sábado, 30 de abril de 2016

Conferencia a cargo de D. José Gámez Martín. La Santísima Virgen María y los arzobispos de Sevilla en el siglo XX (3 de mayo de 2016)


La Santísima Virgen María y los arzobispos de Sevilla en el siglo XX. 

Conferencia a cargo de D. José Gámez Martín.

Día: martes 3 de mayo de 2016. Hora: 18.00.

Lugar: Casino Militar de Sevilla (calle Sierpes, Sevilla).

Organiza: Curso de Temas Sevillanos.






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Conferencia a cargo de D. José Gámez Martín: Sevilla Eucarístia (23 de mayo de 2016)

Sevilla Eucarístia. 

Conferencia a cargo de D. José Gámez Martín.

Día: Lunes 23 de mayo de 2016. Hora: 18.00.

Lugar: Círculo Mercantil (calle Sierpes 65, Sevilla).

Organiza: Curso de Temas Sevillanos.


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Francisco Montes González. Sevilla guadalupana. Arte, Historia y devoción

Francisco Montes González.
Sevilla guadalupana.
Arte, Historia y devoción
Un historiador descubre por qué en Sevilla abundan tanto los cuadros de la Virgen de Guadalupe
Francisco Montes, a la derecha de la foto, el día de la presentación del libro.
Actualizado 24 febrero 2016 
Redacción.











El profesor de la Universidad de Granada Francisco Montes ha publicado un extenso estudio en el que analiza las claves de la devoción a la Virgen de Guadalupe en la historiografía sevillana, un trabajo esencial para vincular a Sevilla con el antiguo virreinato de España. El libro fue presentado el 26 de enero en el convento sevillano de San José del Carmen (las Teresas).

Se trata de un trabajo editado por la Diputación de Sevilla a través de su Servicio de Archivo y Publicaciones del Área de Cultura y Ciudadanía, y supone uno de los escasos estudios publicados que profundizan sobre la temática de la devoción a la Virgen de Guadalupe dentro de la historiografía sevillana. 

La jefa del Servicio de Archivo y Publicaciones de la Diputación de Sevilla, Carmen Barriga Guillén, junto al autor (a la derecha) y el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, Alfredo Morales. 

Bajo el nombre de Sevilla Guadalupana. Arte, historia y devoción, Montes, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y experto titulado en Gestión del Patrimonio Histórico-Artístico, ha culminado "diez intensos años de investigación, sobre todo motivado por la cantidad de lienzos de la Virgen que hay en Sevilla", según ha dicho a Efe. 

Montes señala que existen momentos fundamentales en la historia que marcan la llegada a Sevilla de los cuadros con la imagen de la Virgen, de los que ha localizado 185 "en lugares accesibles de la ciudad, como conventos, iglesias o palacios", aunque en colecciones particulares de la ciudad podría haber unas 60 más. En total, más de doscientos de los siglos XVII y XVIII.

"A finales del siglo XVII, Sevilla es puerto de América, y los lienzos vienen en los barcos como protección a los marineros, y ya en la ciudad se adopta la imagen y el culto", explica, para concretar que su devoción se expandió "porque era una Inmaculada, americana, milagrosa, y los sevillanos llenan sus casas, iglesias y conventos, en todos los casos con lienzos procedentes de México". 

En otra época, a finales del siglo XIX, "una serie de familias de indianos inmigrantes que habían hecho dinero se instalan en Sevilla. Son terratenientes, y forman linajes importantes que prosperan y llevan a la Virgen como patrona de sus casas y familia". 

De esta forma, ha culminado una década de investigación en fuentes documentales, de los registros bibliográficos y, sobre todo, del ingente material iconográfico que se conserva en Sevilla y su provincia sobre esta advocación. 


"El trabajo de Francisco Montes en torno a la Virgen de Guadalupe arrancó de los estudios que González Moreno, archivero de la Casa Ducal de Medinaceli, realizó en los años cincuenta del siglo pasado", según explica el blog De Cultura Sevilla

"¿Por qué en casi todos los templos sevillanos podemos encontrar un cuadro dedicado a una devoción tan arraigada al otro lado del mundo?", se pregunta el blog. Y recoge la respuesta aportada por el profesor Montes: "Los navíos que recorrían el Atlántico desde Nueva España a Sevilla se encomendaban a su protección y era frecuente llevar en los galeones alguna imagen para garantizar un viaje seguro. Al llegar a Sevilla, estos cuadros eran regalados a iglesias y conventos como acción de gracias por haber llegado sanos y salvos, convirtiendo a Sevilla en el mejor museo fuera de México con cuadros dedicados a la Virgen de Guadalupe, y difundiéndose su culto frente a la otra devoción guadalupana, la extremeña, curiosamente mucho más cercana". 

