una representación de reyes que se rinden al califa omeya. Uno de ellos es «Roderic»
Entre los frescos de Qusair Amra (Jordania) está una representación de reyes que se rinden al califa omeya. Uno de ellos es «Roderic»- Wikimedia

–Se han conformado muchos relatos para interpretar esa conquista. Todavía hoy están cargados de mitos
–En todos los conflictos históricos coexisten dos visiones, la del vencedor y la del vencido. Los perdedores vieron en la derrota la señal de un castigo divino. Esa visión catastrofista ya aparece registrada en los textos latinos inmediatamente posteriores a la invasión, que hablan de «la ruina de Hispania» para referirse a la conquista musulmana. Esta visión catastrofista es recogida por la historiografía del siglo XIX, que estaba imbuida por el concepto de Reconquista, hasta convertir a los conquistadores en bárbaros que producen «una catástrofe nacional». El primer error es no matizar la diferencia histórica entre Hispania y España, que son dos nombres con un vínculo etimológico similar pero que no pueden equipararse.
–La visión de los conquistadores tampoco se corresponde con lo que realmente ocurrió
–Todo conquistador tiene que justificar sus actos. Los musulmanes desarrollaron una visión providencialista que interpreta los éxitos militares de los musulmanes como la mejor prueba de la veracidad del mensaje religioso del Islam. No en vano, la historiografía árabe actual ha dado continuidad a ese mismo discurso. Ellos se ven como los civilizadores, es decir, como exportadores de la civilización árabe, que ciertamente alcanzó hasta el siglo XII niveles de desarrollo cultural, pensamiento y desarrollo científico mucho más adelantados de lo que se conocían en Europa. Pero eso en el momento de la conquista no se podía saber o prever. Esta visión mitificada trata de explicar el pasado a través del presente, y eso nunca es válido.
–¿Esa religión que movió a los musulmanes a invadir la península era violenta? ¿Lo era, en cualquier caso, más que el Cristianismo?
–Ambas religiones tienen tradición de sacralizar la guerra. En eso se diferenciaban poco. Lo que se suele olvidar es que hubo importantes sectores de la aristocracia laica y la eclesiástica visigoda que, ante la desarticulación del estado, optaron por entenderse con el invasor. Esto facilitó la conquista y probablemente redujo en muchos niveles la violencia. Sin olvidar que, en cualquier caso, toda invasión está protagonizada irremediablemente por contingentes militares.
–¿Hubo una conversión masiva al Islam por parte de la población?
–La masa de la población no tuvo protagonismo destacado en los hechos. Hay que hablar de la actuación de las élites sociales, que, a largo plazo, se vieron influenciadas por el proceso de islamización y arabización que vivió la sociedad. Es la consecuencia habitual del predominio de los parámetros socioculturales de las élites conquistadoras, como ocurrió con los romanos o con los españoles en América. Los árabes, la élite conquistadora, hicieron exactamente lo mismo. Al-Ándalus se puede definir como un país árabe e islámico en la Península Ibérica
–¿Y esa élite visigoda se ve forzada a convertirse al Islam?
–Es algo que se desarrolla de forma progresiva. No es que la fuerza invasora imponga su religión, sino que es el producto de la convergencia natural entre élites. Una forma de integrarse en la nueva élite del estado y adaptarse al nuevo orden social. Eso explica por qué la islamización y la arabización fueron predominantes.
–Posiblemente el mito más extendido sobre Al-Ándalus es que se vivió una convivencia ejemplar entre las tres religiones, ¿es cierta esta coexistencia pacífica?

Alejandro Garcí

–Se ha abusado significativamente de esta idea de la tolerancia religiosa. Los invasores no quisieron imponer sus creencias, porque no estaban en condiciones de provocar una relación de tensión con la población local. Además, el Corán establece que la fe islámica no se puede imponer por la fuerza a nadie, y esto es un precepto que está claramente estipulado en la tradición religiosa musulmana. Sin embargo, el concepto de tolerancia es algo contemporáneo, queno podemos extrapolar a la Edad Media. Ni en relación con los cristianos ni en relación con los musulmanes. Evidentemente había una coexistencia, y había unos determinados márgenes de tolerancia en ciertos aspectos, pero no hay que olvidar que había una separación de carácter legal entre unas comunidades y otras.
–¿Se puede hablar de Reconquista para englobar un mismo hecho histórico que se extendió durante 800 años?
–El concepto historiográfico de la Reconquista ha tenido una proyección importante en la tradición española. Es cierto que los cristianos de la Edad Media tuvieron el proyecto ideológico de recuperar un territorio que ellos consideraban que se les había sido arrebatado. No obstante, el trabajo del historiador no consiste en legitimar cierta visión o proyecto de guerra. Si hablamos de Reconquista estamos legitimando que esos territorios les fueron realmente arrebatados. Por lo tanto, no soy favorable a la utilización del concepto de Reconquista. Además la noción de Reconquista es algo asociada a una determinada ideología.
–El tercer protagonista del periodo es la comunidad judía ¿cuál fue su papel durante la invasión de 711?

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–En la época visigoda se aprecia ya una intensa animadversión de los cristianos hacia los judíos. Se puede comprobar en los textos legales de la época visigoda y también en los textos de los concilios (las reuniones de la jerarquía laica y eclesiástica que se realizaba en Toledo). Poco antes de la conquista musulmana se llegó a acusar a los judíos de estar conspirando con sus correligionarios del Norte de África para atacar a los visigodos. A raíz de este clima se ha especulado con la opción de que, de alguna forma, los judíos pudieron facilitar la llegada de los conquistadores musulmanes. No tenemos constancia histórica de que esto llegara a suceder, pero no sería algo discordante con la situación de los judíos y la inestabilidad interna en la península. Las propias élites cristianas fueron ampliamente colaboracionistas con los conquistadores, como pone de relieve la figura del famoso obispo Don Opas, que es el prototipo del obispo católico colaboracionista con los musulmanes.
–¿Qué opina usted cuando escucha a los grupos terroristas reivindicar la recuperación de Al-Ándalus? ¿Es una forma de asustar o realmente existe ese anhelo en la tradición árabe?
–No creo que hablen en broma. Son fanáticos y son capaces de cualquier cosa. Pero ciertamente ha existido siempre en el imaginario árabe una mitificación de Al-Ándalus como el paraíso perdido. Para los árabes, los poetas y los logros de Al-Ándalus forman parte de su cultura. Los extremistas solo han exagerado esa tradición árabe de interpretar Al-Ándalus como el paraíso perdido. No en vano, es algo exclusivo de una minoría. Si hablas con cualquier árabe con cierta capacidad o formación cultural, lo de Al-Ándalus se queda en un ejercicio de nostalgia.