Otra de las curiosidades que se dieron a conocer durante la presentación fue que todos los cuadros conservados en Sevilla, ya sea en templos o en colecciones particulares o públicasfueron pintados por pintores mexicanos

miércoles, 27 de abril de 2016

Miguel de Cervantes, un comisario real de abastos en La Puebla de Cazalla, 5, marzo, 1593 - Conmemoración del IV Centenario de su muerte (1616-2016)



Miguel de Cervantes, un comisario real de abastos en
La Puebla de Cazalla, 5, marzo, 1593
Conmemoración del IV Centenario de su muerte  (1616-2016)






Exposición
A partir del 23 de abril de 2016

Biblioteca Pública Municipal “Alonso Vidal”

De Lunes a viernes (9 a 14 h, y 17,00 a 21,00 h.)
Sábados (9 a 14,00 h.)


Organizada por el Archivo Municipal de La Puebla de Cazalla

El día 26 de abril de 2013, durante el acto de presentación de la primera fase de los trabajos de digitalización de los libros que integran el protocolo notarial de La Puebla de Cazalla, financiados con Fondos FEDER por el Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla conjuntamente con el Grupo de Desarrollo Rural Serranía Suroeste Sevillana, se dio a conocer públicamente el feliz hallazgo en La Puebla de Cazalla de un nuevo documento cervantino hasta entonces inédito, que nos aporta interesantes datos sobre la figura de Miguel de Cervantes Saavedra, el Príncipe de las Letras Españolas, y permite aclarar algunos pormenores de su vida hasta el momento desconocidos.

            Por José Cabello Núñez, como Archivero Municipal, se dio comienzo a la ardua y paciente tarea de visualizar los rollos de microfilmes e inventariar las innumerables y variadas escrituras públicas que en ellos se reproducen. De este modo pudo localizar una escritura que sobresalía especialmente de entre las demás y que, posiblemente nadie, desde su otorgamiento, haya conocido hasta ahora. Una vez transcrita y analizada, se concluyó que el documento que saldría a la luz pública por vez primera era de un gran valor por estar relacionado con uno de los personajes más conocidos e interesantes de la Historia de España, cuya trascendencia histórica y literaria nadie pone en duda, y que no era otro que Miguel de Cervantes Saavedra, cuyo IV Centenario de su muerte estamos conmemorando este presente año 2016.

            El hallazgo de este nuevo documento cervantino fue considerado como de excepcional, pues aporta datos que hasta ahora permanecían inéditos sobre la azarosa vida de tan ilustre figura. La valiosa información que nos proporciona aclara algunas de las muchas dudas que todavía existen sobre su persona, prácticamente desconocida a pesar de la multitud de estudios y obras especializadas que, sobre su producción literaria y su vida, se han venido publicando desde  mediados del siglo XVIII, destacándose el hecho de que la presencia de Cervantes en esta villa de La Puebla de Cazalla era, hasta ahora, totalmente desconocida, sin que constasen referencias anteriores.

            Su visita tuvo lugar en un difícil y crucial momento de su vida, cuando ya rondaba los 46 años de edad (5 de marzo de 1593). Algunos de sus más acreditados biógrafos coincidían en afirmar que temporalmente, entre los meses de enero y julio del año 1593, Miguel de Cervantes dejó de prestar servicios para la Hacienda Real como comisario de abastos debido a la gran carencia de trigo y de cebada, provocada por el mal tiempo y las malas cosechas, y que por entonces se encontraba residiendo en la ciudad de Sevilla, andando libremente, vacante y sin oficio conocido.

           
            El documento en cuestión es una escritura notarial, una carta de obligación otorgada por el Concejo, Justicia y Regimiento de La Puebla de Cazalla (su Ayuntamiento) ante el escribano público Diego Sánchez de Aguilera (quien sustituía temporalmente a Pedro González de Villalba, escribano público y titular del Cabildo) a favor del comisario real de abastos Miguel de Cervantes Saavedra (autor por aquel entonces de La Galatea -publicada en 1585-). 


            En el texto, redactado con letra procesal sobre papel verjurado, que es legible y se encuentra en buen estado de conservación, queda fehacientemente acreditada la presencia del insigne escritor en esta villa de La Puebla de Cazalla, entonces perteneciente a la jurisdicción y señorío del duque de Osuna. Mediante este documento, el Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla se obliga y compromete ante Miguel de Cervantes a entregarle 130 fanegas de trigo y 20 fanegas de cebada, previa requisa o compra efectuada a los vecinos de esta villa, con el objeto de contribuir al abastecimiento de los galeones de la flota de Indias, grano que sería pagado al precio o tasa fijada por la Hacienda Real.

            Este valioso manuscrito acredita que Miguel de Cervantes Saavedra no se encontraba vacante y sin oficio en la ciudad de Sevilla, como hasta ahora se venía afirmando, sino más bien todo lo contrario, pues queda demostrado que el día 5 de marzo del año 1593 Cervantes se encontraba presente en La Puebla de Cazalla requisando trigo y cebada para la Armada del Rey Felipe II, a quien sigue prestando sus servicios como comisario de abastos, y que posiblemente permaneciese en esta villa hasta el sábado día 13 del mismo mes, fecha prevista para que su Ayuntamiento le entregara las fanegas de trigo y cebada comprometidas. Asimismo, este nuevo documento cervantino demuestra que además de haber servido bajo las órdenes de los proveedores generales Antonio de Guevara, Diego de Valdivia, Pedro de Isunza y Miguel de Oviedo, en la fecha de este nuevo documento Miguel de Cervantes se encontraba al servicio de Cristóbal de Barros y Peralta, por aquel entonces proveedor general en la Casa de Contratación de Sevilla de los galeones de la Armada y Flotas de la Carrera de las Indias, siendo esta la primera vez que tenemos noticias (y así aparece documentada) de esta relación entre Miguel de Cervantes y Cristóbal de Barros, hasta ahora desconocida, que ha abierto las puertas a nuevas líneas de investigación sobre el paradero del insigne escritor y los servicios prestados por Cervantes a la Corona en este interesante y agitado periodo de su vida.


           
Desconocemos si Cervantes permaneció en la villa hasta el sábado 13 de marzo, si recogió personalmente el grano o envió a alguien para que lo hiciera en su nombre. Es posible que alguno de los miles de documentos notariales que aún aguardan a su consulta y estudio en los protocolos notariales de La Puebla de Cazalla pueda desvelarnos este y otros misterios que aún rodean su figura, pues, lamentablemente, la irreparable pérdida en los años treinta del pasado siglo XX de los documentos municipales correspondientes al periodo comprendido entre los siglos XVI y XIX  que se custodiaban en nuestro Archivo Municipal, nos impiden conocer más detalles de este negocio y de otras posibles visitas del genial escritor a La Puebla de


Cazalla, así como de su relación con el Concejo, Justicia y Regimiento de la villa y sus vecinos, de los cuales no sería de extrañar hubiese dejado alguna que otra referencia en cualquiera de los personajes que protagonizan sus más afamadas obras literarias.

            La localización de este  documento cervantino entre los protocolos  notariales de La Puebla de Cazalla, cuya importancia y relevancia histórica es indudable, que acredita con toda certeza la estancia de Miguel de Cervantes Saavedra en La Puebla de Cazalla, ha permitido incluir a nuestro municipio en la nueva guía turística “Cervantes en la provincia de Sevilla”, que el pasado día 22 de abril, coincidiendo con la fecha del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, fue presentada por el Presidente de la Diputacióin Provincial de Sevilla en un acto que contó con la presencia de la Alcaldesa en funciones de este Ayuntamiento, Dª Dolores Crespillo Suárez, y del Archivero Municipal, José Cabello Núñez. Esta guía tiene por objetivo la promoción del turismo cultural mediante la visita de los lugares y municipios sevillanos vinculados, de alguna manera, a la vida y obra del Genio de las Letras Españolas.

            Además de la reproducción y transcripción del documento cervantino de La Puebla de Cazalla, en la  exposición se da cuenta del proceso seguido hasta conseguir la microfilmación y digitalización de los protocolos notariales de nuestra localidad, que han permitido el descubrimiento de este importante documento con el nombre de Miguel de Cervantes. Asimismo se transcribe el texto de la comisión que el 21 de febrero de 1593 diera a Cervantes el proveedor general Cristóbal de Barros, para que acompañado del bizcochero de Sevilla,  Juan Saenz de la Torre, visitara las villas de Carmona, Utrera, Arahal, Morón, La Puebla de Cazalla, Marchena, Paradas, Osuna y Villamartin, para sacar 5.000 fanegas de trigo con las que manufacturar  el bizcocho necesario para la alimentación de la gente de mar y guerra embarcada en los galeones que escoltaban a los navíos de la Flota de las Indias.


            Se completa la exposición con un plano y una descripción de aquella Puebla de Cazalla por cuyas calles anduvo Miguel de Cervantes, y una recopilación de algunos recortes de prensa de los años 2014 y 2015 donde se da cuenta del descubrimiento de varios documentos cervantinos, destacando entre ellos el nombre de doña Magdalena Enríquez, bizcochera vecina de Sevilla  que cobró el salario de Miguel de Cervantes por esta comisión de febrero de 1593, la cual por vez primera aparece en la biografía de Miguel de Cervantes.

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Los Titón y los Herver. La familia inglesa de Cervantes

LOS TITÓN Y LOS HERVER
LA FAMILIA INGLESA DE CERVANTES

Diario El Mundo, domingo 24 de abril de 2016.

EDUARDO DEL CAMPO

@EdelCampoCortes



Una rama descendía de un espía británico católico asentado en Sanlúcar. La otra eran plateros. Y ambas tenían novicias en el convento de Sevilla de su novela «La española inglesa». El archivero que los ha identificado nos ayuda a contar la historia desconocida al cumplirse 400 años de su muerte


▪La familia inglesa: una rama era un espía británico católico asentado en Sanlúcar. La otra era de plateros
▪El archivero Julio Mayo, que los ha identificado, nos ayuda a contar la historia desconocida al cumplirse 400 años de su muerte

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Año del señor de 1593, 30 de marzo. Utrera, provincia de Sevilla. En un mesón, Miguel de Cervantes Saavedra establece su improvisada oficina, no como escritor -aún no ha redactado El Quijote-, sino como comisario real de Felipe II. Ha venido con la misión de aprovisionar los barcos de la Armada española en la Carrera de Indias con el trigo, los garbanzos, el queso o el aceite que requisa (y paga) a los ayuntamientos e iglesias de Andalucía. Ante un notario del pueblo, el manco de Lepanto apodera al arriero Juan de Balbuena para transportar las mercancías acopiadas. Y lo rubrica con su firma inconfundible.

El 28 de noviembre del mismo año, 1593, y en el mismo sitio, Utrera, Cervantes, comisario real de provisiones de la Armada, comparece de nuevo. Pero es otro. Ese día, meses después de la visita de Miguel, es Juan Titón de Cervantes quien se presenta ante el Cabildo utrerano, el Ayuntamiento, para apremiar a la entrega pendiente de 296 fanegas de trigo de las 500 acordadas.

Hay bastantes más Cervantes en Sevilla, pero al historiador Julio Mayo, archivero municipal de Los Palacios, junto a Utrera, le parece que no es casualidad que este Juan comparta apellido con su compañero Miguel. La coincidencia de trabajo, de cargo, de tiempo (el escritor mantiene el puesto hasta 1594), de zona y de jefe (el proveedor real Cristóbal de Barros) le hace afirmar que los dos Cervantes son parientes y que quizás Miguel, con 46 años y veterano comisario de provisiones de la flota militar desde 1587 (como de la Armada Invencible contra Inglaterra de 1588), colocó al primo Juan, de 37.


JUAN TITON DE SERVANTES. Documento del Ayuntamiento de Utrera de 1593 con el nombre del identificado ahora como pariente inglés de Miguel de Cervantes. Los dos trabajaban a la vez en Sevilla como comisarios reales, aprovisionando a la Armada JULIO MAYO


Mayo explica a Crónica que la firma de Miguel de "Cerbantes" en Utrera la encontró el año pasado en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla [sección de Protocolos Notariales, 21.404P. Fol. 239] y que días después se topó con el acta sobre Juan Titón de "Servantes" (entonces el apellido se transcribía también con s o b) en el Archivo Municipal de Utrera [Sección I (Gobierno). Serie: Actas Capitulares. Libro número 34 (1591-94). Fol. 475]. Añade, entusiasmado, que lo más importante y novedoso de su trabajo es que gracias al otro comisario cervantino ha descubierto que el autor por excelencia de las letras españolas tenía familia inglesa. Unos parientes de origen anglosajón eran los Titón, como Juan;otros, los Herver. Titón procedería del apellido Tintam; Herver, de Herbert. Además de su compañero de oficio, Miguel de Cervantes Saavedra estaría ligado a las familias de dos monjas de apellido inglés del sevillano convento de Santa Paula, donde situó parte de la acción de su novela... La española inglesa.

Sabíamos que Shakespeare conocía El Quijote de su coetáneo; lo que se ignoraba, y hoy revelamos al cumplirse 400 años de la muerte de ambos, es que el genio español tenía parentela de sangre y cultura británica, nos explica el historiador que la ha identificado.
¿Quién era Juan Titón de Cervantes, clave de esta historia? Hacia 1480 hay una comunidad de mercaderes ingleses de Bristol asentados en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda bajo la protección del duque de Medina Sidonia, Enrique de Guzmán, que tiene allí su imponente palacio. Uno de ellos es John Tintam, a quien, junto a su colega William Fabian, el duque encarga que monte una expedición para abrir brecha al comercio de esclavos y materias preciosas en la costa africana de Guinea, que Portugal controla. Espías de Juan II de Portugal se enteran del plan, su rey se queja en 1482 a Enrique VII de Inglaterra y éste prohíbe a sus súbditos navegar a las colonias del amigo luso. Lo cuenta en 1589 en su libro Principal Navigations el colosal escritor de viajes inglés Richard Hakluyt, que muere en 1616... Como Cervantes y Shakespeare.

Julio Mayo señala a este John Tintam como el antecesor de Juan Titón de Cervantes. Titón puede ser apellido de origen italiano, pero en este caso el historiador razona que se trata de una deformación del "Tintam" inglés. Lo que ha comprobado sin duda alguna es que los Titón de Sanlúcar son de estirpe inglesa. Así lo declara el propio Juan Titón de Cervantes cuando el 6 de julio de 1589, en una petición a la administración [Archivo General de Simancas, E 2851], explica que tiene 33 años y que es hijo de Hugo, inglés que murió con 80 años en Sanlúcar después de vivir 60 en España. Juan aporta ahí numerosos detalles de las costas inglesas y añade que él pertenece a la Inquisición igual que su padre. En su estudio sobre Thomas James, cónsul inglés de Andalucía entre 1556 y 1613, A. J. Loomie apunta que Hugo, el padre de Juan, era un espía inglés católico que aprovechaba sus viajes a Inglaterra para informar a España, su país de acogida.


La comunidad inglesa de Sanlúcar, con cónsul propio, constituyó en 1517 su iglesia y su cofradía, la de San Jorge, patrón de los ingleses, en suelo cedido por el duque de Medina Sidonia. Tenían su colegio y su hospital. Tras separarse la iglesia anglicana por el cisma de Enrique VIII en 1534, los ingleses católicos de Sanlúcar acogieron a correligionarios irlandeses. Hoy la iglesia de San Jorge la usa la hermandad del Rocío de Sanlúcar.

A Juan Titón de Cervantes lo volvemos a encontrar al servicio de la Corona española cuando a principios de 1612 [Archivo de Simancas, Estado, Legajo 246, 2.1.1612] refiere al Consejo de Estado la noticia que le han trasladado dos mercaderes ingleses llegados a Málaga desde Argel sobre la detención de tres monjes trinitarios. Monjes como los que en 1580 rescataron a Miguel de Cervantes de sus cinco años y medio de cautiverio en Argel. El informe de Titón de Cervantes lo cita Daniel Bernardo Hershenzon, quien en su tesis de 2011 precisa que a los trinitarios que en 1609 regresaban a España desde Argel con 130 rescatados a bordo los detuvieron como represalia del potentado argelino Mamet Axá por la conversión forzosa al cristianismo de su hija de 10 años Fátima, rebautizada Madalena por los que la tenían de rehén en Italia. El caso fue sonado.

Los secuestros, incluso de niñas, eran moneda corriente. En 1596 una flota inglesa saquea Cádiz y se lleva a rehenes (otra expedición al mando de Drake había atacado la ciudad en 1587). Es el punto de partida del relato que Cervantes escribe en la primavera de 1612 para incluirlo en el libro de 1613 Novelas ejemplares. La española inglesa, llevada a la pantalla por la reciente serie de Televisión Española, cuenta la historia de Isabela, una gaditana de siete años a la que un asaltante inglés, el católico secreto Clotaldo, se lleva a la protestante Inglaterra y a la que cría como hija en su hogar de Londres. La niña crece y se enamora del hijo de la familia, Ricaredo;él la corresponde, pero sus padres lo han comprometido con una escocesa. Isabela, precedida por la fama de su belleza, acude ante la reina Isabel de Inglaterra, que pone a prueba a Ricaredo para permitirle esposar a la española. La madre de otro pretendiente, Arnesto, envenena a Isabela por el rechazo de la muchacha y de la reina a casarse con él.

Isabela, desfigurada por el veneno, vuelve con sus padres a España para intentar recuperarse, acordando con Ricaredo, que se va a Italia para no casarse con la escocesa, que lo esperará durante dos años: si al cabo no aparece, se meterá a monja en el convento sevillano de Santa Paula, donde su prima ya profesa. A Ricaredo -como le ocurrió a Cervantes- lo toman de rehén los piratas turcos. Cuando Isabela, con la belleza recobrada, ya cruza desde la casa de sus padres para entrar de monja en el convento de enfrente, creyendo que Arnesto ha matado a su amado, el héroe reaparece, libre, en el último instante: glorioso final feliz en el que triunfan el amor individual y la amistad estatal de las antes enemistadas Inglaterra y España.

En los libros de profesiones del convento, Mayo ha comprobado, como antes otros cervantistas, que el 16 de noviembre de 1597 (al año del saqueo inglés de Cádiz) se ordena de monja una joven con el nombre religioso de Ana de Santo Domingo. Su padre es Francisco de Cifuentes: en la novela, el dueño de la casa frente a Santa Paula donde vive la heroína es Hernando de Cifuentes. Y su madre es María Titón. ¡Otra vez los Titón! ¿Es familia del Juan Titón de Cervantes, de padre inglés, que cuatro años antes trabaja como comisario con el Príncipe de los Ingenios?

El 28 de octubre de 1577 ingresa en Santa Paula una Julia de Santa Ana (nombre religioso) que es hija de Juan de Herver de Cervantes y de Isabel de Salamanca. Ya se planteó en el pasado que el escritor se inspiró en estas mujeres y sus familias. Lo nuevo es que Mayo sostiene que el padre de esta monja, Juan de Herver de Cervantes, es otro pariente de origen británico del novelista, bajo el supuesto de que el apellido Herver es una deformación del anglosajón Herbert. Los Herver de Sevilla eran plateros llegados de Córdoba, donde surge la estirpe paterna de Miguel de Cervantes.


En Santa Paula era priora en 1592 Juana de Saavedra y Cervantes, hija de Diego de Cervantes y Catalina Virués de Cervantes, que son "parientes carnales directos" del escritor (era habitual cambiarse los apellidos de orden y tomar los de los abuelos). O sea, que en este convento y en la casa de enfrente -donde un rótulo recuerda la huella cervantina de La española inglesa- los apellidos Cervantes, Titón y Herver se unen para cristalizar la conexión hispano-británica en la bio-bibliografía de nuestro hombre. "Yo he encontrado que Cervantes tenía familia inglesa", afirma el archivero Julio Mayo. "Es sólo el principio. Ahora hay que seguir tirando del hilo".

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Sevilla y la familia inglesa de Cervantes

SEVILLA Y LA FAMILIA INGLESA DE CERVANTES

JULIO MAYO

ABC de Sevilla, 23 de abril de 2016, pp. 28-29

«La española inglesa» está colmada de referencias que establecen
la relación entre el escritor y la Inglaterra de Shakespeare

http://www.ascil.es/images/stories/articulos/0015.pdf 

Hace 400 años falleció en Madrid el escritor español más universal de todos los tiempos el mismo día en que dejó de existir también Shakespeare. Mucho se ha escrito de la influencia estilística y temática de Miguel de Cervantes sobre aquel otro genio de la Literatura, pero ¿llegaron a leerse el uno al otro? No es casual que don Miguel escribiese «La española inglesa», una novela en la que nos brinda una serie de reseñas que precisamente no fueron inventadas. Después de una ardua labor de indagación documental, y poner en pie la vinculación de Cervantes con unos familiares suyos de sangre inglesa, sabemos que la obra está colmada de referencias que mantienen una estrechísima correspondencia con su vida real. 

Estas nuevas claves interpretativas quizás puedan ayudarnos a entender la urdimbre establecida entre el escritor español y la Inglaterra de Shakespeare. Si en aquellos años finales del siglo XVI, e inicios del XVII, hubo una ciudad que centralizase la capitalidad de toda Europa, esa fue Sevilla, la gran metrópoli de la monarquía hispánica que canalizaba también muchas transacciones mercantiles de los mercaderes ingleses.

La historia es que, hace un año, dimos con un documento que probaba la visita de Cervantes a Utrera, localizado en la sección de los Protocolos Notariales del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Esta acta notarial, hasta ahora desconocida, contiene la extraordinaria singularidad de que está firmada por el propio Miguel de Cervantes, de su puño y letra. La aparición ante el notario utrerano se produjo, el 30 de marzo de 1593, en el mesón de Felipe de Rojas, cuando don Miguel actuaba como Comisario regio, encargado de adquirir trigo y víveres para abastecer a los soldados de las flotas que daban escolta a las embarcaciones mercantes que iban, y venían, a América. 

No nos dejó indiferente que el compromiso se celebrase en una posada, el escenario habitual de su actividad literaria y profesional, en la que compareció también la figura de un arriero. A este transportista, que formaba parte de la red de colaboradores con los que tuvo que contar Cervantes, le encargó que recogiese ciertas cantidades de cebada y trigo en pueblos de la campiña para acarrearlas hasta los puertos gaditanos, a través de la vereda de la Armada. Pero cuando nos dispusimos a contrastar en qué momento exacto pudo haberse presentado Cervantes en el Ayuntamiento de Utrera, para consumar la requisa, nos llevamos la sorpresa de comprobar que la demanda de los géneros la efectuó un tal Juan Titón de Cervantes, y no don Miguel. ¿Estábamos ante un hábil juego de suplantación de identidades con el que Cervantes pretendía camuflar la discrecionalidad de su oficio?



Después de no pocas averiguaciones, pudimos saber que el susodicho Juan Titón era hijo de Hugo Titón de Cervantes, uno de los integrantes de la colonia de mercaderes de la ciudad de Bristol que se había establecido en Sanlúcar de Barrameda, por iniciativa de la Brotherhood of St. George (la hermandad de San George), fundada en 1517, con autorización de Señor de Sanlúcar de Barrameda. El origen inglés de esta familia se remonta al momento en el que don Enrique de Guzmán, duque de Medina Sidonia, había financiado en 1482 operaciones estratégicas capitaneadas, entre otros, por John Tintam contra los intereses portugueses en la costa de Guinea. 

El apellido inglés Tintam acabó castellanizándose como Titón. Un descendiente suyo fue Hugo Titón, de quien refiere Loomie en un trabajo sobre Thomas James, el cónsul inglés de Andalucía, que era un espía católico al servicio de la corona española, asentado aquí en la península, que viajaba con frecuencia a Inglaterra en aquellos años de conflictos entre españoles e ingleses. Documentos del Archivo General de Simancas revelan a Hugo como padre del sanluqueño Juan Titón de Cervantes. Una fuente distinta, el Archivo de Indias, nos ayuda a demostrar cómo Juan Titón de Cervantes fue nombrado Comisario real encargado de recoger trigo en 1593, junto al propio Miguel de Cervantes, por otras poblaciones, como las entonces separadas, de Villafranca de la Marisma y Los Palacios. El hecho de que coincidiesen ambos personajes en los mismos lugares, como fue el caso de Utrera, y compartiendo el desempeño de un oficio similar, nos llevan a concluir que ambos hubieron de compartir un parentesco familiar bastante cercano, y un conocimiento profundo de la logística militar de la Armada.

Familiares religiosas de origen inglés

No han pasado desapercibidas las noticias ofrecidas en «La española inglesa» sobre el convento de Santa Paula. Desde hace más de un siglo, los investigadores han acudido a los Libros de la congregación para dilucidar los motivos que llevaron a su autor a utilizar el convento como destino español de la protagonista. Fue abadesa, en 1590, doña Juana de Cervantes Saavedra, hija de Diego de Cervantes y de doña Catalina Virués de Cervantes, familiares carnales del literato. Pero las coincidencias se acentúan al comprobarse que vivía en frente del convento doña María Titón y Francisco de Cifuentes, un señor con el mismo apellido del hidalgo burgalés que Cervantes había ubicado en «La española inglesa», como propietario de la casa que estaba enfrente de las monjas de Santa Paula. Pues una de las hijas del matrimonio entró como religiosa, como puede comprobarse en el Libro de las profesiones de la clausura. Lo sorprendente es que también profesase otra hija del matrimonio formado por Juan de Herver de Cervantes e Isabel de Salamanca, en 1577. El erudito José Gestoso nos dice que los Herver asentados en Sevilla eran plateros y habían llegado, en los albores del Quinientos, procedentes de Córdoba, por lo que queda de manifiesto el entronque familiar con Cervantes y el origen británico de los Herbert.

Estos hechos no solo prueban la vinculación de Cervantes con católicos ingleses en Sevilla, sino que demuestran las raíces familiares antes de su venida a Sevilla. El cronista del siglo XVII Méndez Silva afirma que Cervantes contaba aquí con parientes ilustres. Especulamos que corresponden a su misma saga doña Francisca Serbantes y Mariana de Servantes, que se hicieron hermanas del Gran Poder en 1602 y 1603, respectivamente, como queda recogido en el Libro primero de cofrades, cuando la hermandad se hallaba establecida en el desaparecido convento franciscano del Valle.

«La española inglesa» ilumina, por tanto, el decisivo papel de Sevilla en la relación de España con la Inglaterra de Shakespeare,  mediante un argumento que presenta una modélica convivencia de creencias religiosas (catolicismo y anglicanismo), sin llegar a desprender ningún ápice de animadversión contra el enemigo inglés. Promueve el mismo espíritu de respeto, paz y armonía que fomentaban los jesuitas ingleses del colegio sevillano de San Gregorio en la última década del siglo XVI, en el que se formaban en lengua inglesa a los misioneros. Cervantes entró en el universo literario del dramaturgo William Shakespeare, como se deduce de la inspiración que el autor inglés tomó de trasuntos y personajes de la primera parte del Quijote. Sentía auténtica predilección por la picaresca. Una de las últimas obras de teatro del inglés, «Cimbelino», parece estar inspirada en la historia del «Curioso impertinente», así como «Cardenio», otra pieza basada en capítulos de la primera parte del Quijote.

En los próximos días se organizará una exposición, en el Archivo de Indias, donde van a mostrarse diversos documentos que acreditan las importantes cantidades de ejemplares del Quijote que, en 1605, se llevaron desde Sevilla hasta México, a los pocos días de salir de la imprenta. El lanzamiento de la obra impresa suponemos que tuvo que llegar a los miembros de la generación de Shakespeare, habida cuenta de la conexión existente entre los puertos de Sevilla y Londres.

La acogida inglesa tuvo que llegar a despertar tal grado de entusiasmo que, cuando se publicó su segunda parte (1616), fue traducida al inglés de inmediato. Un libro inglés llegaba entonces a Sevilla antes que a Madrid, o cualquier otra parte de España. Aquí vinieron numerosas obras de la Literatura inglesa, tal como testimonia el inventario de la biblioteca de los jesuitas ingleses residentes en esta ciudad. Y es muy posible que aquellos ejemplares hubiesen llegado a consultarlos la curiosidad lectora de don Miguel de Cervantes.

Soneto dedicado a Felipe II

Cuando falleció Felipe II (1598), se levantó en el interior de la Catedral de Sevilla un majestuoso monumento funerario para honrar el alma de quien había llegado a ser el Señor de la Tierra. Cervantes, que tuvo que conocer muy bien la iglesia Metropolitana, pues durante un tiempo vivió prácticamente en el entorno de la actual confluencia de la calle Federico Sánchez Bedoya con la Avenida de la Constitución, dedicó un Soneto al Túmulo (Voto a Dios que me espanta esta grandeza/ …), maravillándose de la riqueza y monumentalidad del catafalco. En los versos equipara a Sevilla con la Roma triunfante por el homenaje brindado al emperador de su Imperio. Se produjo un ruidoso enfrentamiento entre los mandamases de la Audiencia, el Cabildo catedralicio y la propia Inquisición a cuenta del figureo entre las autoridades asistentes a los funerales del rey. De las relaciones cortesanas que mantuvo don Miguel de Cervantes, resaltó su amistad con don Mateo Vázquez, que había sido secretario particular del monarca fallecido y al que Cervantes dedicó en vida una hermosísima Epístola. Este don Mateo Vázquez, fue don Mateo Vázquez de Leca, el influyente eclesiástico sevillano que tanto le ayudó a progresar en su carrera militar, cortesana y burocrática, sin que debamos confundirlo con su sobrino Vázquez de Leca, Arcediano de Carmona.

Sevillanía de Cervantes

Al alcanzar los 40 años, se asentó más de diez junto al Guadalquivir. Desde 1588 hasta 1601, ejerció como hombre de armas, sin dejar de ser cortesano ni escritor. Era el molde de la época. Tal como Garcilaso. Reinaba Felipe II y Cervantes recibió el encargo militar, como hombre de Imperio, de participar en el ataque a Inglaterra pero sin subirse a los barcos. Su misión era más importante. Recoger los géneros y víveres precisos para alimentar a los soldados de la Armada naval, aunque luego cayeron derrotados en las costas inglesas. Después, en otra etapa que se sitúa en la década de 1590, se dedicó a efectuar requisas para proveer las galeras de la Armada que escoltaban los buques mercantes de la Carrera de las Indias.

En cualquier caso, su condición de militar no le privó nunca de poder integrarse, con plenitud, en la vida de una ciudad que contaba con unos universos pintorescos, capaces de hechizar la inspiración del poeta. Así se desprende de las continuadas referencias que efectuó en toda su obra. Leyéndola, podemos conocer, por ejemplo, cómo era el pueblo llano de Sevilla con más precisión y detalle que el de Madrid. De la integración social en la vida de la ciudad habla el gran número de amistades que cultivó con todo tipo de personajes (posaderos, arrieros, funcionarios de la Casa de la Contratación, canónigos, hombres Veinticuatros y Jurados del Ayuntamiento, abogados de la Audiencia, escritores como Mateo Alemán o cómicos y cómicas que actuaban en los grandes patios de comedias). En «La española inglesa» llegó a escribir de aquella Sevilla americanista, que la joven que aspiraba a introducirse como monja en la clausura del convento de Santa Paula «jamás visitó el río, ni pasó a Triana, ni vio el común regocijo en el campo de Tablada y puerta de Jerez el día de San Sebastián, celebrado de tanta gente, que apenas se puede reducir a número. Finalmente, no vio regocijo público, ni otra fiesta en Sevilla».

Cervantes se sintió en nuestra tierra, escritor, y de los mejores del país. Lo reconoció al comprometerse ante notario a componer seis comedias que habían de ser –según refiere en la escritura él mismo– de «las mejores de España». Uno de los grandes logros del Quijote, esa obra que comenzó a esbozarla bajo estos luminosos cielos azules, es que el pueblo reconociera con tanta prontitud a los personajes, don Quijote y Sancho Panza.

Lo demuestra la participación de sus caracterizaciones en muchos desfiles populares que se celebraron, al poco tiempo de editarse la segunda parte, en pueblos como Utrera. La presencia de don Miguel en la batalla de Lepanto, los cinco años de cautiverio que padeció en Argel, o las ventas y pueblos de la Mancha, son episodios que tuvieron que hacerle adquirir muchísima mundología, pero la ciudad que, como capital económica del Imperio español en aquellos momentos, introdujo en el mundo al mayor representante de la Literatura del Siglo de Oro, esa fue la universal Sevilla.


JULIO MAYO, HISTORIADOR



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sábado, 23 de abril de 2016

Una web permite la difusión de más de 1.000 documentos del archivo de la Fundación Casa Medina Sidonia

ARCHIVOS.-

Una web permite la difusión de más de 1.000 documentos del archivo 
de la Fundación Casa Medina Sidonia  

by BARRAMEDIATV ON, 14 ABRIL, 2016, SANLÚCAR


La presidenta de la Diputación, Irene García (PSOE), y la presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia, Liliane Dahlmann, han presentado el nuevo portal web desde el que ya se divulgan más de 1.000 documentos desde el siglo XIII, mapas, planos, grabados, sellos y fotografías de “uno de los archivos privados más valiosos de Europa”.

deposito-archivo-general-fundacion-casa-medina-sidoniaEn un acto celebrado en la Diputación, García ha señalado que la nueva herramienta reporta “un evidente salto cualitativo” para unos fondos que han sido, hasta ahora, de acceso limitado, ya que los investigadores que quería disponer de estos documentos tenían que acudir físicamente a la sede de la Fundación, situada en el Palacio de los Guzmanes en Sanlúcar de Barrameda.

En principio ya se alojan en el nuevo portal web cerca de 400 documentos pertenecientes a más de un centenar de unidades temáticas. El trabajo de digitalización y referencia detallada de cada legajo continuará ya que n el archivo general se recopila un legado de gran relevancia histórica y cultural: más de seis millones de documentos distribuidos en 6.317 legajos.

La nueva herramienta ha sido creada conjuntamente por la Fundación Casa Medina Sidonia y Diputación. Los documentos que ahora se exponen son el resultado de tres años de digitalización y descripción, que sigue las pautas del inventario que en su día concretó la duquesa Isabel Álvarez de Toledo. La consulta a través del portal web es bastante cómoda y permite búsquedas a través de diferentes campos.

Cómo se administraban las almadrabas en el siglo XV, las navegaciones al norte de África o al Atlántico, crónicas sobre la guerra de Flandes, los intentos secesionistas de Portugal o de Cataluña, o rivalidades territoriales entre El Puerto y Jerez resueltas por una sentencia de 1335 son algunas referencias ya disponibles en el nuevo portal y accesibles desde cualquier dispositivo con acceso a Internet.

“El conocimiento se democratiza”, ha señalado la presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia, Liliane Dahlmann, que ha destacado que esta herramienta “significa un antes y un después del conocimiento del archivo”.